¿Qué es la motivación?, ¿por
qué hacemos lo que hacemos? Luego de tantas teorías elaboradas sobre el tema debieran
ser preguntas de fácil respuesta y, sin embargo, la motivación sigue siendo un
gran misterio no sólo para psicólogos, sino que para el público en general.
Queremos que nuestros hij@s, alumn@s, clientes, parejas, se motiven y, no obstante,
no siempre está muy claro cómo hacerlo.
En este valioso trabajo José
Antonio Marina, filósofo español, presenta una interesante síntesis sobre el
tema, útil para todos quienes estemos interesados no sólo en comprender la motivación,
sino que además usar esta comprensión de manera pragmática en nuestros campos
de acción.
Comienza definiendo la motivación
como un fenómeno psicológico compuesto por tres elementos. Dice que es una
ecuación como la siguiente:
Motivación =
Deseo + Valor del objetivo + Facilitadores de la tarea.
Si se revisa cada uno de los
ingredientes se tiene que:
Deseo. Es la
conciencia de una necesidad – falta – carencia o la anticipación de un premio.
Siento deseo cuando necesito imperiosamente algo o cuando lo echo en falta o
siento un déficit. Y también cuando anticipo un premio posible. El deseo desencadena
conductas de búsqueda.
Valor del
objetivo: No basta el deseo, se requiere un objetivo que lo despierte
y lo dirija. Una manera de intensificar los deseos es presentar los objetos de
manera atrayente – excitante. Cuando se produce la conjunción del deseo y del
atractivo del objetivo surge la “fuerza de la motivación”.
Facilitadores de
la tarea: Estos factores ponen de manifiesto que entre el deseo y
el objetivo hay una tarea, un trabajo que hacer. Si la persona se siente capaz
de realizar esta tarea y conoce las estrategias debidas para poder hacerlo,
todo resulta mejor.
Por ello que, acorde a lo propuesta
en esta ecuación, para despertar la motivación se puede buscar incidir sobre el
deseo, sobre el valor del objeto o facilitar la tarea. Por ejemplo, si quiero
que un estudiante aprenda puedo buscar incitar sus intereses (deseo) o presentar
el estudio como algo atractivo (valor) y facilitar que sienta que el
aprendizaje es fácil de alcanzar y que puede seguir una estrategia para el logro
(facilitadores).
Bueno, los expertos en publicidad
clásica inventaron el modelo AIDA para motivar a las personas a adquirir un producto,
modelo que señalaba, Atraer, Interesar, Despertar el deseo y Activar el
comportamiento. No es casual que Watson comenzara en la psicología y terminara
en la industria de la publicidad.
En relación a la ecuación cuando
señalaba que uno de sus elementos esenciales son los deseos, la pregunta es ¿cuáles
son estos deseos? A su juicio se resumen sólo en tres (y bajo este esquema se pueden
agrupar muchas teorías de la motivación que hablan precisamente del tema).
Deseo de
bienestar personal. Se trata de que todos los humanos queremos vivir
agradablemente, lo que implica disfrutar de algunos placeres y evitar el dolor.
Este deseo hedónico se caracteriza por buscar placeres que se encierran en el
propio sujeto, bien en su cuerpo o en alguna meta centrada exclusivamente en su
propia satisfacción.
Deseo de
relacionarse socialmente, formar parte de un grupo o ser
aceptado. Somos seres sociales y sólo en sociedad podemos desarrollarnos.
Necesitamos ser reconocidos y apreciados por los demás. Tenemos una relación de
convivencia con los demás y esta inevitable relación es fuente de posibilidades
como de conflictos.
Deseo de ampliar
las posibilidades de acción. Es, en opinión del autor, el deseo más
específicamente humano, por que es el que nos lanza a metas lejanas, altas,
ideales, ilimitadas. Incluye deseos nombrados de distintas maneras por diversos
autores, pero se refieren a deseos de aumentar las posibilidades y afirmar el
propio “yo”.
¿Para que sirve esto?, bueno, cuando
queremos motivar a una persona o motivarnos a nosotros mismos, es
imprescindible activar alguno de nuestros deseos fundamentales o relacionar la
meta querida con alguno de esos deseos fundamentales.
Respecto de esto mismo parece que
el tercer deseo (ampliar posibilidades de acción) es crucial ya que es
específicamente humano. Me recuerda muchos el trabajo de Daniel
Pink sobre motivación, quien sostiene que hay tres elementos de la
motivación intrínseca que personas y organizaciones pueden utilizar para
aumentar el rendimiento e intensificar la satisfacción con el trabajo. Ellos
son: autonomía, maestría y determinación o finalidad. La autonomía se refiere a la posibilidad de elegir
por uno mismo, sensación que tiene un poderoso efecto sobre el rendimiento y la
actitud. Respecto del dominio, se refiere a algo así como capacidad,
competencia, poder. Y la finalidad, asociar nuestro esfuerzo y
dedicación a una causa más importante que nosotros mismos.
Al final se trata de un tema muy amplio,
que todo educador, padre, psicólogo, líder debiera ser capaz de gestionar, de
manera de despertar una energía interna en las personas con las que interactuamos,
que vean nuevas posibilidades alejándonos de cualquier manipulación.