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miércoles, 8 de febrero de 2023

Cuándo, la ciencia de encontrar el momento preciso por Daniel Pink

 


Estamos en pleno verano en Chile y me pasa, me imagino que a mucha gente también, que en las tardes luego de almuerzo me baja un sueño enorme y mi productividad llega casi a cero. Bueno, no sólo me pasa en verano, también me pasa en invierno y en primavera y en otoño, jajajaja, parece que me pasa todo el año y en verano sólo se acrecienta con el calor, creo yo.

Sobre este y otros temas habla Daniel Pink en su entretenido libro “Cuando, la ciencia de encontrar el momento preciso”, donde se refiere a partir de diversas investigaciones científicas a fenómenos relacionados con el tiempo para los seres humanos.

Uno de estos temas es el que llama el ”patrón oculto de la vida cotidiana” donde analiza los ritmos circadianos, ese fenómeno descrito en el primer párrafo de este post. ¿De qué se tratan los ritmos circadianos?, de esos ritmos biológicos que nos hacen estar más alertas y más aletargados durante el día y como ello tiene relación con nuestro estado de ánimo, nuestras decisiones y con nuestra productividad.  

Al respecto cita varias investigaciones de diverso tipo, analizando por ejemplo los tuits emitidos por millones de personas diariamente según el afecto positivo o negativo que tenían o el comportamiento bursátil de operadores de la bolsa. ¿Cuál es la conclusión?, existe un patrón diario característico, más lúcidos en la mañana, un “bajón” al medio día y otro “peak” en la tarde.

Por supuesto que estos patrones pueden tener muchas variaciones individuales y esto es lo que refleja un segundo tema que describe Daniel Pink en su libro, las alondras, los búhos y los colibríes, que llama los “cronotipos”. Incluso propone una breve metodología para saber en qué condición nos encontramos.

Esta es la metodología simple. Pensando en los días libres, donde uno no está obligado a despertarse a una hora específica, contesta estas tres preguntas: 1.- ¿A qué hora te sueles ir a dormir?, 2.- ¿A qué hora te sueles levantar? y 3.- ¿Cuál es tu punto medio entre el comienzo y el final del sueño? Luego califica este dato, si es entre 00.00 y 03.00 una alondra, si es entre 03.00 y 05.00 colibrí y si es entre 05.00 y 12.00 búho.

En mi caso, normalmente me voy a dormir tipo 10.00 de la noche y me levanto a las 7.00 de la mañana, luego mi punto medio son las 2 y media de la mañana, o sea soy una alondra. Mi amigo Mauricio, se duerme a las 5.00 de la mañana y no se levanta antes de las 12.00 del día, su punto medio son las 8.30, un búho claramente.

Dice Pink, “la mayoría de las personas no son ni búhos ni alondras, son colibríes”, la única diferencia es “que los búhos extremos son más numerosos que las alondras extremas, desde el punto de vista estadístico tienen una cola más larga”.

Para ser búho, alondra o colibrí además de la genética importa la edad, según el autor. Los niños pequeños son, en general alondras, se levantan temprano, corren todo el día, pero no aguantan hasta muy tarde. En la pubertad, las alondras empiezan a transformarse en búhos, se levantan más tarde, ganan energía durante el día y se acuestan después de los padres. Algunos siguen así el resto de la vida y otros vuelven a ser alondras luego de la adolescencia. Cada persona tiene un ritmo característico, ni bueno ni malo, pero propio y característico.

A mi me parece interesante este tema y creo que entenderlo tiene relación con cuestiones prácticas como los horarios de ingreso al colegio, como las horas en que estudiamos o las horas que trabajamos y somos productivos. Al respecto podría ser interesante por ejemplo diferenciar los horarios de ingreso al colegio, hay adolescentes que, en virtud de su cronotipo, a las 8.00 de la mañana en clases no aprenden nada y eso no tiene que ver con buena o mala voluntad, tiene que ver con el ritmo temporal de la vida cotidiana. También creo que debería pensarse para organizar nuestro trabajo, hay personas que deben dedicarse a trabajar en la mañana, mientras más temprano mejor y otras definitivamente debieran entrar más tarde, ahí es cuando son productivas.

Bueno, dejo hasta aquí estas reflexiones para entusiasmarlos con el libro, donde luego explora toma de decisiones, siestas, comienzos, mitades y términos. He publicado otros artículos en este blog sobre Daniel Pink, entre ellos: Una nueva mente, la sorprendente verdad sobre lo que nos motiva y vender es humano, los invito a leerlos.

Mi reflexión final. Tal como lo hemos hablado en otros posts de este blog como en los comentarios sobre 4 mil semanas, el tiempo es crucial para la vida de los seres humanos, somos finitos, el tiempo se nos va aunque no lo queramos, por eso disfrutar la vida, compartir nuestros afectos con quienes amamos y dotar de sentido nuestra existencia es prioritario, al menos para mí.

viernes, 7 de enero de 2022

¿Cómo aprendemos? por Stanislas Dehaene

 


Tengo dos hijos universitarios y el gran tema de su vida actualmente es el aprendizaje. También tengo dos hijos en edad escolar y el tema es el mismo. Por supuesto que cambian los “contenidos” pero el desafío vital es el mismo. Y qué decir de mí mismo, que a mis 52 años sigo “aprendiendo” sobre mi trabajo, mi relación de pareja, la relación con mis padres y tantas otras dimensiones de la vida.

El coaching especialmente, a lo que me dedico profesionalmente, es una disciplina del aprendizaje. No del aprendizaje memorístico del colegio, ni del aprendizaje de contenidos, sino que de aprendizajes vitales, referidos a cómo hacemos frente a desafíos adaptativos en la vida personal o laboral.

Y la actividad como profesor universitario de post grado o relator de cursos de capacitación, a lo que también me dedico, es puro aprendizaje. Claro, como se trata de aprendizaje con adultos, cambian las técnicas, los temas, el énfasis aplicado, la relación conceptos – práctica, pero, nuevamente el tema es el mismo: aprendizaje.

Y, es que el aprendizaje es lo más característico de los seres humanos, todo lo que somos lo aprendemos, de nuestros padres, de nuestros maestros, nuestros amigos, la familia extendida, los pares profesionales, el entorno en el que nos desenvolvemos. Y, hoy, más que nunca, con este mundo VUCA, acelerado, complejo, dinámico, impredecible, más necesario que nunca el desarrollo de la competencia aprendizaje.

Stanislas Dehaene, desde las neurociencias, en su hermoso trabajo se pregunta por qué la evolución habrá inventado el aprendizaje y su respuesta es que “el precableado completo del cerebro no es ni posible ni deseable”, (1) imposible porque si el ADN debiera especificar todos los detalles de nuestros conocimientos, simplemente no dispondría de la capacidad de almacenamiento necesaria e (2) indeseable porque el aprendizaje permite adaptarse ventajosamente a  las condiciones específicas en que se vive.

A partir de esto el autor sostiene que el talento propio del ser humano es “aprender” y debiéramos llamarnos más que homo sapiens, “homo docens”, la especie que se enseña a sí misma. Dice “lo que sabemos del mundo, en su mayor parte, no es algo que se nos haya dado, lo aprendimos del ambiente o del entorno. Ningún otro animal pudo descubrir como nosotros los secretos del mundo natural. Gracias a la extraordinaria flexibilidad de sus aprendizajes, nuestra especie logró salir de su sabana natal, para cruzar desiertos, montañas, océanos y en apenas varios miles de años conquistar las islas más remotas, las grutas más profundas, los hielos marinos más inaccesibles e inhóspitos y hasta la luna. Desde la conquista del fuego y la fabricación de herramientas hasta la invención de la agricultura, la navegación o la fisión nuclear, la historia de la humanidad no es otra que una reinvención constante. La fuente secreta de todos estos logros es una sola: la extraordinaria facultad de nuestro cerebro de formular hipótesis y seleccionarlas para transformar algunas de ellas en conocimientos solidos de nuestro ambiente”

Para el ser humano el aprendizaje ocurre todo el tiempo y a cada rato. Lo que sí cabe destacar es el invento de una institución, la “escuela” especializada en el aprendizaje. Dice Dehaene, “la pedagogía activa es un privilegio de nuestra especie, ningún otro animal se toma el tiempo de enseñarle nuevos talentos a sus hijos, deliberadamente, prestando atención a sus dificultades y errores. La invención de la escuela, que sistematiza la instrucción informal presente en todas las sociedades humanas, supuso un incremento significativo del potencial cerebral…..hoy en día la educación puede considerarse el principal acelerador de nuestro cerebro”.

A partir de estas ideas creo que a todos nos debiera preocupar la calidad de la educación que brindan jardines infantiles, colegios e instituciones de educación superior, entendiendo calidad más que sólo transmisión de información, sino que desarrollo de las habilidades básicas para participar de la vida social, intelectual y afectiva de la comunidad. Creo que no tenemos que ser expertos para hablar de educación. Parafraseando a Von Clausewitz, cuando decía que la guerra es tan importante que no se puede dejar solo en manos de los militares, creo que con la educación de nuestros niños pasa lo mismo, es algo tan importante que no se puede dejar solo en manos de los profesores o expertos en educación.

Dehaene se pregunta qué es el aprendizaje. Para él, aprender es “construir un modelo interno del mundo exterior”. Nuestro cerebro es portador de miles de esos modelos internos, “tenemos todo en la cabeza” y la riqueza de estas representaciones mentales supera la imaginación. En su opinión “el aprendizaje permite que el cerebro atrape una porción de la realidad que antes le era ajena y la use para construir un nuevo modelo del mundo, puede ser una porción de la realidad exterior pero también de la realidad interna.

En resumen “Todos los aprendizajes dependen de que se modifiquen los circuitos del cerebro durante un periodo sensible en que todavía son flexibles y poseen un enorme margen de plasticidad, pese a estar parcialmente especificados por la evolución”. A lo largo de la evolución el cerebro de los seres humanos consiguió y pulió cuatro funciones de gran importancia que maximizan la velocidad con la cual extraemos información del entorno, son lo que Dehaene llama “los cuatro pilares del aprendizaje”. Cada vez que necesitamos aprender y aprender rápido podemos confiar en ellos para optimizar los esfuerzos. Estos pilares son:

1 La atención. Se trata del conjunto de mecanismos mediante los cuales el cerebro seleccionar una información, la amplifica, la canaliza y la profundiza. Este mecanismo resuelve el problema de la saturación de información. Cada estudiante debe aprender a prestar atención y los profesores deben prestar más atención a la atención. Dice el autor “el mayor talento de un maestro consiste en canalizar y cautivar constantemente la atención de los niños para guiarla hacia el objetivo o nivel adecuado”.

Según el autor existen tres mecanismos diferentes de atención:

-          El alerta que indica cuándo prestar atención y adapta nuestro nivel de vigilancia.

-          La orientación de la atención que muestra a qué prestar atención y amplifica cada objeto de interés.

-          El control ejecutivo que decide como procesar la información a la que atendemos, selecciona los procesos que son apropiados para determinada tarea y controla su ejecución.

2 El compromiso activo. Que no significa que el niño deba moverse, sino que esté activo, comprometido. Sólo aprendemos bien si tenemos una idea clara del objetivo que queremos alcanzar y nos involucramos plenamente. Rara vez aprendemos si acumulamos pasivamente estadísticas de estímulos que recibimos. La curiosidad es fundamental para el compromiso activo y lamentablemente, muchas veces, las escuelas realizan prácticas que atentan contra la curiosidad.

3 El feedback a partir del error. Los errores desempeñan un papel crucial en el aprendizaje. Cometer errores es la forma más natural de aprender, cada equivocación ofrece una oportunidad. Siempre que recibamos comentarios sobre cómo mejorar, que tengamos una señal sobre el camino correcto, los errores tenderán a disminuir. El error, lleva a la sorpresa y esta al aprendizaje, por ello ello es crucial un buen feedback (una devolución amable, precisa, que detecte, explique y corrija el error).

4 La consolidación. El cerebro dispone de mecanismos de automatización que compilan las operaciones que utilizamos periódicamente a modo de rutinas más eficaces. Se trata de un pasar de un tratamiento lento, consciente, laborioso a un funcionamiento rápido, inconsciente y automático. Para la consolidación se requiere que el aprendizaje se realice a intervalos regulares en vez de ocurrir en una lección engullida en una sola jornada. Esto ocurre porque el cerebro consolida todas las noches lo que aprendió durante la jornada.

Estos cuatro pilares del aprendizaje tienen derivadas hacia muchos ámbitos, cómo enseñarles a los niños a prestar atención, el estimular la curiosidad, el entregar una retroalimentación cariñosa, no castigadora y aprender en porciones y consolidar.

Creo que muchos de estos aprendizajes no aplican solo a los niños, también aplican a los adultos, cuando aprendemos en la Universidad o en otros espacios institucionales: prestar atención, motivarse, recibir feedback y consolidar.

Encontré un video del autor, breve y entretenido. En https://www.youtube.com/watch?v=0tOq-5SrhrE y aquí otro un poco más largo. En https://www.youtube.com/watch?v=lFyNZPV2uMM

Buen inicio del año 2022, con mucho aprendizaje para todos.

martes, 29 de diciembre de 2020

2020. El Año que vivimos en peligro.

 

(tomado de: Tomado de https://www.20minutos.es/

El título ya lo inventó Peter Weir con una magnífica película de los años 80 que además cuenta con una magistral pista musical de Maurice Jarre. Me parece que el título, ya usado por otros también, viene “de perilla” para este inolvidable año 2020 que nos ha tocado vivir a nivel local y planetario.

Yo diría que todo comenzó hacia fines del año 2019 cuando en Wuhan, China se descubrió el contagio por coronavirus covid 19. Los chinos, por un rato, no dijeron nada al resto del mundo, similar al comportamiento soviético en el desastre de Chernobyl. Y luego no les quedó más que reconocerlo cuando el virus se diseminó por todo el planeta en corto tiempo. La globalización es un hecho, todo se mueve por el planeta, gente, mercancías y virus por supuesto. Convertirnos en ciudadanos globales tiene algunos beneficios y algunos costos también.

Aquí en Chile hicimos como que nada pasaba. Mientras China y Europa comenzaban sus propios procesos de epidemia y cuarentenas, con miles de contagiados, nos fuimos de vacaciones e incluso comenzamos las clases haciendo grandes planes para el año, viviendo cual isla sin contacto con el mundo. Pocas conversaciones preparatorias y críticas a quienes ya prendían las alarmas, matando al mensajero para no escuchar su mensaje. Y el virus llegó y tuvimos que enfrentarlo. Como todo fenómeno nuevo nadie sabía muy bien qué hacer con él, ni siquiera las autoridades de salud, que daban palos de ciego con cuarentenas dinámicas procurando equilibrar la actividad económica con la salud o, como en Argentina, decretaban cuarentenas totales generando la ruina de muchas actividades sin impactar mayormente en la propagación del virus o como en Suecia no hacían nada apelando a la inmunidad de rebaño.

Todo comenzó a ser “tele”, teletrabajo, teleclases, telemedicina, teleterapia. Como era algo nuevo, con lo que no teníamos familiaridad había mucho miedo e inseguridad con su uso. Y, poco a poco, empezamos a consultar al médico por la pantalla, a participar de clases de todo tipo, a trabajar on line en las empresas y esto agarró vuelo. Pasamos de la inseguridad al gusto y hoy está lleno de gente que duda de volver a las actividades presenciales. Seguramente evolucionaremos hacia un mix de presencial y on line, con grandes beneficios. Esto me hace reflexionar sobre el cambio y el aprendizaje, cuánto nos resistimos muchas veces al cambio y cómo nos parece mucho más fácil y entretenido cuando ya hemos aprendido.

Tengo la opinión que uno de los grupos que más vivió este proceso de resistencia – aprendizaje y gusto fueron los profesores de todo nivel. Se resistían con argumentos de todo tipo a hacer clases on line. De a poco, con timidez, practicaban con charlas, videos y muchas otras herramientas. Y, al final del año, muchos han demostrado una tremenda capacidad de adaptación y aprendizaje. A mí esto me da optimismo ya que si lo que define la profesión de profesor es el aprendizaje, un grupo importante ha demostrado gran capacidad de aprender.

Los hospitales y el sistema de salud, al menos en Chile, hicieron bien su trabajo, conozco historias de personal de salud que han dedicado largas horas a cuidar enfermos postergando sus vidas personales. Ello es admirable. No así la gente que hace fiestas en cuarentena, se junta con otros y pone en riesgo la salud de los demás propagando el bicho. Creo que el personal de salud ha trabajado duro y merecen más valoración y reconocimiento, económico por supuesto, pero sobre todo reconocimiento social.

Algunos colegios se la jugaron por sus apoderados, profesores y alumnos. Como el colegio particular pagado donde tengo a mis hijos, con quienes fuimos a hablar a principios de año y contarles lo difícil que se nos estaba haciendo el año y nos ofrecieron tan gentilmente pagar solo el 50% de la colegiatura del resto del año, sin que fuera un crédito ni una postergación, como nos dijo el director de administración y finanzas de manera explícita “un beneficio para ayudar a los apoderados tan leales con el colegio” o como nos indicó el rector  “les asignamos un beneficio covid” sólo que sin escribirlo en ninguna parte. Lo triste del caso es que ahora al concluir el año desconocieron las promesas que nos habían hecho, nos cobraron los meses de descuento y aún no nos permiten matricular a nuestros niños para el año 2021.

Esta triste experiencia con el colegio donde me ha llevado a reflexionar que la educación no se trata solo de contenidos se trata de valores. Y que el liderazgo no tiene que ver con puros discursos, se relaciona con la valentía de decir que no cuando corresponde y a cumplir promesas, solo así se pueden generar relaciones largas y construir confianza.

A nivel país un año duro para mucha gente que vio cómo le suspendían el empleo o derechamente se quedaba sin trabajo. Y más allá de enfocarse en cómo revertir estas dificultades, muchos políticos dedicados a las “acusaciones constitucionales” para ponerle piedritas en el camino al gobierno de turno e intencionar su fracaso, en juegos de poder que les gustan a los políticos pero que no le sirven a la gente.

Compartir todo el año con los niños en casa, fantástico. Sentir la nostálgica por los seres queridos que  tenemos en otros lados, lejos. Conectarnos con las emociones y empatizar con los que lo han pasado mal. Echar de menos a los amigos con quienes nos juntábamos a compartir la vida. Valorar los besos y abrazos, el contacto cercano. Respetar ese tan mal término de “distanciamiento social” que debiera llamarse solo distanciamiento físico, porque de social no tiene nada, hemos estado lejos de distancia pero más cerca de corazón.

Lo de la incertidumbre importante, la vida del ser humano es incierta, lo único que sabemos es que moriremos, ni cuándo, ni cómo, ni cómo viviremos, con quien nos casaremos si es que nos casamos, que profesión cultivaremos, en qué ciudad estaremos. La pandemia nos ha invitado a amigarnos un poco más con la incertidumbre y el aprendizaje.

Además valorar. Puedo enumerar muchas razones por las cuales esta pandemia es distinta de la que le tocó vivir a la humanidad el año 1920. Dos de ellas, de las que podríamos hablar largo rato, tenemos netflix y tenemos zoom.

Al menos en Chile el sistema educacional y el sistema de salud han respondido bastante bien, excepto el colegio  donde tengo a mis hijos que mostró pequeñez y falta de empatía, bueno, en las crisis se ven las grandes personas y las grandes organizaciones, en las crisis se ve lo mejor y lo peor de la gente. La vida misma.

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Grit, el poder de la pasión y la perseverancia (lo más importante para tener éxito y ser feliz no es el talento). Angela Duckworth

 


Sigo leyendo mujeres que escriben de temas de gestión y liderazgo. Ahora me tocó el turno de leer a Angela Duckworth y su libro “Grit, el poder de la pasión y la perseverancia”. Un libro rápido de leer y con una idea fuerza de mucha importancia, sobre todo para quienes trabajamos en el ámbito de gestión de personas (y también para quienes criamos hijos o somos profesores).

La autora discute sobre la psicología del éxito. ¿Qué es lo que lleva a que algunas personas logren éxito en sus proyectos, en sus carreras, en el deporte y en muchos ámbitos más? Y al revés ¿qué hace que muchas personas se rindan y dejen “la carrera a la mitad”? La respuesta habitual a esta pregunta es “el talento” o la falta del mismo.

¿Por qué solemos usar el talento o su falta para explicar el éxito y el fracaso?

La consultora Mc Kinsey popularizó este término hace algunos años cuando habló de la “Guerra por el talento”, transmitiendo la idea que las empresas triunfan o fracasan en la economía moderna dependiendo de su capacidad para atraer y retener a jugadores de primera clase. Esta idea ha sido muy cuestionada pero mantiene cierta popularidad. De hecho hay un artículo muy interesante de Malcom Gladwell donde cuestiona con buenos argumentos el tema del talento.

Qué es el talento según Mc Kinsey: “es la suma de las aptitudes de una persona, sus dotes intrínsecas, habilidades, conocimientos, experiencias, inteligencia, juicios de valor, actitudes, carácter e ímpetu. También incluye su capacidad para aprender y crecer”. Lo que más destaca la definición son las “dotes intrínsecas”.

Como muchas veces no se ve el esfuerzo, la dedicación, el entrenamiento, la pasión, las horas de práctica que alguien dedica a un determinado logro se recurre a la explicación del talento o a su falta, pero esto es muy engañoso. De hecho, Angela cita a Nietsche, quien dice “cuando todo es perfecto no nos preguntamos como ha llegado a ocurrir. Nos alegramos del hecho presente como si hubiera surgido por arte de magia”.

Yo creo que efectivamente existen personas que tienen más talento innato para algo que otras, a partir de su inteligencia, sus destrezas físicas o cualquier otra cualidad. Pero, el talento no basta, se requieren otros elementos. De hecho, puede darse el caso de gente “muy talentosa” que al no practicar, ni esforzarse, nunca nutre sus habilidades innatas y termina siendo “del montón”.

En mi opinión este tema del talento tiene una derivada importante hacia el ámbito de gestión de personas donde se habla continuamente de “gestión del talento”, de atraer talento, de retenerlo y otras expresiones parecidas, como si, metafóricamente, bastara con tener buenos jugadores para ganar un partido, sin pensar en la estrategia, en el entrenamiento, en la colaboración, en los incentivos y, sobre todo, en el sentido de propósito y esfuerzo que, siguiendo la metáfora, los jugadores necesitan desarrollar. Creo que mirado desde esa óptica, muchas veces la gestión de personas está muy perdida en sus énfasis. Necesitamos talento pero este por sí mismo no basta.

Angela cuestiona la explicación tradicional del talento para el éxito  y se inclina por el GRIT, una mezcla entre pasión y perseverancia. Sus ideas pueden resumirse así: “con independencia del ámbito que fuera los grandes triunfadores tenían una feroz determinación que actuaba de dos formas. En primer lugar  exhibían una fortaleza y tenacidad fuera de lo común. Y, en segundo lugar, sabían a un nivel muy profundo lo que querían en la vida. No solo tenían determinación, sino que además sabían dónde querían llegar”.

Creo que la autora busca agrupar estas características inventando un nombre atractivo, una suerte de acción de marketing. En general ello es más propio de otras áreas que de la psicología, pero le concedo el punto que inventa un nombre que pega.

El grit tiene dos componentes: la pasión y la perseverancia.

Respecto de la pasión: Tiene que ver con seguir los objetivos con el paso del tiempo, no se refiere a un entusiasmo pasajero sino que “al aguante”. Tampoco se refiere a cualquier meta de baja jerarquía, sino que a las metas importantes, aquellas que configuran un “interés principal”. Dice la autora “cuando hablo de la pasión no solo me refiere a que haya algo que te importa, sino que además te entregas a ese mismo objetivo principal con fidelidad y constancia. No es un capricho…….la mayoría de tus acciones importan porque tienen que ver con tu interés principal, tu filosofía de vida”

En relación a la perseverancia: Se refiere a la tendencia a no abandonar las tareas ante los obstáculos, a la fuerza de voluntad, la silenciosa determinación de mantener un curso de acción una vez tomada la decisión. La perseverancia no excluye el abandono de metas de nivel inferior, lo que es muy necesario a veces, sino que el no abandono del interés principal

Ya citaba hace un tiempo atrás a Ken Robinson, quien hablaba en “El Elemento” la importancia de descubrir la pasión, aquello que nos mueve. Creo que la pasión se conecta tanto con el sentido del propósito, de cómo cada uno de nosotros contribuye al bienestar de la humanidad de maneras características. Creo que una pasión no tiene porque ser vociferante ni escandalosa, basta con que se refleje en la acción. También me pasa que veo tantas personas que trabajan con poca pasión, por rutina, por dinero o por meramente cumplir obligaciones.

¿El grit se desarrolla?, claro que si, dependerá como todo, de la genética y de la experiencia. Y, su desarrollo sigue una secuencia de 4 pasos: interés, práctica, propósito y esperanza.

Interés: Es lo que primero surge. La pasión aparece al disfrutar lo que haces. Claro, hay aspectos del trabajo que gustan más y otros que gustan menos, pero por lo general cuando aparece el interés el trabajo cautiva y parece importante.

Práctica: Tras haber descubierto un área en particular y sentir interés por ella, la persona se dedica a practicar las habilidades para llegar a dominarlas, cueste lo que cueste. La persona se esfuerza por superar los puntos débiles y práctica, práctica, una y otra vez, muchas horas diarias, semanales, mensuales.

Propósito: La pasión aumenta al estar convencido que el trabajo es importante. Es difícil conservar un interés carente de propósito por largo plazo. Por eso que es necesario que el trabajo sea interesante pero al mismo tiempo se ligue al bienestar de los demás. A veces la sensación de propósito surge enseguida, en cambio para otros surge a medida que se adquiere el interés y se fortalece la práctica.

Esperanza: A juicio de la autora, la esperanza es estar a la altura de la perseverancia. Con ello quiere decir que “es importante aprender a seguir adelante incluso cuando las cosas se ponen difíciles, aunque tengamos dudas”, “en distintos momentos, de forma importante o pequeña, la vida nos derribará de un bandazo” por lo que es crucial volver a ponerse de pie.

Decía al principio que el libro es relevante para quienes trabajamos en gestión de personas, pero también para quienes criamos niños y se me ocurre que para quienes trabajamos como profesores. Conectar a nuestros colaboradores, hijos o alumnos con su pasión, con aquello que los mueves, fortalecer su perseverancia, de persistir en aquello valioso más allá del cansancio, de las horas dedicadas o de motivaciones simples como el mero cumplimiento o la obtención de incentivos, sino que con propósitos trascedentes y prosociales.

Encontré una charla tedex donde Angela expone sus ideas. Se puede ver en: https://www.ted.com/talks/angela_lee_duckworth_grit_the_power_of_passion_and_perseverance?language=es

lunes, 15 de junio de 2020

El Fin de la Educación. Neil Postman




Ya es un libro algo antiguo pues fue publicado originalmente el año 1979, sin embargo no pierde actualidad, menos en nuestro país donde la educación (la buena y la mala educación) es un tema recurrente en las conversaciones más ahora que nos encontramos en plena pandemia, con todos los colegios y Universidades cerrados y muchos estudiantes aprendiendo de maneras remotas vía plataformas electrónicas.

La educación es tan importante que las conversaciones en torno a ella no se pueden dejar sólo a los profesores por importantes que sean y menos a los políticos, que cuando conversan de esta la usan como munición ideológica y a lo más se preocupan de temas financieros de la educación, sin reflexionar acerca de su propósito.

El autor hace un juego de palabras, refiriéndose al fin de la educación, como si dados todos los cambios tecnológicos ésta ya no fuera necesaria y al fin de la educación, en el sentido de su propósito o finalidad.

Respecto de lo primero. ¿Es posible pensar el fin de la educación como la conocemos?. En mi opinión creo que la educación presencial seguirá existiendo por mucho tiempo más, pero es indudable que vendrán muchos cambios post pandemia. Y creo que el principal cambio será la masificación del “tele aprendizaje”, con un aumento de la oferta vía plataformas electrónicas. Publiqué un post sobre este tema hace poco.

En la misma línea creo que la educación presencial seguirá existiendo por mucho tiempo  más que por la mera entrega de contenidos educativos por el espacio social que se genera cuando se aprende con otros, y aun considerando toda la segmentación de nuestro sistema escolar y universitario, no es lo mismo aprender frente a una pantalla solo, que con otras personas con quienes se conversa, se juega, se dialoga, se simula, en definitiva se interactúa en carne y hueso.

A lo anterior debe agregarse que las pantallas no reemplazan a los profesores en el rol “mediador” del aprendizaje. Ya se acabó el concepto que el profesor siempre sabe más que los estudiantes a los que les enseña. Ello no tiene que ser así necesariamente, pero si el profesor sabe más como destacar lo importante, como proveer de experiencias de aprendizaje, como organizar las secuencias de lo que alguien tiene que aprender, como conectar lo aprendido con otros temas y, sobre todo, oficiar de mentor en muchos aprendizajes, sobre todo en la educación profesional.

También creo que es imprescindible que las instituciones educativas cambien radicalmente en sus formas organizativas y en su relación con el entorno. Requieren más dialogo con la comunidad, más escucha de lo que a los niños les gusta, más flexibilidad en su organización, más diversidad en su composición profesional, otros estilos de liderazgo. Hoy mismo nos pasaba con el colegio donde tenemos a nuestros niños, luego de tres meses nos reunimos para solicitar más horas de clases on line y producto de una mutua escucha respetuosa se acuerdan cambios significativos en el aprendizaje de los niños. No me cabe duda que van a  continuar aprendiendo con tic –toc o viendo youtube, pero necesitan que el colegio se adapte a los nuevos tiempos e interactue con ellos de un modo distinto. Es un desafío para profesores, por cierto. Es un desafío para el Jefe técnico, no me cabe duda. Pero, sobre todo, es un desafío para la institución ajustar su coordinación a estas circunstancias. Publiqué un post sobre este tema hace un tiempo siguiendo las ideas de Ernesto Gore

Respecto del segundo tema enunciado por Postman en su juego de palabras referido al propósito de la educación.

La educación tiene dos problemas, plantea Postman, el primero es de índole técnico y se refiere fundamentalmente al diseño educacional, decidir por qué medios se va a instruir a los jóvenes. Dice “dicho problema trata de las cuestiones relativas al dónde y al cuándo se harán determinadas cosas y, por supuesto del cómo debe producirse el aprendizaje. Frecuentemente se le da una importancia mayor de la que merece, hay muchos métodos y modelos, dice metafóricamente que “hay una y mil formas de cantar himnos tribales, todas ellas correctas”.

Hace tiempo publiqué un post sobre el libro de David Perkins, “educar para un mundo cambiante”, donde a partir de la pregunta ¿Qué merece la pena aprender en la escuela?, el autor hablaba de modelos, enfoques y prácticas, siempre teniendo en cuenta que son temas discutibles donde no hay opiniones únicas, pero donde no debe perderse el foco en que los estudiantes aprendan “cosas que valen la pena”.

El segundo problema es de naturaleza metafísica, se necesita una razón, algo más bien abstracto, que no resulta fácil de describir pero sin cuya presencia la escolarización no funciona. Dice “para que la escuela tenga sentido, los alumnos, sus padres y sus profesores necesitan un dios al que servir o, aún mejor varios dioses. Si carecen de ellos, la escuela pierde todo su significado”.

El autor se refiere con el concepto de dios, al término “narrativa”, una historia que hable de orígenes y plantee un futuro, una historia que construya ideales, prescriba reglas de conducta, proporcione una fuente de autoridad y, sobre todo confiera un sentido de identidad y propósito.

Ya lo decía en un post anterior cuando hablaba de Yuval Harari y su libro Sapiens. Los seres humanos desarrollamos una capacidad única para la colaboración flexible y a gran escala, gracias a las historias, narrativas o cuentos que nos contamos.

¿Cuál es el fin de la educación se pregunta Postman?, cual es la narrativa que le da sentido a la educación. Si no contamos con ella queda solo al nivel técnico, de cómo organizar un curriculum o una sesión de clases. Ello puede tener complejidades técnicas, pero no apunta al propósito, al para qué de la educación.

Dice que “hubo un tiempo en el que los educadores se hacían famosos por su capacidad para proporcionar motivos para aprender ahora lo hacen por su capacidad para inventar métodos”.

Este es posiblemente el gran desafío que enfrentamos hoy, ponernos de acuerdo en el para qué de la educación, un para qué “grande” que tenga sentido y significado y que no sea algo estrecho como una idea religiosa particular, el nacionalismo chovinista, ni siquiera las competencias para tener un buen trabajo en el futuro. Todas ellas quedan “chicas” para los desafíos que enfrentamos como humanidad, que se hacen patentes ahora que estamos viviendo una pandemia.

El autor propone varios fines de la educación y el que más me gusta es “la metáfora de la nave espacial llamada planeta tierra”. Nuestro planeta se desplaza por el universo a 110.700 kms. por hora según el Diario La Vanguardia. Es una narrativa por desarrollar, pero debiera implicar que más allá de habitantes de países, habitamos el mismo y único planeta. Dice Postman: “El relato de la nave espacial tiene el poder de vincular a las personas, convierte el concepto de racismo a la vez en irrelevante y ridículo, poniendo de manifiesto la interdependencia entre los seres humanos y su necesidad de solidaridad. Si alguna parte de la nave es contaminada todo el resto se resiente” ”esta narrativa no colisiona con ninguna tradición religiosa….ni entra en conflicto con los relatos nacionales o tribales”.

No tengo clara la respuesta al para qué de la educación. Creo que el valor también está en la pregunta, más allá de una respuesta correcta o incorrecta. Es una pregunta para conversar con nuestros niños y en familia, es una pregunta para conversar en los colegios y en todos lados. Estoy seguro que bien llevada como conversación nos sacará del mero aspecto técnico y nos pondrá a hablar de sentidos.

lunes, 9 de septiembre de 2019

Educar para un mundo cambiante. David Perkins



Me encantó. Lo traje en un viaje que hice a Talca y luego a Temuco y lo he disfrutado muchísimo. Comienza con una pregunta sencilla y no por ello fácil de responder. ¿Qué merece la pena aprender en la escuela? Y para uno que ya está más viejo no es una pregunta trivial, ya que muchas cosas que se aprenden en el colegio a estas alturas de la vida parecen no haber servido para nada y posiblemente otras que se tocaron de manera marginal han resultado de la máxima importancia. Y creo que la pregunta no vale solo para la época escolar también vale para la formación universitaria.

Además esta pregunta que hace Perkins nos obliga a reflexionar sobre lo importante en educación, algo que hoy entre los intereses creados de quienes quieran que todo siga igual y las rutinas establecidas por años en educación puede no ser una empresa fácil. Y, cita por ejemplo las ecuaciones de segundo grado, ¿por qué deberían aprenderse si, para la mayor parte de las personas, en su vida cotidiana, no tienen ninguna utilidad, incluyéndome? ¿Por qué no debiera dársele más importancia a las probabilidades o al cálculo de porcentajes, de mucho mayor uso y valor en cuanto a decisiones cotidianas?

La gracia de la pregunta es que no tiene una respuesta única, una respuesta definitiva, entre otras cosas porque el futuro es completamente incierto y pronosticarlo un ejercicio que puede no servir para nada. Por ello el valor de la pregunta es la reflexión que dispara y las conversaciones que genera y si no tenemos respuesta mucho mejor, pues nos obliga a inventar una respuesta completamente nueva.

La pregunta ¿por qué tenemos que aprender esto?, tan habitual entre los estudiantes no tiene una respuesta fácil para el profesor, ya que nos desafía a fundamentar desde alguna parte la importancia de lo que enseñamos y, la verdad sea dicha, para muchos profesores, a veces tampoco tiene una buena respuesta: porque está en el programa, porque así se ha hecho siempre, porque a lo mejor le va a servir en algún momento de la vida, o, lo que es muy triste, muchas veces reconocer que el estudiante tiene razón y la verdad es que no sirve para nada, lo que nos confronta con el sentido de lo que hacemos. Hoy más que nunca creo que es una pregunta legítima de parte de los estudiantes y de parte de las familias y tanto profesores como institución escolar debieran tener mejores respuestas.

Según yo entiendo las ideas de Perkins en ningún minuto cuestiona las disciplinas tradicionales sino que aboga  por una renovación, por un “muestreo inteligente” respecto de la selección de aquello que debe enseñarse y su integración con temas transversales que no son propios de una disciplina en particular o son propios de interdisciplinas como se desarrollan hoy.

El concepto de “muestreo inteligente” lo repite mucho en el libro como un buen criterio a tener en cuenta para escoger que enseñar. Se basa en los profesores de literatura, quienes para enseñar una época, corriente o autores tienen que escoger unos y desechar otros. Esto puede ir cambiando con el tiempo, puede cambiar con la preparación de los alumnos y otros criterios, lo importante es escoger aquello que resulta relevante enseñar y aprender.

A partir de ello se enfoca en tres temas: definir los grandes temas de comprensión, establecer que son grandes preguntas y elegir las grandes destrezas.

1 Grandes temas de comprensión:
Me gusta cuando dice que se deben aprender “temas grandes” de comprensión, relacionados con el mundo en el que vivimos y el modo en que lo hacemos. No sirven para ser ni expertos ni especialistas en algo, lo que puede ser innecesario, pero generan lo que llama “amauterismo experto”, con lo que entiendo que se refiere a tener recursos para arreglárselas en la vida en distintos temas relevantes.
Los grandes temas lo son en cuatro sentidos:

Grandes en información: comprenderlos ayuda a desvelar el funcionamiento de nuestro mundo físico, social y artístico y también el de otros mundos.

Grandes en actos: comprenderlos nos proporciona el poder para actuar con eficacia desde diferentes puntos de vista: profesional social, político, etc.

Grandes en ética: comprenderlos nos empuja hacia formas de pensar y conductas más éticas, humanas y comprometidas.

Grandes en oportunidad: hay muchas probabilidades de que algunos de estos temas se comprenden en momentos claves y en muy diversas circunstancias.

2 Grandes preguntas:
Cita a Jared Diamond, quien en su libro Armas gérmenes y acero, cita a Yali (nativo de Nueva Guinea) quien le pregunta ¿por qué los occidentales llevan tanta carga y  nosotros tan poca?, lo que lo obliga a reflexionar y teorizar respecto de cómo se desarrolló la civilización en Asia y Europa a partir de ciertas condiciones más que una superioridad innata. Estamos llenos de grandes preguntas, entonces, por qué no comenzar la educación desde allí, desde preguntas valiosas para la vida que tendrán los estudiantes.

Las grandes preguntas aluden a temas sobre la humanidad, el mundo y el universo. Las grandes preguntas encuentran significado en casi todos los contextos, ya sean preguntas por qué, o cómo, o que hay ahí o cuándo, etc.

Me gusta lo que dice Perkins “conocer una pregunta importante, mantenerla viva en la mente y desarrollar la habilidad de planteársela es poseer una especie de pasión y poder para moverse por el mundo. Aunque estamos profundamente condicionados para pensar que lo que aprendemos son respuestas, las grandes preguntas son algo que merece la pena aprender”.

3 Grandes destrezas:

Ya comenzamos a adentrarnos en el siglo XXI por lo que el autor se pregunta, más allá de contenidos que aprender, cuales son las destrezas que se requiere aprender. Son muchas las destrezas que los expertos seleccionan y cita varios modelos al respecto. Nuestros hijos no necesitan solo aprender contenidos sino que requieren habilidades o competencias y es muy importante identificarlas para que las aprendan.

He escrito sobre este tema en mi blog a partir del trabajo de Pink o de Gratton y otras reflexiones.

A mero título de ejemplo destaca el marco de referencia europeo que dice: comunicación en lengua materna, comunicación en lenguas extranjeras, competencia matemática y competencia en ciencia y tecnología, competencia digital, aprender a aprender, competencias sociales y cívicas, sentido de iniciativa y espíritu emprendedor conciencia y expresiones culturales. La otra que cita son las 4cs, donde se destaca: comunicación, colaboración, pensamiento crítico y creatividad.

Para cerrar este post, Me gustó muchísimo la humildad con que el autor escribe, deja bien en claro que no tiene las respuestas, que tiene algunas ideas acerca de cómo debe ser la educación pero eso son ideas, reflexiones, preguntas. Concluye con la idea de la sabiduría, que el aprendizaje valioso se acerca a la sabiduría, no es pura información, ni puro conocimiento, sino que es algo más que eso, relacionado con los aspectos pragmáticos de la vida y, al final de cuentas, para qué sirve la educación, no para tener datos, no para tener conocimiento, sino que para ser sabio en la vida.

miércoles, 17 de julio de 2019

La Escuela como organización. Ernesto Gore




Me ha tocado mucho últimamente trabajar en el ámbito educativo como psicólogo organizacional. Me ha parecido especialmente interesante la perspectiva que propone Ernesto Gore en su libro “la educación en la empresa”, donde tiene un capítulo sobre la Escuela como organización.

En este trabajo Gore propone que muchos de los problemas educativos son problemas organizacionales, por lo que no basta sólo mirar la institución escolar con ojos educacionales sino que hay que mirarla con ojos organizacionales. Creo que en esto las personas con formación organizacional como muchos psicólogos, aunque no todos los psicólogos, podemos hacer grandes aportes.

Ya decía en su tiempo Edgar Schein que una organización es “la coordinación planificada de las actividades de un grupo de personas para procurar el logro de un objetivo o propósito explícito y común a través de la división del trabajo y funciones y, a través de una jerarquía de autoridad y responsabilidad”.

La escuela es una organización como cualquier otra, ya que requiere coordinación, un grupo de personas, objetivos y propósitos, división del trabajo, jerarquía. Es cierto que el “giro del negocio” no es el mismo que podría tener un banco, un supermercado o un hospital, pero ello no quita que tenga los mismos problemas y desafíos que cualquier organización, entre ellos, como cumplir mejor sus propósitos, en particular cuando el mundo en que se inventó la escuela como organización y el mundo actual son muy diferentes.

Esto me recuerda las reflexiones de Ken Robinson respecto de escuela e inteligencia, donde no podemos seguir usando el mismo paradigma de inicios del siglo XX para concebir a los niños y sus capacidades. Igual cosa, no podemos seguir pensando la institución escolar hoy día, igual que hace 120 años atrás. El mundo ha cambiado, los niños y las familias han cambiado y, esto es muy cierto, las organizaciones también han cambiado mucho.

Gore señala varios ejemplos de situaciones propias de la vida escolar y luego afirma que son “problemas organizativos”. Completamente de acuerdo, dice, “una organización es un sistema de vínculos, rara vez la calidad de la educación en una escuela puede ir más allá de la calidad de esos vínculos”.

Cuando estudié coaching ejecutivo me quedó grabado y siempre lo utilizo como un buen resumen tanto del trabajo del líder como de la dinámica organizacional que una organización se mueve en dos ejes: resultados y relaciones. Desde la perspectiva de los resultados una organización es un invento humano para conseguir propósitos, que de manera individual no se pueden conseguir y, desde la perspectiva de las relaciones, una organización es un conjunto de personas que interactúa, se comunica, negocia, conversa, en definitiva cultiva vínculos para “hacer que las cosas sucedan”.

Creo que es certero Gore cuando habla de estos vínculos, tanto formales como informales en una organización, pues la calidad de estos determina la calidad de los resultados. Estos vínculos muchas veces no se hacen explícitos, se observan en el trato que dan los directivos a los profesores, en el modo que se trata al personal auxiliar, el modo en que se resuelven los conflictos, la manera en que se cumplen las promesas y el modo en que estas se renegocian cuando no se pueden cumplir y tantos otros detalles propios de las “relaciones”.

Una organización se puede mirar desde distintas perspectivas y cada una de ellas da espacio para pensar en mejorar tanto en la dimensión de los resultados como en la dimensión de las relaciones. Estas son miradas que un directivo educacional debiera tener continuamente para gestionar la escuela como organización. Las perspectivas son: estrategia, procesos, estructura, cultura y personas.

Suele haber una mirada desproporcionada a la estructura, la cual solo refleja la división del trabajo en cuanto a roles y jerarquías. También suele haber una mirada a los procesos, con un énfasis, a mi entender a veces excesivo, en los verificadores de actividades, como si solo importaran las firmas y las fotos, a veces como un mero ejercicio formal. Nos olvidamos de la estrategia, las personas y la cultura.

Gore hace referencia a que la escuela como organización suele responder a patrones organizativos típicos del siglo XIX. Dice “en una empresa suele ser un valor aceptado que la estructura sigue a la estrategia, la organización debe seguir a los objetivos y no al revés”, pero “las escuelas suponen la estructura y las pautas de relación como algo fijo y más o menos inmodificable”. También asumen que ciertos modos de hacer las cosas son poco modificables. Yo me pregunto, en pleno siglo XXI, ¿por qué tenemos tres meses de vacaciones en verano, en vez que la educación sea un proceso continuo?, o por qué los niños tienen clases en bloques de dos o tres horas y no tienen más periodos de recreo y menos periodos de actividad en aula y tantas otras preguntas.

Los tiempos cambian y las escuelas deberían cambiar. Por ello, en el texto, Ernesto Gore se atreve a proponer algunas ideas para ello, a partir del trabajo de los directivos escolar. Dice:

1 “el director de escuelas no es sólo un profesor destacado, debe formarse para dirigir”.  Gestionar organizaciones complejas hoy es un trabajo distinto del mero trabajo profesional y quien quiera gestionar organizaciones tiene que aprender nuevas competencias que su profesión de origen no le otorgó. Ello implicará concebir más a un director como un gerente, más que como un profesor destacado para no correr el riesgo que ocurra el principio de Peter y se termine ascendiendo a buenos profesores para transformarlos en malos directores. Un director tiene que aprender a “conducir equipos de trabajo, fijar objetivos, negociar, seleccionar y formar gente, asegurar recursos escasos y crear condiciones de creatividad y motivación para que cada uno pueda desarrollar una tarea específica”.

2 “el director de escuela lidera gente sobre la que tiene poco poder real, debe formarse para orientar un sistema complejo”. La conducción de grupos humanos se aleja de ordenar y controlar, tiene que ver con crear visiones, valores y objetivos compartidos y crear condiciones adecuadas para el fortalecimiento profesional. Un director tiene poco poder, lo que más tiene es influencia moral y ejemplo.

3 “el director de escuela es un interlocutor válido para distintos públicos, debe formarse para negociar”. Encontrar denominadores comunes entre todos los interesados en la institución, persuadir a otros para sumarse a sus objetivos y contribuir desde su rol. Negociar es una de las actividades centrales de un director para la que generalmente está poco formado. Esto debe aprenderse, de manera de “tejer redes de comunicación entre los grupos que representan distintas necesidades, crear visiones que puedan ser compartidas, facilitar el análisis conjunto de problemas y liderar la implementación de las decisiones.

4 “el director de escuela es un agente de cambio, debe formarse para persuadir”. Gestionar los procesos de cambio requiere conciliar las demandas externas con las necesidades internas de coherencia y unidad. Un director tiene poco poder real, pero todos lo miran, por ello ejercer el liderazgo tiene que ver mucho con persuadir y conciliar los intereses de todos los interesados en la educación.

Últimamente en los cursos de “herramientas de liderazgo y coaching” que realizo por todo Chile me ha llamado mucho la atención la masiva concurrencia de profesores, algunos ya son directivos educacionales y quieren aprender nuevas competencias, otros quieren ser directivos y dicen explícitamente cuanto les falta aprender, no de educación, sino que de gestión y liderazgo. Esto me hace ser especialmente optimista con la educación.

Por estos días nos encontramos en una huelga de los profesores, que ya lleva varias semanas, espero que tanto las autoridades del Ministerio de Educación como los mismos profesores muestren altura de miras y competencias de negociación para resolver el conflicto. Ello demostrará que no se resuelven los problemas con medidas de fuerza o de juegos de poder, sino que con liderazgo y negociación, poniendo los intereses comunes por delante, en beneficio de los niños que tienen tanto que aprender. No podemos perder tiempo mientras el mundo se mueve al 5G y a la realidad virtual.

lunes, 4 de marzo de 2019

Daniel Pink Una nueva mente (Diseño, Narración, Sinfonía, Empatía, Juego, Sentido)



He citado a Daniel Pink con anterioridad en este blog, en particular su trabajo sobre motivación y su libro Vender es humano. Escribe de un modo ameno y entretenido, además de lúcido.

Sostiene el autor que estamos viviendo un giro radical en las competencias que se requieren para desenvolverse de manera exitosa en la sociedad. A su juicio, durante la Era Industrial y la Era de la información la sociedad occidental en general y la estadounidense en particular han estado dominadas por una forma de pensar y un enfoque de la vida que son “profundamente analíticos” y “estrechamente reduccionistas”. Esto está cambiando gracias a tres fuerzas: abundancia material (la que profundiza los anhelos inmateriales de las personas), globalización (que lleva el trabajo a Asia y hace innecesarias muchas competencias de la sociedad de la información) y tecnologías (que eliminan trabajo al automatizarlo).

Es una nueva era, que llama la “Era Conceptual”, animada por una nueva forma de pensar y un nuevo enfoque de vida que premia lo que el autor llama “aptitudes de concepto elevado” y de “toque elevado”. Concepto elevado supone “la capacidad de reconocer patrones y oportunidades, de crear belleza artística y sentimental, de hilar historias satisfactorias y de combinar ideas aparentemente inconexas para convertirlas en algo nuevo”. El toque elevado, significa “la capacidad de empatizar con los demás, de entender las sutilezas de las interacciones humanas, de encontrar alegría en uno mismo y despertara en los demás y de abrirse más alá de lo cotidiano en búsqueda de un propósito y sentido”.

Según señala la mejor metáfora que describe estas nuevas competencias es el cerebro. Dividido en dos hemisferios. El hemisferio izquierdo es secuencial, lógico y analítico. El hemisferio derecho es no lineal, intuitivo y holístico. Las capacidades del hemisferio izquierdo siguen siendo necesarias pero ya no son suficientes. Y las capacidades del hemisferio derecho, desdeñadas o consideradas frívolas por mucho tiempo, determinarán cada vez más el éxito.

Con todos los avances que se han producido en neurociencia en los últimos años entiendo que el cerebro funciona como un todo, como un sistema y sostener por ejemplo que funciona al X por ciento no es más que una metáfora. Entiendo eso sí que existen áreas funcionales y ciertas capacidades “mentales” localizadas en grupos de neuronas, por lo que si estos grupos sufren daños esas habilidades se ven dañadas o, al menos, afectadas, en tanto la plasticidad del cerebro no permita su mejoramiento. Me parece entonces que esto del cerebro derecho y cerebro izquierdo es tanto una realidad funcional como una metáfora acerca de las capacidades humanas.

El autor propone una distinción entonces entre pensamiento de enfoque I y enfoque D.

Pensamiento de enfoque I: Secuencial, literal, funcional, textual y analítico. En auge durante la era de la información, representado a la perfección por los programadores informáticos, apreciado por las organizaciones cerebrales y recalcado en las escuelas, está regida por las cualidades del cerebro izquierdo para conseguir resultados de cerebro izquierdo.

Pensamiento de enfoque D: simultáneo, metafórico, estético, contextual y sintético. Infravalorado durante la era de la información y ejemplificado por creadores y cuidadores, menospreciado por las organizaciones y desatendido por las escuelas, está dirigido por las cualidades del cerebro derecho para conseguir resultados de cerebro derecho.

Propone Pink que para sobrevivir en esta era los individuos y las organizaciones deben examinar lo que hacen para ganarse la vida y hacerse tres preguntas: ¿Puede hacerse más barato en ultramar?, ¿puede hacerlo más rápido un computador?, ¿hay demanda para lo que yo ofrezco en una era de abundancia?. Si la respuesta a la pregunta 1 y 2 es que si, corremos un gran riesgo. Y si la respuesta a la pregunta 3 es no, estamos en un gran problema.

Me parece que las tres preguntas que plantea Pink son muy atingentes, tanto para mirar el desarrollo laboral de cualquier profesional hoy en día, como para mirar la estrategia organizacional de cualquier empresa. Veo muchas personas y muchas empresas que no se hacen estas preguntas y siguen una estrategia destinada completamente al fracaso ya que se dedican a algo que harán mejor las máquinas o robots o a algo que no tiene ninguna demanda ni valoración.

Según plantea Daniel Pink en la era conceptual se requerirá complementar nuestro razonamiento de enfoque I con el dominio de seis destrezas esenciales de enfoque D. Veamos cada una por separado.

1 Diseño: Si uno mira alrededor todo ha sido diseñado. El diseño es una destreza de una mente completa, es una combinación de utilidad y significado. Se ha convertido en una capacidad esencial para la realización personal y el éxito profesional por al menos tres motivos: el primero es que gracias a la prosperidad y avance tecnológico se ha convertido en algo más accesible que nunca, segundo, es que en una era de abundancia material se ha vuelto crucial para la mayoría de las empresas modernas como una forma de diferenciarse y, tercero conforme más gente va desarrollando sensibilidad hacia el diseño, cada vez estaremos en mejores condiciones a la hora de usar el diseño para cambiar el mundo.

Hace un tiempo atrás se me acercó  un alumno, con habilidades de diseñador y me ofreció rehacer completamente una presentación de power point que uso en mi curso “herramientas de liderazgo y coaching”. El resultado ha sido fantástico, salir de las láminas blancas, incorporar color, poner animación le ha dado una frescura nueva a la presentación y tanto yo como mis alumnos lo valoramos mucho. Antes menospreciaba estos temas y tengo que reconocer que hoy los valoro enormemente y requiero con urgencia aprender a mirar la estética más allá de la funcionalidad.

2 Narración: Para los seres humanos evocar historias es muy consustancial a nuestra naturaleza. Por ello, las historias son más fáciles de recordar que los datos, pues en muchos sentidos, nuestra memoria es narrativa. Recordamos a través de historias. En la era conceptual cuando los datos son tan ubicuos, pierden valor e importancia por lo que lo que gana preponderancia es la capacidad de situar los datos en un contexto y presentarlos con impacto emocional. Por ello se puede definir la destreza narrativa como contexto enriquecido por emoción.

A mi modo de ver esto tiene mucho que ver con el coaching, el que fundamentalmente se enfoca en las narrativas o cuentos que las personas, de manera individual o colectiva, construyen y como esas historias les abren o les cierran posibilidades, en cuyo caso el coaching se enfoca en proponer nuevas historias, nuevas interpretaciones que abran posibilidades.

Pink se concentra en describir como las historias permiten tomar decisiones al condensar, contextualizar y dotar de emoción los datos, además que cuando existe mayor abundancia las historias permiten encontrarle sentido a la vida. El sentido de las cosas no está en las cosas, sino en las historias que construimos a partir de aquello. El dar sentido es un proceso completamente narrativo.

Otro elemento interesante de señalar es como el contar historias se está convirtiendo en la actualidad en una importante competencia directiva. Los gerentes ya no están en una torre de marfil haciendo planificación estratégica y diseñando desde la nada, lo que hacen es conversar con otros y “contarles cuentos” acerca de sus sueños, sus ideas, su entusiasmo. (Ver post 1, post 2) Las marcas hacen lo mismo a los consumidores, quienes no compran necesariamente por los atributos funcionales de un producto sino que por toda la narrativa que está detrás de ellos.

3 Sinfonía: Es la “capacidad de juntar las piezas, habilidad de sintetizar más que analizar, de ver relaciones entre cuestiones aparentemente inconexas, de detectar patrones amplios más que proveer respuestas específicas y de inventar algo nuevo a partir de la combinación de elementos que nadie antes había pensado emparejar”.  Sostiene Pink, en relación a la sinfonía, que la sinfonía genera posibilidades para tres clases de personas: transgresor de límites, inventores y hacedores de metáforas.

Trasgresor de límites: Personas “multi”, múltiples tareas, múltiples gustos, múltiples idiomas, múltiples esferas de vida. Se trata de personas multifacéticas, que pueden resolver problemas que desconciertan a los expertos.

Inventor: Personas que tienen la habilidad y el coraje de experimentar nuevas combinaciones y de cometer muchos errores que se cometen inevitablemente cuando se tiene un enfoque centrado en la inspiración. Los inventores mezclan ideas existentes que nadie había pensado antes en combinar.

Hacedor de metáforas: Una metáfora es comprender una cosa en términos de otra, habilidad que se ha vuelto muy importante para entender a las personas y comunicar experiencias.

Si bien no lo dice así en ninguna parte del texto creo que con esta habilidad está refiriéndose al pensamiento sistémico, a la capacidad de ver nuevas relaciones y de tener una visión global de los asuntos, algo que las máquinas no saben hacer (todavía aparentemente) y que en un universo saturado de información es cada vez más relevante.

Los directivos de una empresa son incapaces de procesar todos los datos con que se cuenta hoy en día y necesitan ser capaces de mirar de manera sistémica y muchas veces intuitiva para elaborar una interpretación que les sirva para tomar decisiones estratégicas.

4 Empatía: Es “la capacidad de imaginarte en el lugar de otra persona e intuir lo que siente esa persona. Es la capacidad de ponerse en la piel de otra persona, de ver con sus ojos y sentir con su corazón. Es algo que hacemos más por instinto que una decisión deliberada”. La empatía es fundamental en las relaciones ya que nos permite ver el punto de vista de la otra persona en una discusión, consolar el padecimiento ajeno, forjar el autoconocimiento, unir a padres e hijos, permitir que trabajemos juntos y servir para cultivar la moralidad.

Antes en las empresas se valoraba la distancia emocional y la fría razón. Hoy se está viendo los límites de ese enfoque y lo importante que resulta la empatía en las relaciones humanas, algo que los computadores definitivamente no pueden hacer.

Si uno piensa en muchas profesiones como la psicología, medicina, trabajo social, educación y tantas otras, la empatía es la base de dichas profesiones. Recuperar la mirada empática y cariñosa con los demás, cambia por completo el trabajo y la efectividad que tenemos en él.

5 Juego: Hoy día la mezcla trabajo – juego se ha vuelto más común y más necesaria. De hecho a veces llega a ser una estrategia organizacional explícita, como es el caso de Southwest Airlines o lego (lego serious play). Dice Pink, “el juego se está convirtiendo en una parte importante del trabajo, los negocios y el bienestar personal cuya importancia se manifiesta de tres maneras: los juegos, el humor y la alegría” y prosigue “los juegos…se han convertido en un sector grande e influyente que está dando lecciones de mente completa a sus clientes mientras recluta una nueva generación de trabajadores de mente completa. El humor está demostrando ser un indicador preciso de eficiencia directiva, inteligencia emocional……y la alegría está demostrando su poder para hacernos más productivos y plenos”.

Escribí un post sobre juegos y otro sobre alegría en el trabajo hace algún tiempo y no me cabe ninguna duda de la importancia que está teniendo hoy este tema. Sobre los juegos, cada vez más gente aprende jugando y cada vez trabajar en un entorno de alegría se muestra valioso.

6 Sentido: Durante este tiempo se han juntado muchas fuerzas que permiten crear las circunstancias para la búsqueda de sentido a una escala nunca imaginada antes. Hoy, donde existe mayor abundancia, muchas veces la pobreza no es material sino que es pobreza espiritual. A juicio de Pink el sentido se ha vuelto un  aspecto crucial en el trabajo y en la vida, con dos prácticas relacionadas: tomar en serio la espiritualidad y la felicidad.

Por supuesto que ambos son cruciales, la búsqueda espiritual no necesariamente tiene que ver con la adscripción a alguna iglesia o religión, sino que la búsqueda de sentido y trascendencia. Y, por su parte la felicidad, ha sido siempre una aspiración humana relevante. Al respecto cita a Seligman, quien sostiene que las cosas que contribuyen a la felicidad son: dedicación a un trabajo satisfactorio, evitación de acontecimientos y emociones negativas, estar casado y tener una rica red social, así como la gratitud, la capacidad de perdonar y el optimismo. Algo lejos de tener más y más dinero.

Tengo algunas dudas acerca de la gestión de la felicidad en las organizaciones ya que suelo interpretarla como un acto manipulativo y transaccional, algo así como Te dejo ser feliz mientras produzcas más y, si no te doy las condiciones de infraestructura adecuadas como el lugar de trabajo o el sueldo, bueno no te quejes, si lo importante es la felicidad.

Al concluir la lectura de este interesante trabajo algunas reflexiones sobre trabajo y educación.

Trabajo: El trabajo del futuro ya no será indudablemente lo que ha sido, seguirán cambiando la profesiones que ya existen, se inventarán otras y se requerirán nuevas competencias. Es interesante revisar los trabajos de Lynda Gratton al respecto (ver post 1, post 2). Todo ello implicará muchos cambios en nuestras prácticas de RRHH, como reclutamiento y selección, capacitación, evaluación del desempeño, desarrollo, clima laboral.

Educación: Hoy me pasa mucho que miro mi propia educación y la educación de mis hijos y noto muchas diferencias, una de ella es el poco énfasis que tenía en nuestros tiempos las habilidades que describe Pink. Noto un ligero cambio de prácticas y en muchos lugares se realizan experimentos pilotos para desarrollar estas nuevas competencias. Es interesante mirar el trabajo de Ken Robinson al respecto.

Buenas reflexiones para compartir con nuestros hijos y amigos.