Soy un lector voraz desde
pequeño. Recuerdo ser un niño y ver como mi abuelo Silvio compraba El Mercurio,
La Tercera y La Época y los leía con entusiasmo. Yo, de a poco hacía lo mismo y
luego conversábamos de alguna que otra noticia. Hoy, bastante más mayor que en
aquellos años leo muchísimo, de todo y ya hace 8 años que publico este blog
donde voy comentando los libros que leo, principalmente aquellos relacionados
con liderazgo, coaching, recursos humanos, psicología del trabajo, equipos y
materias propias de mi profesión. Leo mucho también sobre el mundo que nos toca
vivir, estoy convencido que si no sabemos lo que pasa en el mundo, somos, como
decía Ortega y Gasset “barbaros especializados” peligrosamente expertos sin
tener en cuenta el contexto en que nos toca vivir.
Escribo para plasmar mis
reflexiones y compartirlas con quien tenga inquietudes semejantes, no estoy en
plan ni de resumir libros ni de “ser dueño de la verdad” y pontificar acerca de
lo que es, más bien me interesa tomar los libros como pretexto para comentar
las ideas propuestas por sus autores y luego usarlas para realizar conexiones,
que en último término nos permitan vivir mejor, más conscientes, ser más
felices y como dice el movimiento scout “dejar el mundo un poco mejor que como
lo encontramos”.
Por eso que me pareció atinado lo
que dice Friedman, quien señala que cuando uno es columnista de periódico o
bloguero no tiene como objetivo informar a nadie, sino que “lo que quieres es
influir”, “provocar una reacción” dice en la página 24 del libro. Y eso
implicar estar en el negocio de las calefacciones o en el negocio de la
iluminación, hermosa metáfora que usa para graficar que lo que buscamos es
encender una bombilla, iluminar un asunto de una manera que inspire al lector a
verlo desde otro punto de vista o avivar una emoción en el corazón del lector
que lo motive a sentir o actuar de manera más intensa o distinta acerca de una
cuestión.
Tal vez por mi estilo estoy más
en el negocio de la luz que de la calefacción, buscar nuevas ideas y ayudar a
mirar, antes que emocionarse y actuar desde la pura pasión. Por eso he publicado
varios links sobre el tema, por ejemplo: La era de la velocidad, 21 lecciones para el
futuro de Harari, modernidad líquida de
Bauman, etc.
En esta línea el autor propone la
existencia de tres aceleraciones que están ocurriendo en este momento, las que
de alguna manera tendrán consecuencias importantes en nuestro modo de vivir e
incluso en nuestra supervivencia como especie. Citando a Mc Afee, al que he citado
anteriormente en el blog, basado en la ley de Moore y como el crecimiento exponencial nos lleva a la “segunda parte del tablero
de ajedrez”, es decir, pequeños cambios que al principio no generan grandes efectos,
pero que al irse realizando sobre si mismos generan un efecto muy difícil de
predecir. Ya nos encontramos en esta segunda parte del tablero y estamos
empezando a ver cambios que no pensábamos que fueran a ocurrir.
¿Cuáles son las tres
aceleraciones, a juicio de Friedman?
1 Tecnología. En los últimos años los desarrollos tecnológicos han
incrementado el poder de las máquinas, de las personas, del flujo de ideas y de
la humanidad en su conjunto a niveles sin precedentes, gracias al propio diseño
y desarrollo tecnológico, así como a la complejidad y la conectividad.
Visto cada uno en particular:
Poder de las máquinas: Computadores, robots, autos,
teléfonos, tabletas, relojes han creado una nueva frontera, equipadas con los
mismos sentidos que poseen los seres humanos e, incluso, gracias a la
inteligencia artificial, algunas pueden pensar por sí mismas.
Poder de los flujos: Se ha acelerado el poder de los
flujos de conocimientos, nuevas ideas, asesoría médica, innovación, insultos,
rumores, colaboración, emparejamiento, prestamos, banca, actividad comercial,
amistades, comercio, aprendizaje. Todos circulan globalmente a gran velocidad y
con una amplitud nunca vistas.
Poder de uno: Lo que una persona, una única persona, puede
hacer ahora de manera constructiva o destructiva también se ha multiplicado
para alcanzar una nueva dimensión.
Poder de muchos: El colectivo de seres humanos se ha convertido
en fuerza de la naturaleza, una fuerza que está perturbando y cambiando el
clima y los ecosistemas del planeta a un ritmo y un alcance nunca vistos en la
historia de la humanidad.
2 Globalización: A su entender la globalización significa la
capacidad de cualquier persona o empresa de competir, conectar, intercambiar o
colaborar globalmente. Según está definición la globalización está estallando
ya que hoy podemos digitalizar cualquier cosa y gracias a los teléfonos móviles
y la nube, podemos enviar esos flujos a cualquier parte y extraerlos de
cualquier parte. Esto impulsa la globalización de amistades, finanzas, odio,
exclusión, educación, comercio electrónico, noticias útiles y rumores
perturbadores. Todo esto genera más interdependencia que nunca.
3 Clima: Existe un concepto que llama “elefante negro”, un cruce
entre un “cisne negro” y un “elefante en la cristalería”, un evento raro, poco
probable e imprevisto con enormes repercusiones, algo visible para todo el
mundo pero que sin embargo nadie quiere abordar aunque sepamos perfectamente
que un día tendrá consecuencias. Según el autor, hoy existe una manada de
elefantes negros del medio ambiente, tales como calentamiento global,
deforestación, acidificación del océano y extinción en masa de la
biodiversidad.
Según Friedman, algo que es
característico de este cambio es como hoy hablamos la “lengua climática”, con
expresiones como “hace tan sólo unos años…pero entonces algo cambió”, “caramba,
esto sí que no lo había visto”, “bueno, normalmente sí, pero ahora no lo sé”,
no había visto algo así desde…….
A juicio del autor, basado en
mucho dato y trabajo científico, hemos empujado todos los sistemas clave de la
tierra hacia y quizás más allá de los límites del holoceno, un mundo sin
equivalente para nuestra experiencia en la tierra, con consecuencias
insospechadas.
Respecto del primer tema el
cambio tecnológico, no tengo más que decir, que efectivamente es algo que nos
ha cambiado mucho la vida y que nos la está cambiando a cada rato, de maneras
que no alcanzamos a vislumbrar cabalmente. Las preguntas que hacen los niños
son especialmente decidoras al respecto. En tu época ¿existía la televisión?,
en tu época ¿existían los celulares?, en pocos años más preguntarán si ¿en tu
época existía la inteligencia artificial? La tecnología nos desafía
constantemente a nuevos aprendizajes y a nuevas manera de hacer las cosas,
incorporando innovación y creatividad.
En relación a la globalización
efectivamente vivimos en un mundo cada vez más interconectado, la gente graba
videos y los envía por teléfono, vemos series de televisión con alcance global.
Este mismo verano me sorprendo cuando reviso facebook y veo como mis amigos y alumnos
viajan por el mundo, veo alumnos y amigos en Brasil, en EEUU, en Europa, en
Vietnam, en Australia, etc. El año 2018 hice coaching por Skype o por el video
de whatsapp con personas en diversas ciudades de Chile y en otros países como
Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Australia, etc. Esta interconexión
hace que nuestras relaciones sean más ricas y favorece una amistad sin
fronteras.
Y, finalmente en relación al
clima, es notorio como dice el autor como estamos usando un lenguaje climático
para describir fenómenos atmosféricos inusuales como las temperaturas extremas
en diversas partes del mundo, como los incendios descontrolados en muchos
lugares, el derretimiento del hielo, la escasez hídrica. Este mismo verano en
Chile temperaturas de 36 grados en Coyhaique, lluvias extremas en Iquique y
Calama, calor inusual en Santiago y muchas otras más.
Entiendo que los magnates del
petróleo y Trump se niegan a reconocer cualquier atisbo de cambio climático
dados sus intereses económicos, pero creo que ya es una realidad innegable que
nos enfrentamos a algo nuevo, con lo que como humanidad no tenemos experiencia
previa y que va a afectar si o si a nosotros mismos y a las futuras
generaciones. Es un problema con el que tendremos que lidiar, haciendo uso de toda
la inteligencia humana, de manera de ser sustentables para el futuro.
En estos temas hay personas
entusiastas como Punset, quien en su libro viaje al optimismo habla de todo lo
que nos ocurre en tono positivo. Hay otros más pesimistas. Friedman se mantiene
en un sabio tono de preocupación, presentando el desafío que tenemos como
humanidad.