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(Imagen tomada de: https://psicologiapractica.es/coaching-algo-mas-que-acompanamiento/) |
En mi experiencia como coach ejecutivo es bien frecuente que
las empresas nos contraten para acompañar a personas que han sido nombradas por
primera vez como jefaturas o que ya siendo jefes han sido ascendidas a una
posición superior, de jefe a supervisor, de supervisor a superintendente, de jefatura
a Gerente.
Sobre el primer caso, cuando alguien es nombrado jefatura por
primera vez hemos publicado dos posts en este blog: uno basado en los trabajos
de Carlos Sandoval “Me
nombraron jefe, qué hago” y otro, basado en los trabajos de Richard
Watkins, “Los
primeros noventa días”. Recomiendo los posts y por supuesto los trabajos
originales en que ellos se inspiran.
También nos toca acompañar a personas que ya siendo jefaturas
son ascendidas por la organización a una posición superior en la estructura
organizacional, con mayor responsabilidad jerárquica y estratégica. En estos
casos, que llamaré de forma genérica de nivel gerencial o directivo, se pone en
juego la necesidad de nuevas competencias, así como de una nueva concepción del
rol como de las tareas que la persona tenga que desempeñar.
Valoro que la organización contrate servicios de
acompañamiento cuando se producen estos cambios, ya que en mi opinión, ello
indica que la empresa está consciente del riesgo que se corre de promover
a alguien de una posición en que probablemente lo hace bien y ha ganado
experiencia a una posición nueva donde podrían no adaptarse o no conseguir los
objetivos buscados, cumpliéndose el Principio
de Peter.
Por supuesto que ni las acciones de capacitación ni las
acciones de acompañamiento pueden asegurar un buen desempeño en un nuevo cargo,
ya que ello dependerá de muchos factores como las competencias del directivo,
la cultura de la empresa, el ambiente político, el direccionamiento de su
propio jefe e incluso las características del equipo al que llega. Pero, en mi opinión,
habla bien de la empresa cuando invita al directivo a participar de una
capacitación, de un coaching ejecutivo o, incluso, el mismo directivo pide
ayuda para el nuevo desafío.
Existen diversas maneras de acompañar a un directivo recién
nombrado, como capacitación, consultoría interna, mentoring. En el caso del
coaching ejecutivo, me gustaría efectuar dos consideraciones previas antes de
profundizar en la materia.
La primera es que el
coaching es una práctica de acompañamiento no directiva, donde el coach no
le dice al coachee lo que tiene o no tiene que hacer. Se trata de hacer
preguntas, proponer reflexiones, indagar, exponer emociones, confrontar
juicios, etc. Y, en el caso particular del coaching ejecutivo esto es más
notorio, ya que el coach no es el jefe del coachee, muchas veces el coach no
conoce los detalles ni de la empresa, ni del negocio, ni del equipo, por lo que
mal puede “dirigir” al coachee. Siguiendo el modelo Observador – Acción – Resultado
el trabajo del coach ejecutivo es proponer conversaciones que lleven a coachee
a nuevas interpretaciones y nuevas acciones que impacten en sus resultados.
Y, la segunda idea previa es que a diferencia del coaching de vida, que se concentra en la vida personal del coachee, entiendo que el
coaching ejecutivo tiene como foco el mejoramiento del desempeño laboral del
coachee. Por supuesto que para ello se puede ir “a visitar” la vida personal ya
que conocerse a sí mismo, el estilo, las “creencias limitantes”, la historia
familiar y otros aspectos personales son fundamentales para interpretar el
desempeño laboral, pero, siempre en mi opinión, también se pierde el foco del
coaching ejecutivo cuando se queda en lo personal y deja de lado el ámbito
laboral, especialmente lo concerniente al pensamiento estratégico y al
desarrollo de competencias.
Creo que esto es muy clave para evaluar la satisfacción de
nuestros clientes y usuarios ya que muchas veces el reclamo es que el coaching
no sirve con ejecutivos ya que el coach se concentra fuertemente en la vida
personal y no visibiliza el impacto que ello tiene en el desempeño laboral y en
los resultados que el ejecutivo logra en su trabajo.
He publicado un post con mis ideas sobre el coaching
ejecutivo, el que invito a leer para profundizar sobre esta práctica.
El coaching es una práctica conversacional y por lo tanto lo
que se hace cuando se acompaña a una jefatura que ha sido ascendida a una
posición superior es proponerle conversaciones que lo lleven a contar con
nuevas interpretaciones o nuevas acciones.
¿Qué conversaciones me parecen cruciales de proponer?
Conversación 1 El
Rol: ¿Cuál es tu
rol ahora? Al ser promovido a una nueva posición se genera un cambio de rol,
las personas, ya sea la propia jefatura o los miembros del equipo esperan
nuevos comportamientos acordes al nuevo rol. ¿Tiene claro el coachee cuál es el
nuevo rol?, ¿ha conversado de ello con su propia jefatura?, ¿ha negociado el
rol?, ¿lo ha transformado en una declaración? ¿Tiene claridad acerca de su
contribución estratégica a los resultados de la organización? Una de las
tentaciones propias del desempeño laboral es seguir haciendo más o menos lo
mismo que se hacía en el rol anterior, sobre todo lo que se hacía bien, y por
ello es muy importantes identificar qué tareas nuevas tiene que hacer que antes
no le correspondían y, sobre todo, qué tareas que antes hacía ahora tendrá que
dejar de hacer.
Recuerdo el caso de una coachee, trabajadora social, jefa de un equipo
que fue promovida a un cargo gerencial en RRHH. En su cargo inicial le
correspondía incluso seguir atendiendo gente y hacer “informes sociales, sin
embargo al ser ascendida a su nuevo puesto y clarificar su rol emergió que se
esperaba de ella una mirada más estratégica y por supuesto que dejar de atender
personas y hacer informes, lo que por supuesto le costó dejar de hacer.
La definición del rol, la apropiación del rol, las nuevas
acciones a desarrollar, dado el nuevo rol impactan en la definición de
identidad que el coachee hace de sí mismo. No se trata solo de lo que hace,
sino que en definitiva de cómo se define y caracteriza a sí mismo.
Conversación 2 El
equipo de trabajo:
Si antes un jefe lideraba un equipo de personas operativas, conocer a cada una
de ellas, “leerlas” era fundamental para dirigirlas, motivarlas,
retroalimentarlas, etc. Lo que cambia es que ahora el equipo que lidera es un equipo de
personas que son jefas de otras, lo que aleja al nuevo jefe de las personas que
operan directamente. ¿Cómo entonces lee a los jefes que tiene a cargo?, ¿cómo
los motiva?, ¿cómo los empodera? y sobre todo como dice un amigo mío ¿cómo se
consigue “hacer hacer”?. Aquí hay otro error bien frecuente en jefaturas
ascendidas y es que muchas veces en el afán de lograr resultados o corregir
errores “se saltan” a las jefaturas de su equipo y van directamente a hablar
con las personas a cargo de sus jefes, con lo que lamentablemente consiguen:
descalificarlos, desautorizarlos y desempoderarlos a los ojos de los
integrantes de sus equipos.
Recuerdo el caso de un coachee, quien era Gerente de una
tienda, quien en su afán de corregir malas prácticas, hablaba con las personas
de la tienda y les daba instrucciones, descubriendo luego lo molestos que
estaban los jefes a su cargo por esta práctica, ya que sentían que no los
validaba, que no les pregunta y que, sobre todo, al no conocer las tareas al
detalle, desordenaba los equipos, afectando los resultados. Un cambio
importante en su desempeño fue abandonar ese comportamiento y comenzar a tener
reuniones con su equipo de jefaturas y revisar el desempeño de las personas y
dejar a sus jefes la dirección y retroalimentación.
Conversación 3 El
uso del tiempo: ¿Cómo
usas el tiempo? Siguiendo la distinción propuesta por Stephen
Covey el uso del tiempo puede estar en lo urgente y/o lo importante. Lo
urgente es aquello que hay que realizar ahora ya pues si no se hace existe
riesgo de daño. En cambio lo importante es aquello que hay que hacer pues
contribuye a los resultados. A partir de esta distinción Covey propone su
matriz de los 4 cuadrantes: (1) Importante y urgente, (2) Importante y no
urgente, (3) Urgente y No importante y (4) Ni urgente ni importante. Evidentemente
que estar en el cuadrante (4) no corresponde. Hecha esta distinción una
conversación valiosa para el coaching ejecutivo con Jefaturas es si se dan
cuenta en que cuadrante están y cómo operan para enfocarse en el cuadrante (2)
que es donde debieran estar la mayor parte del tiempo. Esto lleva asociado
preguntas acerca del propósito del cargo, la estrategia del negocio, las
prioridades organizacionales. De alguna forma uno podría decir dime en que usas
tu tiempo y te diré lo que es importante para ti.
Conversación 4
Delegación. Coherente
con la conversación anterior, la conversación sobre cómo delegar, a quién
delegar, qué delegar es una conversación también muy importante. Cómo el tiempo
es un recurso limitado, un directivo no tiene tiempo para hacer todo lo que
quisiera y si es incapaz de delegar o de poner límites, terminará exhausto, sin
energía y además desenfocado, realizando tareas de poco valor o que no
contribuyen a los resultados estratégicos de su cargo. En organizaciones de
tradición jerárquica también existe la práctica de ir a preguntarle todo al
jefe, o, en otros casos, de jefes que quieren saber todo lo que pasa y nadie
puede tomar una decisión si no le informa primero. En otros casos se da “delegación
inversa” donde son los propios colaboradores los que le dan tarea al jefe y
este la toma, yendo luego los integrantes del equipo a preguntarle si ya “les
hizo la pega”. De un modo divertido esto está expuesto en el texto “De quién
es el mono”.
Aquí me acordé de otro coachee que señalaba que no le quedaba
tiempo para nada y que al explorar el uso de su tiempo descubrió que “no decía
nunca que no”, que no ponía límites y por lo tanto se llenaba de tareas
innecesarias o que no le correspondían. El coaching se orientó a desarrollar su
capacidad de poner límites y delegar y, curiosamente, aumentó su tiempo
personal y discrecional.
Conversación 5 Contención
emocional: Mientras
más importante en la organización es el cargo gerencial más responsabilidad y
mayores costos de equivocaciones y falta de logro. ¿Cómo lleva el directivo
esta tensión?, ¿cómo maneja la angustia por los resultados?, ¿cómo se siente
con la responsabilidad? No estamos acostumbrados, sobre todo los hombres, a
hablar de emociones, de miedo, de angustia. Tampoco es una conversación fácil
de tener asumiendo que se tiene con quien tenerla. Por ello que esta conversación
también es muy relevante de proponérsela al coachee, para ayudarle a contener
sus emociones y para generar un espacio reflexivo respecto de cómo se siente en
el cargo.
Conversación 6: El
poder. “No hay
palacio sin intrigas” como dice otro amigo mío. En las organizaciones está
lleno de juegos de poder, bien o mal intencionados, ya que allí es donde se
toman decisiones, se consiguen recursos, se establecen alianzas. Luego, otra
conversación relevante en un coaching de acompañamiento a nuevos directivos es
sobre el poder: ¿cómo visualizan el poder?, ¿cómo gestionan su poder?, ¿cómo
consiguen aliados?, ¿cómo identifican y neutralizan juegos de poder que los
puedan estar afectando?. A veces esta es una conversación incómoda, ya que en
nuestra idealización de las organizaciones este tema parece inexistente.
Recuerdo el caso de una coachee, directora en una institución
educacional, quien asociaba poder a abuso, prepotencia, manipulación y le costaba
ver su propio poder para manejarlo del modo que ella quería: con justicia, con
buen trato, con calidez.
A mi modo de ver estas seis conversaciones son importantes en
un proceso de acompañamiento a un jefe que ha sido ascendido a una jefatura
superior, ya que le permiten contar con una nueva interpretación de su cargo y
nuevas acciones que lo lleven a un buen desempeño en su cometido. Creo sin
embargo que la principal “nueva interpretación” que debe hacer alguien que
asume un rol gerencial es que el trabajo directivo es un “trabajo
conversacional”. Ello significa que estará cada vez más lejos de la operación
cotidiana y rutinaria y su trabajo será conversar con otras personas: en
conversaciones bilaterales de todo tipo y en reuniones de diversa naturaleza y
temáticas. Pero, ya sea de manera bilateral o colectiva, el trabajo del
directivo es conversar y las conversaciones hacen que las cosas pasen, es
decir, producen nuevas interpretaciones, nuevas estrategias, nuevos estados de ánimo,
nuevos acuerdos, nuevos compromisos, nuevas expectativas, en definitiva, nuevas
posibilidades tanto en la vida como en la organización.
¿Consideras que hay otras conversaciones importantes en un
coaching con una jefatura que ha sido nombrada en una posición superior?,
cuéntame y lo conversamos.