(tomada de: https://es.slideshare.net/reinaldoguevara927/el-trabajo-humano-21624113)
Hoy me correspondió dar una
charla con funcionarios y funcionarias de apoyo a la academia de la Universidad
Católica del Norte en Coquimbo sobre el presente y el futuro del trabajo. He
compartido con quienes participaron varias ideas respecto de cómo el trabajo
hoy es tan distinto del trabajo en épocas anteriores y, por supuesto, como
podría ser distinto en el futuro.
Existen numerosas definiciones de
trabajo. Para el sitio web significados.com el trabajo es el conjunto de
actividades que son realizadas con el objetivo de alcanzar una meta, solucionar
un problema o producir bienes y servicios para atender las necesidades humanas.
La palabra trabajo proviene del latín tripaliāre, y esta a su vez de tripalĭum,
que era una especie de yugo para azotar a los esclavos en el Imperio Romano. Con
el paso del tiempo, el uso de la palabra se amplió para referirse a una
actividad que causara dolor físico y se asoció al trabajo en el campo, pero su
uso se extendió a otras actividades humanas.
Para wikipedia el trabajo puede
definirse como la ejecución de tareas que implican un esfuerzo físico o mental,
y que tienen como objetivo la producción de bienes y servicios para atender las
necesidades humanas. El trabajo es por tanto la actividad a través de la cual
el ser humano obtiene sus medios de subsistencia por lo que tiene que trabajar
para vivir o vive del trabajo de los demás.
Para Peiró (citado por Alcover) el
trabajo es el conjunto de actividades humanas, retribuidas o no, de carácter
productivo y creativo, que, mediante el uso de técnicas, instrumentos, materias
o informaciones, permite obtener, producir, o prestar bienes, productos o
servicios. En dicha actividad la persona aporta sus energías, habilidades,
conocimientos y otros recursos y obtiene algún tipo de compensación, que puede
ser material, psicológica o social.
Es posible que durante muchísimo
tiempo de nuestra historia como humanidad el trabajo se haya enfocado
fundamentalmente en la transformación de la naturaleza, lo que aún sigue
ocurriendo. Sin embargo, en los últimos tiempos también se ha ido enfocando en
la transformación ya no sólo de la naturaleza, sino que del mismo ser humano y
sus creaciones. Es por ello que hoy consideramos trabajo actividades que antes
no se habrían conceptualizado así como el deporte profesional, como el trabajo
artístico y varios otros.
El trabajo nos ha acompañado toda
la historia y es relativamente reciente la noción de trabajo como empleo, es
decir como un intercambio o transacción de tiempo, esfuerzo o conocimiento por
dinero. Esta es una consideración interesante ya que permite reflexionar por
ejemplo del trabajo hecho en casa como cocinar, cuidar niños o atender las
necesidades de la familia, actividad que no ha sido considerada empleo pero que
implica mucho trabajo. Al respecto es muy ilustrativo el libro “Quién le
preparaba la cena a Adam Smith” de Katrine Marsal.
Durante parte importante de la
historia de la humanidad el trabajo fue realizado por esclavos, así ha sido
descrito para Grecia y Roma y para muchos pueblos más. De hecho, todas esas
importantes obras públicas romanas de las que nos maravillamos aún, fueron
hechas por personas pertenecientes a pueblos conquistados por el imperio cuyas
poblaciones fueron esclavizadas. Lo mismo ocurrió en América con la conquista
española, donde los europeos esclavizaron (bueno, no le llamaron así
exactamente) a parte de la población y entregaron “encomiendas” donde con
trabajo forzado se extraía oro u otras actividades. Igual cosa en América del
norte y las grandes poblaciones de esclavos que trabajaron en el sur de EEUU en
el cultivo de la caña de azúcar.
En su libro sobre la historia del
trabajo Martín Hopenhayn reflexiona sobre el trabajo en Grecia, donde se
consideraba que era una actividad propia de los esclavos y la población
considerada ciudadana se dedicaba a otras actividades más nobles como
entrenarse para la guerra (Esparta) o la filosofía (Atenas).
En una escala de tiempo larga, correspondiente
a los 10 o 12 mil años que lleva la humanidad como agricultores y ganaderos podría
decirse que la esclavitud se acabó hace poco tiempo. En EEUU en 1865 al
concluir la guerra de secesión, en Chile en 1811 con la libertad de vientres y
en 1823 definitivamente. Hay una interesante nota en Wikipedia respecto de la
abolición de la esclavitud (ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Abolicionismo_de_la_esclavitud).
El impacto del término del
trabajo esclavo es que el trabajo se asocia cada vez más al empleo y al
trabajador le corresponde legítimamente recibir un pago en dinero por su
trabajo. Hoy debe haber lugares del mundo en que de manera abierta o encubierta
sigue existiendo trabajo esclavo, pero creo que la tendencia va en la línea de
destacar el intercambio tiempo – esfuerzo – conocimiento por dinero.
Durante toda la historia las
mujeres han trabajado mucho, realizando trabajo en el hogar (crianza, cocina,
aseo, atención de enfermos) y también han aportado en la actividad agrícola o
al pastoreo. Sin embargo, por alguna razón su trabajo ha sido invisibilizado o
no se ha considerado trabajo. Hasta nuestra época en que el tema se ha tomado
la agenda gracias al feminismo. Al respecto sugiero revisar el libro de Tatiana
Camps, liderar desde lo femenino donde pasa revista a la situación laboral de
las mujeres y dicha invisibilización.
A partir de la segunda guerra
mundial en EEUU cuando los hombres van al frente europeo, las mujeres comienzan
a incorporarse al mundo laboral en tareas fabriles, donde obtienen un salario a
cambio de su trabajo. En Chile esto ocurre masivamente en los años 80 cuando se
produce la crisis económica de esos años y trabajan muchas en los programas
llamados PEM y POJH. Hoy las mujeres ya no trabajan sólo en actividades como
operarias, participan de actividades profesionales de todo tipo y se incorporan
masivamente al mundo ejecutivo.
Es posible que nuestras abuelas o
madres hayan trabajado sólo en la casa y si hubieran trabajado lo hubieran
hecho en ocupaciones fundamentalmente femeninas (para otros tiempos) como
educación, atención de enfermos o relativas al cuidado de la casa. Hoy las
mujeres se incorporan a actividades impensadas años atrás como pilotear
aviones, gerenciar empresas, explotar minas, dirigir universidades y muchas más.
Aun en muchos lugares los sueldos para una mujer, por igual trabajo, siguen
siendo inferiores al de un hombre. En el futuro no será noticia que una mujer
tenga un trabajo similar a un hombre y gane lo mismo. Al contrario, la noticia
sería que así no fuera.
¿Por qué las mujeres no quisieron
volver a la casa luego de ingresar al mundo del trabajo?, yo creo que por
muchas razones pero hay dos que interpreto son fundamentales, la primera es que
al generar sus propios ingresos económicos ello les dio autonomía para tomar
decisiones, resolver problemas y reducir su dependencia del hombre (esto tiene
una derivada interesante de explorar y es cómo aumentaron primero las nulidades
y luego los divorcios a propósito del ingreso de la mujer al mundo del trabajo)
y, la segunda, es que descubrieron que podían ser inteligentes, bonitas,
simpáticas, competentes, lo que impactó en su autoestima y confianza personal.
Luego de aquello, ¿cómo alguna iba a querer retroceder y volver al lugar en que
estaba antes?.
Otro cambio relevante en relación
a épocas anteriores es la disminución del trabajo infantil. Hoy nos parece
anómalo, al menos en nuestro país, que los niños trabajen. Los niños tienen que
jugar, estudiar, compartir con sus amigos y ser niños, disfrutar la niñez como
una etapa bonita de la vida (también podríamos discutir si agregar prepararse
para la vida adulta). Esto no siempre fue así, ya que durante muchísimo tiempo
los niños trabajaban.
Esta fue la tónica en el mundo
agrícola donde los niños apenas podían se incorporaban a trabajar en el campo o
a cuidar animales junto a hermanos mayores y familia extensa. Esta también fue
la tónica en la revolución industrial y es el argumento de libros como los de
Charles Dickens. (al respecto sugiero revisar la entrada en Wikipedia sobre
trabajo infantil. En https://es.wikipedia.org/wiki/Explotaci%C3%B3n_infantil)
Hoy se han promulgado leyes
restrictivas del trabajo infantil. También al reducirse la pobreza, al menos en
Chile, el trabajo infantil es menos necesario para muchas familias. Otro factor
relevante es el aumento de la oferta escolar que permite que los niños
concurran al colegio, donde, además, en muchos de ellos se les otorga desayuno
y alimentación, con lo que menos necesitan trabajar. Incluso, con el aumento de
la matrícula universitaria en muchos casos no sólo ha disminuido el trabajo infantil,
sino que se ha incrementado para muchas personas la edad en que se incorporan
al mundo laboral, ya que en muchos casos esto sólo ocurre después de una
formación de carácter técnico o universitario.
Respecto de esto último, también
hay un cambio interesante en el trabajo moderno. No en todos los casos ni para
todas las personas, pero creo que es una tendencia hoy que ha aumentado el periodo
de educación previo a la incorporación al mundo del trabajo. Muchas actividades
en las que antes se requería una preparación básica hoy se han profesionalizado
y se requiere una formación previa para ingresar al trabajo. Esto se relaciona
con que muchos trabajos pueden ser más complejos también y no basta la mera preparación
dada por la educación básica o media. También se relaciona con que hay más
oferta de formación y las organizaciones aprovechan de contratar personas con
mayor “capital humano” como proponen algunas teorías de gestión de personas.
La cantidad de horas que se
trabaja ha sufrido un cambio considerable a medida que transcurre la historia.
Es posible que en la época agrícola se trabajase de forma continua incluyendo
sábados y domingos y “fiestas de guardar” ya que el ganado y las siembras
requieren atención y no respetan esos acontecimientos. En la época industrial
también se trabajaba mucho. En Chile hace algunos años se trabajaba 48 horas
semanales, hoy vamos en 45 y se discute si bajarlas a 40 horas.
Hay autores como Rutger Bregman
quien en su libro “Utopía para realistas” propone que se llegue a las 15 horas
de trabajo semanal, idea que hoy puede parecer descabellada como podría
haberles parecido a nuestros antepasados cuando trabajaban 80 horas y alguien
les hubiera hablado de 45, pero quien sabe, capaz que ahora trabajemos 40 y
luego 35 y luego 30. Hoy leía en alguna parte que Carlos Slim, empresario mexicano
proponía distribuir las horas en menos días, 3 o 4 días de trabajo a la semana,
con lo cual también podría cambiar esta semana laboral que conocemos de 6 días
de trabajo y 1 de descanso o 5 días de trabajo y 2 de descanso por 4 de trabajo
y 3 días libres. Quien sabe.
Más días libres y menos horas de
trabajo, con ingresos suficientes, da lugar a otro uso del tiempo, ya que las
personas pueden disponer con mayor libertad para otras actividades como hacer
deporte, compartir con amigos, disfrutar en familia, pasear, leer, vida espiritual
por lo que podría pensarse que ese equilibrio tan citado entre trabajo y vida
personal se logra mejor trabajando menos.
Otro cambio que me parece relevante
destacar es que el trabajo tiene cada vez menos componente de fuerza física y
cada vez mayor componente de actividad mental. Tal como hemos dicho
anteriormente, si los últimos 10 o 12 mil años hemos sido agricultores y
ganaderos, el grueso de la historia de la humanidad ha sido cultivar campos y atender
animales con todo el esfuerzo físico que ello ha implicado. Si consideramos
incluso la época industrial también se requería esfuerzo físico para manejar
todo tipo de maquinarias. En cambio, hoy, por supuesto, que sigue requiriéndose
esfuerzo físico en muchos trabajos, pero hoy se apoya en tecnología y automatización
que muchas veces reduce el esfuerzo físico. Al respecto basta pensar en el
manejo de maquinaria en minería, donde uno ve esos tremendos camiones que se
manejan con botones o en salas de comando con aire acondicionado a distancia.
Este cambio desde el componente
físico al componente mental ha redefinido completamente muchos trabajos, donde
ya no se trata de mover cosas o de hacer fuerza, sino que se trata de pensar, analizar, hacer
uso de inteligencia y de ciencia. Al respecto podría pensarse como ejemplo los
mismos trabajos agrícolas, objetos de máxima automatización como propone Rifkin
en El fin del trabajo, donde las personas que trabajan en esa actividad
utilizan fertilizantes, estaciones meteorológicas, riego tecnificado y máquinas
de todo tipo. Por supuesta que se trata de una actividad que sigue teniendo
cierto esfuerzo físico, pero es incomparable con 50, 100, 1000 o 10 mil años atrás.
Creo que el cambio desde mayor
componente físico a mayor componente mental del trabajo impacta en algo que
decíamos anteriormente y es la mayor profesionalización de muchas actividades,
donde no basta con la fuerza física, sino que debe aprenderse muchísimo antes
de desempeñarse laboralmente, aprendizajes necesarios para ejercer el trabajo.
Se me ocurre como ejemplo la
medicina. Antiguamente la medicina no era más que un cuerpo de prácticas tradicionales,
donde se asumía que algunas servían y otras claramente hasta podían enfermar
más a los pacientes. Hoy, la medicina tiene un gran componente mental,
comprensión del cuerpo y los sistemas, comprensión de la química que da origen
a los fármacos, técnicas quirúrgicas y terapéuticas de todo tipo. Por ello no
es raro que para poder ejercer esta profesión se requieran siete años para
formarse como médico básico y varios más para poder ejercer una especialidad.
Cuando el trabajo tenía este
mayor componente físico la alimentación debía ser consistente con aquello y por
lo tanto se requería consumir una gran cantidad de calorías diarias y mucho
hidrato de carbono para sustentar el esfuerzo corporal del trabajo. Hoy eso ha
cambiado y nuestras pautas alimentarias también deben cambiar, por lo que se
requieren menos calorías y otros cuidados en la dieta.
También el estrés laboral ha
cambiado de pauta. Es posible que antes el estrés tuviera que ver con el
cansancio físico luego de jornadas agotadoras. Hoy el estrés tiene más que ver
con las cargas mentales del trabajo, con el cumplimiento de exigencias, con el
uso del tiempo, con las relaciones humanas, con el clima organizacional, con
las oportunidades de desarrollo.
Y, para terminar, creo que otro
gran cambio está ocurriendo en relación al término de la vida laboral. Hemos
prolongado muchísimo la vida. Hoy la expectativa de vida de hombres y mujeres
está en los 80 años más – menos. Ello significa que si las mujeres se retiran
de la vida laboral a los 60 años y los hombres a los 65 quedan 15 o 20 años de
vida “sin trabajo” y en muchos casos más años aún y en condiciones de buena
salud.
Esto es algo novedoso en la
historia de la humanidad, donde trabajar hasta la muerte era la tónica para
mucha gente y no existía este periodo de vida post laboral, que, aunque
existiera no era tan largo y tampoco en buenas condiciones físicas.
Creo que por eso el tema de la
jubilación y las pensiones es un tema en todo el mundo no sólo en Chile ya que
requiere financiamiento y gestión.
También creo que esto supone
reflexionar como llegamos al término de la vida laboral o si seguimos
manteniendo alguna actividad laboral más flexible, más tranquila. También
supone reflexionar como las organizaciones aprovechan el conocimiento y la
experiencia de las personas mayores y la transfieren a quienes vienen llegando.
También significa como en cualquier institución se cuidan relaciones entre
personas de diferente edad.
Como decía al principio, estas
son mis notas para la charla que me correspondió dar. De todos los cambios
señalados ¿cuál consideras más relevante?, ¿qué otros cambios en el trabajo
destacarías?, ¿qué anticipas para el futuro?
Fuentes
principales:
Santiago Blinkis. “Pasaje al
futuro”.
Jeremy Rifkin. “El fin del
trabajo”.
Lynda Graton. “El futuro del
trabajo ya está aquí”.
Thomas Malone. “El futuro del
trabajo”.
Martin Hopenhayn. “Repensar el
trabajo”.
Carlos Alcover. “Psicología del
trabajo”.
Katrine Marsal. “Quién le
preparaba la cena a Adam Smith”
Tatiana Camps. “Liderar desde lo
femenino”.
Rutger Bregman. “Utopía para
realistas”