Tengo dos hijos universitarios y el gran tema de su vida actualmente
es el aprendizaje. También tengo dos hijos en edad escolar y el tema es el
mismo. Por supuesto que cambian los “contenidos” pero el desafío vital es el
mismo. Y qué decir de mí mismo, que a mis 52 años sigo “aprendiendo” sobre mi
trabajo, mi relación de pareja, la relación con mis padres y tantas otras
dimensiones de la vida.
El coaching especialmente, a lo que me dedico
profesionalmente, es una disciplina del aprendizaje. No del aprendizaje
memorístico del colegio, ni del aprendizaje de contenidos, sino que de
aprendizajes vitales, referidos a cómo hacemos frente a desafíos adaptativos en
la vida personal o laboral.
Y la actividad como profesor universitario de post grado o
relator de cursos de capacitación, a lo que también me dedico, es puro
aprendizaje. Claro, como se trata de aprendizaje con adultos, cambian las
técnicas, los temas, el énfasis aplicado, la relación conceptos – práctica,
pero, nuevamente el tema es el mismo: aprendizaje.
Y, es que el aprendizaje es lo más característico de los seres
humanos, todo lo que somos lo aprendemos, de nuestros padres, de nuestros
maestros, nuestros amigos, la familia extendida, los pares profesionales, el
entorno en el que nos desenvolvemos. Y, hoy, más que nunca, con este mundo
VUCA, acelerado, complejo, dinámico, impredecible, más necesario que nunca el
desarrollo de la competencia aprendizaje.
Stanislas Dehaene, desde las neurociencias, en su hermoso
trabajo se pregunta por qué la evolución habrá inventado el aprendizaje y su
respuesta es que “el precableado completo del cerebro no es ni posible ni
deseable”, (1) imposible porque si el
ADN debiera especificar todos los detalles de nuestros conocimientos,
simplemente no dispondría de la capacidad de almacenamiento necesaria e (2) indeseable porque el aprendizaje permite
adaptarse ventajosamente a las
condiciones específicas en que se vive.
A partir de esto el autor sostiene que el talento propio del
ser humano es “aprender” y debiéramos llamarnos más que homo sapiens, “homo docens”, la especie que se enseña
a sí misma. Dice “lo que sabemos del mundo, en su mayor parte, no es algo que
se nos haya dado, lo aprendimos del ambiente o del entorno. Ningún otro animal
pudo descubrir como nosotros los secretos del mundo natural. Gracias a la
extraordinaria flexibilidad de sus aprendizajes, nuestra especie logró salir de
su sabana natal, para cruzar desiertos, montañas, océanos y en apenas varios
miles de años conquistar las islas más remotas, las grutas más profundas, los
hielos marinos más inaccesibles e inhóspitos y hasta la luna. Desde la conquista
del fuego y la fabricación de herramientas hasta la invención de la
agricultura, la navegación o la fisión nuclear, la historia de la humanidad no
es otra que una reinvención constante. La fuente secreta de todos estos logros
es una sola: la extraordinaria facultad de nuestro cerebro de formular hipótesis
y seleccionarlas para transformar algunas de ellas en conocimientos solidos de
nuestro ambiente”
Para el ser humano el aprendizaje ocurre todo el tiempo y a
cada rato. Lo que sí cabe destacar es el invento de una institución, la “escuela”
especializada en el aprendizaje. Dice Dehaene, “la pedagogía activa es un
privilegio de nuestra especie, ningún otro animal se toma el tiempo de
enseñarle nuevos talentos a sus hijos, deliberadamente, prestando atención a
sus dificultades y errores. La invención de la escuela, que sistematiza la instrucción
informal presente en todas las sociedades humanas, supuso un incremento
significativo del potencial cerebral…..hoy en día la educación puede
considerarse el principal acelerador de nuestro cerebro”.
A partir de estas ideas creo que a todos nos debiera
preocupar la calidad de la educación que brindan jardines infantiles, colegios
e instituciones de educación superior, entendiendo calidad más que sólo
transmisión de información, sino que desarrollo de las habilidades básicas para
participar de la vida social, intelectual y afectiva de la comunidad. Creo que
no tenemos que ser expertos para hablar de educación. Parafraseando a Von Clausewitz,
cuando decía que la guerra es tan importante que no se puede dejar solo en
manos de los militares, creo que con la educación de nuestros niños pasa lo
mismo, es algo tan importante que no se puede dejar solo en manos de los
profesores o expertos en educación.
Dehaene se pregunta qué
es el aprendizaje. Para él, aprender es “construir un modelo interno del
mundo exterior”. Nuestro cerebro es portador de miles de esos modelos internos,
“tenemos todo en la cabeza” y la riqueza de estas representaciones mentales
supera la imaginación. En su opinión “el aprendizaje permite que el cerebro
atrape una porción de la realidad que antes le era ajena y la use para
construir un nuevo modelo del mundo, puede ser una porción de la realidad
exterior pero también de la realidad interna.
En resumen “Todos los aprendizajes dependen de que se
modifiquen los circuitos del cerebro durante un periodo sensible en que todavía
son flexibles y poseen un enorme margen de plasticidad, pese a estar parcialmente
especificados por la evolución”. A lo largo de la evolución el cerebro de los
seres humanos consiguió y pulió cuatro funciones de gran importancia que
maximizan la velocidad con la cual extraemos información del entorno, son lo
que Dehaene llama “los cuatro pilares del aprendizaje”. Cada vez que
necesitamos aprender y aprender rápido podemos confiar en ellos para optimizar
los esfuerzos. Estos pilares son:
1 La atención. Se
trata del conjunto de mecanismos mediante los cuales el cerebro seleccionar una
información, la amplifica, la canaliza y la profundiza. Este mecanismo resuelve
el problema de la saturación de información. Cada estudiante debe aprender a prestar
atención y los profesores deben prestar más atención a la atención. Dice el
autor “el mayor talento de un maestro consiste en canalizar y cautivar
constantemente la atención de los niños para guiarla hacia el objetivo o nivel
adecuado”.
Según el autor existen tres mecanismos diferentes de
atención:
-
El alerta que indica cuándo prestar atención y adapta nuestro
nivel de vigilancia.
-
La orientación de la atención que muestra a qué prestar
atención y amplifica cada objeto de interés.
-
El control ejecutivo que decide como procesar la información a
la que atendemos, selecciona los procesos que son apropiados para determinada
tarea y controla su ejecución.
2 El compromiso activo.
Que no significa que el niño deba moverse, sino que esté activo, comprometido.
Sólo aprendemos bien si tenemos una idea clara del objetivo que queremos
alcanzar y nos involucramos plenamente. Rara vez aprendemos si acumulamos
pasivamente estadísticas de estímulos que recibimos. La curiosidad es fundamental para el compromiso activo y
lamentablemente, muchas veces, las escuelas realizan prácticas que atentan
contra la curiosidad.
3 El feedback a partir
del error. Los errores desempeñan un papel crucial en el aprendizaje.
Cometer errores es la forma más natural de aprender, cada equivocación ofrece
una oportunidad. Siempre que recibamos comentarios sobre cómo mejorar, que
tengamos una señal sobre el camino correcto, los errores tenderán a disminuir. El
error, lleva a la sorpresa y esta al aprendizaje, por ello ello es crucial un
buen feedback (una devolución amable, precisa, que detecte, explique y corrija
el error).
4 La consolidación.
El cerebro dispone de mecanismos de automatización que compilan las operaciones
que utilizamos periódicamente a modo de rutinas más eficaces. Se trata de un
pasar de un tratamiento lento, consciente, laborioso a un funcionamiento rápido,
inconsciente y automático. Para la consolidación se requiere que el aprendizaje
se realice a intervalos regulares en vez de ocurrir en una lección engullida en
una sola jornada. Esto ocurre porque el cerebro consolida todas las noches lo
que aprendió durante la jornada.
Estos cuatro pilares del aprendizaje tienen derivadas hacia
muchos ámbitos, cómo enseñarles a los niños a prestar atención, el estimular la
curiosidad, el entregar una retroalimentación cariñosa, no castigadora y
aprender en porciones y consolidar.
Creo que muchos de estos aprendizajes no aplican solo a los
niños, también aplican a los adultos, cuando aprendemos en la Universidad o en
otros espacios institucionales: prestar atención, motivarse, recibir feedback y
consolidar.
Encontré un video del autor, breve y entretenido. En https://www.youtube.com/watch?v=0tOq-5SrhrE
y aquí otro un poco más largo. En https://www.youtube.com/watch?v=lFyNZPV2uMM
Buen inicio del año 2022, con mucho aprendizaje para todos.
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