Hay gente que brilla en sus
trabajos sin menoscabar ni su salud o felicidad. Gente que irradia tanta
energía positiva, que esta se refleja en quienes trabajan a su alrededor consiguiendo
que los demás también brillen y manteniendo un buen ambiente en el lugar de
trabajo.
Con estas ideas, la autora
explica en qué consiste este fenómeno del brillo, que hace que las personas se
destaquen en su trabajo, que cooperen unas con otras y que se genere entusiasmo
a su alrededor.
La realidad nunca es tan simple,
ni tan binaria, en términos de gente que brilla y gente que no brilla, es algo
dinámico y puede haber periodos de brillo y otros de “apagamiento”. Sin
embargo, me parece que el planteamiento de Lynda Gratton apunta al hecho de
vivir el trabajo con entusiasmo, construir colaboración con otros, disfrutar
aquello que se hace y transmitirlo a quienes se encuentran cerca.
En el libro señala que “el brillo”
se basa en tres principios, cada uno de los cuales incluye tres acciones.
Presentaré un resumen de sus ideas para luego hacer algunos comentarios.
Principio 1: Mente cooperadora.
Cooperar con gente que ya se
conoce, que es parecida a uno y con la que ya nos entendemos no acarrea ninguna
dificultad. El desafío de la cooperación para brillar es ir más allá de eso y
cooperar con gente diferente de uno y que trabaja en otros lugares. Cooperar
con desconocidos es más difícil y requiere mucha voluntad y hábitos de
cooperación que van más allá de las normas básicas.
Este principio implica el
desarrollo de tres acciones de cooperación:
Acción 1: Desarrollar hábitos diarios de cooperación, tales como
compartir información valiosa, actuar con discreción, utilizar un lenguaje de
cooperación y cumplir con los compromisos.
Acción 2: Dominar el arte de la buena conversación, aunando
autenticidad emocional y rigor analítico. Con estas dimensiones, propone una matriz
de buenas conversaciones que me parece especialmente significativa para quienes
trabajamos en el ámbito del desarrollo de equipos o en el coaching.
La matriz se presenta a
continuación:
Racionalidad Analítica |
Alto |
Debate disciplinado (con criterio riguroso) |
Dialogo creativo (con
energía - con sentido) |
Bajo |
Charla descafeinada (rutinaria - restringida) |
Intercambio confidencial (confianza - empatía) |
|
Bajo |
Alto |
||
Sinceridad Emocional |
La conversación descafeinada no se enfoca en hechos reales y ninguna
de las dos personas es especialmente sincera o confidencial. No son
conversaciones significativas y no dan lugar al brillo.
El debate disciplinado se caracteriza por una escucha mutua, se
respetan los puntos de vista y se aporte información necesaria para responder
preguntas. Es una conversación que se basa más en hechos más que en prejuicios.
El intercambio de confidencias se caracteriza por un alto nivel de
empatía mutua. Esto no es extraño al ámbito laboral, aquí también se necesita
sinceridad y cuando esta ocurre se produce entendimiento mutuo y confianza.
El diálogo creativo une pensamiento y sentimiento. Se aportan ideas y
surgen posibilidades. El dialogo creativo genera energía e innovación. Para
este dialogo se necesita apertura y conversar con gente dinámica e interesante
que también esté dispuesta a abrirse.
Acción 3: Identificar el “olor del lugar” identificando los
signos de “gran congelación” y marchándose a equipos y comunidades en los que
existe cooperación. En este sentido la autora propone que a veces no hay
elección, “si quieres brillar tienes que cambiar de trabajo”.
Principio 2: Capacidad para saltar barreras.
Con este principio se enfoca en
la importancia de aumentar la red de contactos y conocidos, de manera que la
red trabaje para uno.
Acción 4: Incrementar el valor de la red de contactos, buscando el
equilibrio entre los conocidos y los amigos íntimos parecidos y otra gente
diferente a uno. Muchas veces las ideas más innovadoras e interesantes
provienen de gente que apenas se conoce y que son muy distintas a uno.
También propone una matriz para
analizar la red de contactos, basada en si nos conocemos bien o no y en si
somos diferentes o no. Ello se ve en la siguiente matriz:
¿Nos conocemos bien? |
Amigos íntimos y relaciones profundas |
Cuadrante 1 (Amigos parecidos a mí) |
Cuadrante 2 (Amigos
diferentes a mí) |
Conocidos y socios |
Cuadrante 3 (Conocidos parecidos a mí) |
Cuadrante 4 (Conocidos diferentes a mí) |
|
Bastante parecidos |
Muy diferentes |
||
¿En qué somos diferentes? |
El cuadrante 1: amigos parecidos a mí, es gente que conocemos desde
hace tiempo, nos caemos bien y tenemos experiencias compartidas. Es fácil ser
amigos y mantener una estrecha relación. Son relaciones sólidas, se entienden
los puntos de vista mutuos y se comparte información.
El cuadrante 2: amigos diferentes a mí, es gente muy distinta y que
ha llegado a ser amiga con el tiempo. Son fuente de apoyo y cariño. Al ser
distintos sus puntos de vista, hábitos e ideas son la oportunidad para ir más
allá del entorno inmediato. Son valiosos para ver otras perspectivas y
explorarlas.
El cuadrante 3: conocidos parecidos a mí, son personas con las que
se han desarrollado relaciones basadas en intereses comunes o comunidades de
prácticas. Valiosas porque ayudan a aprender más de los temas que son de nuestro
interés.
El cuadrante 4 conocidos diferentes a mí, gente que hemos conocido
a través de un amigo de un amigo o gente con la que nos hemos topado. Forman
redes de contacto. Estas relaciones se dan al saltar barreras y tienen el valor
del azar y la sorpresa.
Acción 5: Ampliar las redes de relaciones para saltar las
barreras que nos limitan. Permitirse cierta dosis de aventura en la vida,
prepararse para conocer gente nueva y tomar el camino hacia la experiencia.
Acción 6: Hacerse un experto en encontrar y cambiarse a empresas
sin barreras, de esta forma, evitar las trampas que aguardan tras las
fortalezas y saber escoger equipos y empresas que nos permitan saltar.
Principio 3: Explotar la energía latente.
Se trata de prender la chispa ya
que sin ella quedamos condenados a quedarnos en un sitio cómodo, pero en el que
nunca se podrá brillar. Hay que tener cuidado en que los trabajos se
transformen en “clubes de campo”, lugares que llevan a relajarse en el trabajo,
donde jamás se tendrá la oportunidad de centrarse de verdad en la profesión y
la posibilidad de brillar desaparece para siempre.
Acción 7: Hacer preguntas que provoquen la chispa de energía y
además tener la capacidad de provocar y motivar a los demás.
Acción 8: Crear visiones que inspiren a los demás Una buena
visión nos lleva al futuro, además describe lo que es importante para ti y prende
la energía latente a tu alrededor. Las visiones son futuro y una buena manera
de formular el pensamiento sobre el futuro es preguntarse ¿Qué pasaría si?
Acción 9: Poner sobre la mesa trabajos con sentido que os motiven
a ti y a tus colegas y que les brinden la oportunidad de explorar vuestro
talento, desarrollar nuevas habilidades y finalmente brillar.
Parecen bastante simples los
principios para brillar: cooperar, conectarse con otros y motivarse por
trabajos desafiantes, sin embargo más allá de las palabras bonitas cada uno de
ellos implica acciones a desarrollar.
Qué triste es trabajar en lugares
donde sólo se marca el paso o las cárceles de oro donde se recibe un buen
sueldo pero se vive con aburrimiento o tedio por un lado o con miedo por el
otro. Creo que esa es la invitación de Lynda Gratton, a desafiarnos para
participar de trabajos más desafiantes o irnos y buscar mejores lugares donde
contribuir.