Hace ya varias semanas atrás que leí este libro de Raquel
Roca, editado el año 2015, a sugerencia de mi buen amigo Mauricio Bertero. Además del
libro, la autora tiene una página web en la que hay un blog, el que sugiero mirar con atención. Es uno de los libros que he leído
más rápido en el último tiempo, ya que me pareció provocativo, interesante y,
sobre todo, reflejo de una tendencia que observo en el mundo del trabajo
actual.
El concepto knowmad fue creado por John Moravec, es un neologismo que combina la palabra know
(conocer, saber) y nomad (nómada) y se refiere a los trabajadores nómadas del
conocimiento y la innovación. Tiene un libro “The knowmad society” y un muy buen un tedex.
“Así es nuestra realidad hoy”. Con estas palabras comienza el
capítulo 1, donde describe un conjunto de tendencias que ya han sido descritas
por otros autores, comenzando por los trabajos originales de Toffler y siguiendo con
la ideas de Lynda Gratton, las que he expuesto en otros posts. Según ella hay tres grandes
tendencias en la actualidad: globalización e hiperconectividad, virtualización
laboral y nueva demografía. Hace una predicción interesante, hacia el año 2020
casi toda la población del planeta estará conectada a internet y eso va a tener
un efecto exponencial en el modo que cambia la interacción humana caracterizada
cada vez más por el trabajo colaborativo, la hiperconexión y la digitalización.
Es interesante lo que señala, pues aunque se cuelga de ideas
que otros han propuesto con anterioridad, las conecta con cosas que están
sucediendo hoy en día y que muchos ya vemos en nuestra vida cotidiana, no sólo en
el ámbito laboral. Entre estas cosas está la emergencia de la generación
“milenians”, la gente hiperconectada, el aumento de la expectativa de vida, la
migración masiva, el acceso fácil y rápido al conocimiento y un sinfín de otras
tendencias.
Propone luego mirar estos tiempos, como una “sociedad
líquida” idea expuesta originalmente por Zygmunt Bauman en su
libro Modernidad líquida (libro que aún no leo pero que tendrá que estar en la
lista si o si). Este autor define a la sociedad industrial (de principios del siglo
XX, de fábricas, cadenas de producción, jerárquica) como pesada – solida –
condensada. Por contraste define a la sociedad actual (siglo XXI, tecnología, movilidad,
estructura en red, globalización) como liviana, líquida, difusa. La metáfora es
que los líquidos, a diferencia de los sólidos, están en constante cambio,
fluyen.
No sé si el mundo ha sido sólido alguna vez, tal vez ha sido
una interpretación predominante en otras épocas de la humanidad, lo que tengo
claro es que en la actualidad muchas instituciones que otrora parecían
“sólidas” o “intocables” hoy están en
serios procesos de mutación, como la empresa, la familia, el matrimonio,
el barrio, la clase social, las profesiones, la escuela, la Universidad y así
podría seguir enumerando. Instituciones que en la actualidad no se parecen nada
a lo que fueron otrora. Basta mirar por ejemplo la escuela o la Universidad, un
lugar donde antes los profesores sabían y los alumnos no, en cambio ahora, los
alumnos saben, en ocasiones, mucho más que los propios profesores.
De aquí deriva la autora la esencia de la sociedad líquida,
la movilidad o nomadismo. En épocas anteriores predominaba el “inmovilismo”, lo
que significaba en general una carrera estable en una empresa, sabiendo que la
vida estaría entrelazada por largo periodo con esa organización. Esta fue la
experiencia de muchos de nuestros abuelos o nuestros padres, hoy ya no es así,
ahora prima la movilidad, la flexibilidad, el trabajo por proyectos, la
colaboración, el trabajo media jornada y otras múltiples maneras móviles de
trabajar.
Creo que este nuevo modo de trabajar provoca mucho miedo a
gente que sigue esperando un “trabajo estable”, con horario de 9.00 a 5.00 y
una carrera ascendente. A mí me llama mucho la atención ver en páginas como linkedin a profesionales, llenos de
conocimiento que “piden pega estable”, a veces con desesperación. Si bien humanamente
lo entiendo, creo que también es no entender cómo han cambiado los tiempos y
ahora es la época del trabajo flexible, más si se trata de personas con mucho
conocimiento o un conocimiento especializado en un campo.
También hay que reconocer que muchas empresas utilizan estas
nuevas modalidades flexibles de trabajo para precarizar el empleo y no hacerse
cargo de la relación que tienen con su gente, quitándole con ello fuerza a los
sindicatos y externalizando muchas funciones que antes se realizaban
internamente.
A juicio de la autora, se valorará cada vez más la movilidad y
el conocimiento, lo que trastocará el concepto del trabajo, ya que la mayor
parte del trabajo se basará en que “el conocimiento es el nuevo capital”. Ello
significará la pérdida o desaparición de todos los trabajos no basados en
conocimiento, donde se realizan trabajos repetitivos o que pueden ser
reemplazados por maquinas o robots. Creo que esto ya se ve en muchos campos,
como diría Rifkin,
(ver “el fin del
trabajo”), ello ya pasó en la agricultura, le siguió la industria y ahora
viene la automatización de los trabajos del mundo de los servicios.
A juicio de Raquel Roca, los trabajadores del conocimiento,
móviles, tendrán cada vez mayor valor. Ello por tres razones: (1) las ideas y
no la mano de obra se han transformado en la principal fuente de ganancias de
las empresas, (2) el conocimiento
gracias a todas las nuevas tecnologías no necesita espacio físico ni
almacenamiento, la persona se puede mover con él por el mundo y (3) ayudado por
la globalización, el conocimiento seguirá atravesando fronteras, moviéndose
cada vez más allí donde se necesite.
El conocimiento es el capital fundamental con que cuenta un
knowmad y es lo que lo hace tener valor para cualquier organización. No se
trata de cualquier conocimiento, sino que de conocimientos que necesita una
empresa para aportarle valor a sus procesos, a la relación con sus clientes o a
la creatividad de su negocio.
Actualmente hay mucha movilidad forzosa, derivada de la
redefinición de las cadenas de valor que hacen las empresas y a sus esfuerzos
por adaptarse a condiciones de mercados cambiantes. Esto puede ser una
oportunidad para quienes se anticipen o se adapten más rápido y vean las
posibilidades que este nuevo modo de trabajar abre. Ellos son los knowmads. Dice
Raquel Roca, “Los knowmads son trabajadores del conocimiento que pueden
trabajar desde cualquier lugar, en cualquier momento y con casi todo el mundo.
No son valorados por el conocimiento individual que poseen, sino más bien por
como contextualizan lo que saben para crear un nuevo valor”.
Señala que un knowmad tiene trece habilidades claves. Algunas
de ellas son no tener una edad determinada, no entender el trabajo como trabajo
(lo disfrutan y buscan recompensas no sólo en dinero), generadores de ideas, alfabetizados
digitalmente, transforman la información en conocimiento y la comparten, le
importan las personas ya que ellas son las que “encarnan” el conocimiento
generándolo, aumentándolo, mejorándolo o aplicándolo, utilizan la información
de manera abierta, no entienden mucho de fronteras, tienen gran capacidad para
adaptarse y resolver problemas, son creadores de redes (conectan a personas,
ideas y organizaciones), sin susto por experimentación o fracaso y asumen que
el aprendizaje es para toda la vida.
Soy más knowmad de lo que pensaba y este libro me ha dado
buenas pistas respecto de cómo gestionar estos nuevos modos de trabajar. Me
preparo para ir en poco rato más a Buenos aires a un curso de coaching
sistémico y aprender con un muy buen consultor y fortalecer mis redes en el
mundo del coaching. La otra semana voy a La Rioja a participar como expositor en un seminario
sobre “gestión del conocimiento”, cambiando ahora de alumno a profesor.
Bueno libro, interesante para reflexionar y mirar para donde
va nuestro mundo.