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lunes, 15 de febrero de 2021

Brilla. Cómo irradiar energía, innovación y éxito. Lynda Gratton

 


Hay gente que brilla en sus trabajos sin menoscabar ni su salud o felicidad. Gente que irradia tanta energía positiva, que esta se refleja en quienes trabajan a su alrededor consiguiendo que los demás también brillen y manteniendo un buen ambiente en el lugar de trabajo.

Con estas ideas, la autora explica en qué consiste este fenómeno del brillo, que hace que las personas se destaquen en su trabajo, que cooperen unas con otras y que se genere entusiasmo a su alrededor.

La realidad nunca es tan simple, ni tan binaria, en términos de gente que brilla y gente que no brilla, es algo dinámico y puede haber periodos de brillo y otros de “apagamiento”. Sin embargo, me parece que el planteamiento de Lynda Gratton apunta al hecho de vivir el trabajo con entusiasmo, construir colaboración con otros, disfrutar aquello que se hace y transmitirlo a quienes se encuentran cerca.

En el libro señala que “el brillo” se basa en tres principios, cada uno de los cuales incluye tres acciones. Presentaré un resumen de sus ideas para luego hacer algunos comentarios.

Principio 1: Mente cooperadora.

Cooperar con gente que ya se conoce, que es parecida a uno y con la que ya nos entendemos no acarrea ninguna dificultad. El desafío de la cooperación para brillar es ir más allá de eso y cooperar con gente diferente de uno y que trabaja en otros lugares. Cooperar con desconocidos es más difícil y requiere mucha voluntad y hábitos de cooperación que van más allá de las normas básicas.

Este principio implica el desarrollo de tres acciones de cooperación:

Acción 1: Desarrollar hábitos diarios de cooperación, tales como compartir información valiosa, actuar con discreción, utilizar un lenguaje de cooperación y cumplir con los compromisos.

Acción 2: Dominar el arte de la buena conversación, aunando autenticidad emocional y rigor analítico. Con estas dimensiones, propone una matriz de buenas conversaciones que me parece especialmente significativa para quienes trabajamos en el ámbito del desarrollo de equipos o en el coaching.

La matriz se presenta a continuación:

Racionalidad Analítica

Alto

Debate disciplinado (con criterio riguroso)

Dialogo creativo            (con energía - con sentido)

Bajo

Charla descafeinada (rutinaria - restringida)

Intercambio confidencial (confianza - empatía)

Bajo

Alto

Sinceridad Emocional

 

La conversación descafeinada no se enfoca en hechos reales y ninguna de las dos personas es especialmente sincera o confidencial. No son conversaciones significativas y no dan lugar al brillo.

El debate disciplinado se caracteriza por una escucha mutua, se respetan los puntos de vista y se aporte información necesaria para responder preguntas. Es una conversación que se basa más en hechos más que en prejuicios.

El intercambio de confidencias se caracteriza por un alto nivel de empatía mutua. Esto no es extraño al ámbito laboral, aquí también se necesita sinceridad y cuando esta ocurre se produce entendimiento mutuo y confianza.

El diálogo creativo une pensamiento y sentimiento. Se aportan ideas y surgen posibilidades. El dialogo creativo genera energía e innovación. Para este dialogo se necesita apertura y conversar con gente dinámica e interesante que también esté dispuesta a abrirse.

Acción 3: Identificar el “olor del lugar” identificando los signos de “gran congelación” y marchándose a equipos y comunidades en los que existe cooperación. En este sentido la autora propone que a veces no hay elección, “si quieres brillar tienes que cambiar de trabajo”.

Principio 2: Capacidad para saltar barreras.

Con este principio se enfoca en la importancia de aumentar la red de contactos y conocidos, de manera que la red trabaje para uno.

Acción 4: Incrementar el valor de la red de contactos, buscando el equilibrio entre los conocidos y los amigos íntimos parecidos y otra gente diferente a uno. Muchas veces las ideas más innovadoras e interesantes provienen de gente que apenas se conoce y que son muy distintas a uno.

También propone una matriz para analizar la red de contactos, basada en si nos conocemos bien o no y en si somos diferentes o no. Ello se ve en la siguiente matriz:

 

¿Nos conocemos bien?

Amigos íntimos y relaciones profundas

Cuadrante 1                     (Amigos parecidos a mí)

Cuadrante 2            (Amigos diferentes a mí)

Conocidos y socios

Cuadrante 3 (Conocidos parecidos a mí)

Cuadrante 4 (Conocidos diferentes a mí)

Bastante parecidos

Muy diferentes

¿En qué somos diferentes?

 

El cuadrante 1: amigos parecidos a mí, es gente que conocemos desde hace tiempo, nos caemos bien y tenemos experiencias compartidas. Es fácil ser amigos y mantener una estrecha relación. Son relaciones sólidas, se entienden los puntos de vista mutuos y se comparte información.

El cuadrante 2: amigos diferentes a mí, es gente muy distinta y que ha llegado a ser amiga con el tiempo. Son fuente de apoyo y cariño. Al ser distintos sus puntos de vista, hábitos e ideas son la oportunidad para ir más allá del entorno inmediato. Son valiosos para ver otras perspectivas y explorarlas.

El cuadrante 3: conocidos parecidos a mí, son personas con las que se han desarrollado relaciones basadas en intereses comunes o comunidades de prácticas. Valiosas porque ayudan a aprender más de los temas que son de nuestro interés.

El cuadrante 4 conocidos diferentes a mí, gente que hemos conocido a través de un amigo de un amigo o gente con la que nos hemos topado. Forman redes de contacto. Estas relaciones se dan al saltar barreras y tienen el valor del azar y la sorpresa.

Acción 5: Ampliar las redes de relaciones para saltar las barreras que nos limitan. Permitirse cierta dosis de aventura en la vida, prepararse para conocer gente nueva y tomar el camino hacia la experiencia.

Acción 6: Hacerse un experto en encontrar y cambiarse a empresas sin barreras, de esta forma, evitar las trampas que aguardan tras las fortalezas y saber escoger equipos y empresas que nos permitan saltar.

Principio 3: Explotar la energía latente.

Se trata de prender la chispa ya que sin ella quedamos condenados a quedarnos en un sitio cómodo, pero en el que nunca se podrá brillar. Hay que tener cuidado en que los trabajos se transformen en “clubes de campo”, lugares que llevan a relajarse en el trabajo, donde jamás se tendrá la oportunidad de centrarse de verdad en la profesión y la posibilidad de brillar desaparece para siempre.

Acción 7: Hacer preguntas que provoquen la chispa de energía y además tener la capacidad de provocar y motivar a los demás.

Acción 8: Crear visiones que inspiren a los demás Una buena visión nos lleva al futuro, además describe lo que es importante para ti y prende la energía latente a tu alrededor. Las visiones son futuro y una buena manera de formular el pensamiento sobre el futuro es preguntarse ¿Qué pasaría si?

Acción 9: Poner sobre la mesa trabajos con sentido que os motiven a ti y a tus colegas y que les brinden la oportunidad de explorar vuestro talento, desarrollar nuevas habilidades y finalmente brillar.

Parecen bastante simples los principios para brillar: cooperar, conectarse con otros y motivarse por trabajos desafiantes, sin embargo más allá de las palabras bonitas cada uno de ellos implica acciones a desarrollar.

Qué triste es trabajar en lugares donde sólo se marca el paso o las cárceles de oro donde se recibe un buen sueldo pero se vive con aburrimiento o tedio por un lado o con miedo por el otro. Creo que esa es la invitación de Lynda Gratton, a desafiarnos para participar de trabajos más desafiantes o irnos y buscar mejores lugares donde contribuir.

martes, 28 de junio de 2016

Vivir la vida con sentido. Actitudes para vivir con pasión y entusiasmo. Victor Küppers.


Mi buen amigo Marco Ortíz me recomendó que viera un video TedX de Victor Kuppers, donde habla de actitudes y la fórmula que  al respecto ha inventado. Lo vi y lo encontré muy entretenido por lo que además compré su libro “Vivir la vida con sentido”.

Comienza diciendo, “¡yo propongo que cada persona sea más entusiasta, más alegre, más optimista!” Y dice luego, “siempre me ha sorprendido que haya tanto cenizo y tan poco entusiasta, mucha personas pesimistas y negativas y muy pocas optimistas y positivas. El entusiasmo no es algo genético, es un hábito que puede desarrollarse”. “¿Cómo ser más entusiasta?, primera opción: esperar que las circunstancias te sean favorables, a que la vida nos sonría, esta es la opción de los mediocres y segunda opción: aprender a pensar sano, a gestionar los pensamientos, a elegir los positivos y eliminar los negativos”.

Estoy muy de acuerdo con este planteamiento, lo importante que es el estado de ánimo en cada persona, como el hecho de andar en emocionalidades positivas o negativas puede ser tan predictivo de los logros que cada persona alcanza. Además es algo que me parece tan evidente que me cuesta entender como no lo destacamos más o como nos cuesta gestionarlo mejor.

Creo que una de las razones de lo anterior es que estado de ánimo positivo o entusiasmo, al menos en el medio académico tiene mala barra, se ve liviano, poco serio, banal. De hecho el mismo Kuppers lo dice, “no es muy profundo metafísicamente hablando, pero es práctico, sencillo, útil”. Muchas personas son partidarias de andar con gravedad por la vida, con formalidad, con una actitud despectiva hacia lo liviano. Me parece que se puede aplicar algo así como “si no es importante de verdad, hagámoslo como que parezca”…..Esto incluso me recuerda la película, basada en el libro de Eco, “el nombre de la rosa”, donde precisamente lo que se buscaba ocultar era el Libro de la Risa de Aristóteles, no fuera a ser que la gente lo pasara bien, se riera y eso llevara a perder la fe.

Luego, inicia el libro hablando de “bombillas con patas”. Todos somos bombillas porque transmitimos sensaciones, emociones, sentimientos. Dice que a veces conocemos a una persona y decimos “oleeeé” y luego conocemos a otra y decimos “ufff”, no sabemos porque, pero en pocos segundos hemos tenido una sensación, un feeling, algo que no es racional, es simplemente lo que las personas transmitimos. La diferencia es que algunos transmiten a 30.000 vatios y otras van fundidas. Dice “nos gustan las personas que van a 30.000 las que transmiten alegría, entusiasmo, optimismo….”. “En la vida todos transmitimos energías positivas o negativas y los demás las captamos”. “en nuestras relaciones con los demás, esa energía que desprendemos es fundamental para determinar la calidad de las mismas, porque en la vida nos va, según lo que transmitimos”……

Y, estoy nuevamente completamente de acuerdo con él. El entusiasmo es contagioso, es imposible no escuchar a alguien entusiasta y seguirle en lo que propone.

Inventa una fórmula interesante de considerar. Dice “el valor de una persona viene determinado por la siguiente fórmula: v = (c + h) x a”. Ello significa que es necesario tener conocimientos para todo en la vida pero además de los conocimientos son importantes las habilidades ya que con el tiempo se aprende a hacer las cosas mejor. Conocimientos y habilidades suman, en cambio la actitud es la que multiplica. La diferencia entre los cracks y los “chusqueros” es su manera de ser. Eso es lo que diferencia a las personas grandes y las mediocres. E insiste, “no quiero decir que los conocimientos o las habilidades no sean importantes, ni mucho mejor, son muy importantes, no hay nada peor que un inútil motivado”, “lo que quiero decir es que siendo muy importantes la “c” y la “h”, el factor diferencial, el que multiplica, es la actitud. La actitud hace que uno dé lo mejor de si mismo”.

Tal como me lo advirtiera mi agudo amigo Carlos González, es necesario tener cuidado con eso de “el valor de una persona”, ya que estamos hablando, creo, del dominio laboral, por lo tanto el mejor planteamiento de la fórmula debiera ser algo así como efectividad = (c+h) x a. No sé si el planteamiento matemático es el mejor, rescato la intuición que tiene Küppers con el valor de las actitudes.

Desde los modelos de gestión del conocimiento o de las competencias se nos olvida el “poder de la actitud”, no es lo mismo alguien competente pero sin actitud que alguien competente con una actitud positiva. En este caso, el segundo, seguramente hará una diferencia en el lugar donde trabaje.

Sus consejos para vivir más en el entusiasmo:

1.- disfruta con todo lo que haces, con el trabajo, con el estudio, conduciendo, jugando tenis, en una reunión, con todo. Si no disfrutes lo que haces, déjalo, intenta cambiar de trabajo, haz todo lo que esté en tus manos para hacer lo que te apasiona.

2.- Se agradecido. No valoramos lo que tenemos; muchas veces no sabemos lo privilegiados que somos.

3.- ¡No te quejes! La vida está llena de llorones, de quejicas. Algo no te gusta?, cámbialo, ¿no puedes?, serenidad y concentración en lo que si dependa de ti.

4.- Ponerse ilusiones. No vivimos de pasado ni de presente, vivimos de cara al futuro, si no tienes ilusiones estás muerto, ¡póntelas!, ¡búscatelas!

5.- Ayuda a los demás. No hay nada que llene tanto como ayudar y hacer favores a los demás. Muchas personas necesitan ayuda, dedícales tiempo, es el regalo más preciado.

6.- Repartir alegría. Desarrolla el sentido del humor

7. Cuida a las personas que más quieres, dedícales tiempo, repíteles cuanto las quieres, ten detalles con ellas, sé amable con ellas.


Creo que el coaching como práctica se enfoca fuertemente en “la actitud” por sobre los conocimientos o las habilidades. En este sentido, muchas de las preguntas que el coach formula al coachee tienen que ver con “desde donde” hace lo que hace, impactando fuertemente en esta dimensión. Por ello, no es extraño que muchos coachee, sin participar de formación en capacidades o habilidades salen renovados de un proceso de coaching, ya que su motivación, su actitud, sus ganas, su entusiasmo son diferentes luego de un proceso de coaching. Además muchos de ellos salen agradecidos, disfrutando la vida, valorando lo que son y lo que tienen, lo que diría Kuppers impactan en su entusiasmo.

A mirar de otro modo la actitud entonces.