Estoy
preparando una presentación que voy a hacer en un Encuentro de coaching en un
tiempo más y el tema sobre el que quiero hablar es acerca del clima
organizacional desde la perspectiva del coaching.
He dicho en
otros posts, que a mí me parece especialmente interesante interpretar el clima
organizacional como el estado de ánimo compartido entre los integrantes de un
equipo o de una organización. Creo que mirar de esta manera el clima permite
mayor fluidez, flexibilidad y está más conectado con la experiencia que tienen
quienes “viven” la organización, quienes se desempeñan en ella, los que más
allá de lo que pueda decir un test o encuesta “respiran” el clima, ya sea que
este sea positivo o negativo. Me parece también que mirarlo de esta manera
permite realizar intervenciones de otro tipo, más sistémicas, no centradas en
dimensiones parciales, poco conectadas.
Las
primeras teorías psicológicas sobre liderazgo (Michigan y Ohio) o las teorías
situacionales (Hersey y Blanchard entre otros) hicieron una distinción que
perdura hasta nuestros días, distinción entre orientación a la tarea o
resultados y la orientación a las personas o las relaciones humanas. La primera
se refiere a cuan orientado está el líder a cumplir con las actividades propias
del negocio en pos de lograr las metas de su cargo. La segunda se refiere a
cuan orientado está el líder a construir relaciones humanas positivas,
colaborativas, de apoyo.
En algún
momento se suele pensar estas orientaciones como polares, es decir, que
mientras más alguien se preocupa de las metas o resultados, menos se preocupa
de las personas o relaciones o viceversa. Me parece que mirarlo de esa manera
es equivocado, las organizaciones tienen valor social en la medida que cumplen
con sus resultados, sean cuales sean estos. Y por otro lado, las personas son
lo más importante en una organización, son las que crean valor y es preciso
cuidarlas y apoyarlas. Ambas orientaciones deben complementarse.
Estoy
convencido que la mayor parte de los líderes hace un esfuerzo honesto por
cumplir con sus metas y resultados y por cultivar relaciones humanas positivas
en el contexto laboral.
A partir de
estas reflexiones he construido una matriz con dos dimensiones, logro de
resultados – clima predominante (clima como estado de ánimo). A partir de ello
se pueden caracterizar cuatro tipos de organizaciones.
Matriz: (construcción
personal)
Camino al despeñadero: Se trata de organizaciones
que no logran sus resultados y tienen un estado de ánimo negativo, de cierre de
posibilidades, con desgano, desánimo, desinterés. Las personas que trabajan en
estas organizaciones se sienten frustradas, temen quedarse sin fuente de
trabajo. Tengo la idea que es como un
barco hundiéndose, en el que todos los pasajeros, incluido el capitán, quieren
huir de ahí.
Todo es una fiesta: Organización con baja orientación
al cumplimiento de resultados y un estado de ánimo positivo. Organizaciones que
por alguna razón no se orientan a los clientes, no desarrollan procesos de
negocios profundos y, sin embargo, por alguna razón (falta de competencia,
propiedad estatal, posición monopólica, etc.) no sienten la presión de cumplir
metas o resultados. Veo estas organizaciones como lugares donde las personas se
sienten contentas por la dinámica interna de la organización, aunque los
clientes o usuarios no sientan lo mismo.
Parecemos mercenarios: Se trata de organizaciones
en que predomina el cumplimiento de las tareas y las metas, con baja preocupación
por las personas. El estado de ánimo predominante puede ser el miedo, el agobio
o el resentimiento. En este caso, si bien cumplen con sus resultados, las
personas se declaran insatisfechas, buscan cambiarse de trabajo y cunde un
sentido de resentimiento con quienes dirigen la organización. Estoy convencido
que en lugares como este los resultados no son sostenibles en el tiempo y
quienes las lideran buscan estar poco tiempo para irse “en la cresta de la ola”
para no dejarle a quienes los sucedan el trabajo de “pagar los costos”.
El mejor lugar para trabajar: Lugares
donde simultáneamente se logran buenos resultados y existe un estado de ánimo
positivo, de entusiasmo, de ambición, de deseo de innovar y comprometerse. En
estos lugares idealmente las personas desean hacer contribuciones y se disfruta
el trabajo. Creo que a lugares como estos se refiere Losada cuando habla de
equipos de alto desempeño, con experiencias de escucha, de conectividad, de
positividad.
Creo que
todos deseamos trabajar en lugares como el último que he descrito. Me parece
que es posible de construir lugares como esos y quienes dirigen organizaciones
y quienes reflexionamos sobre estos temas, tenemos la obligación de pensar en
acciones que permitan contar con lugares como esos.
En mi experiencia
he trabajado en pocos lugares así y ha sido de lo mejor. Mi experiencia del
último tiempo ha sido en el caso c, “parecemos mercenarios” y he visto como si
bien se cumplen las metas, el nivel de sufrimiento, desgano, resentimiento y resignación
es enorme, lo que constituye una pérdida valiosa para la organización y para la
sociedad.