En los próximos días participaré en un
seminario sobre Recursos Humanos en Limache, invitado por mi amigo Mauricio
Bertero. Me ha pedido que abordemos temas como psicología laboral, aprendizaje
organizacional, gestión por competencias, capital intelectual y coaching. Todos
temas de la mayor relevancia para la gestión de personas en la actualidad.
A partir de ello me he preguntado cómo
llegamos a la relevancia de estos temas, cómo hoy hablamos mucho más de
personas o de talento que de recursos humanos, cómo hoy el aprendizaje y el
cambio se han tomado la agenda de la gestión organizacional, como el coaching
en sus diversas acepciones se ha popularizado al facilitar procesos de transformación
personal y colectiva, cómo el conocimiento se ha vuelto el capital fundamental de una persona y
de una organización y saber gestionarlo para convertirlo en valor se ha vuelto
crítico.
En la misma línea cómo se diferencia tanto
entre trabajos creativos y trabajos repetitivos, cómo la gestión de la
felicidad se toma la agenda de recursos humanos, cómo se vuelve crucial el
cambio cultural en las organizaciones, cómo la diversidad y el trabajo
colaborativo son temas y cómo contar con personas comprometidas y que hagan un
aporte es central en cualquier organización.
No hemos llegado a este punto por
casualidad, la gestión de personas tiene mucha relación con los cambios de
época. Beck plantea en su enfoque de dinámica espiral que al ir aumentando la
complejidad van emergiendo nuevos paradigmas para hacerles frente. Pablo Reyes en su libro “la nueva elite, la transición evolutiva
de la sociedad chilena”, muestra como distintas condiciones de vida van
produciendo distintas respuestas en los sistemas de pensamiento y acción de los
seres humanos. Al respecto nos hemos ido moviendo desde un ambiente lleno de
oportunidades (naranjo) para prosperar a un hábitat compartido por la humanidad
(verde), hasta un ambiente incierto en permanente cambio (amarillo). Cada
cambio va generando nuevos estilos de gestión y nuevas prioridades en la
relación entre los seres humanos.
Yuval Noah Harari en su libro “de animales a dioses” plantea una interesante interpretación
respecto de porque los seres humanos hemos conquistado el planeta. Su tesis es
que la cooperación flexible y a gran escala es la principal acción que diferencia
a los seres humanos de otras especies. Muchas de ellas cooperan pero no pueden
hacerlo a gran escala. Otras lo hacen a gran escala pero no cuentan con la
flexibilidad que lo hacemos los seres humanos. Esto nos ha dado una ventaja
colectiva, que nos ha llevado a apropiarnos del planeta.
¿Cómo se ha producido esta cooperación flexible
y a gran escala?, de distintos modos. Uno de ellos ha tenido que ver con la
gran capacidad humana, basada en el lenguaje, de construir historias y relatos
que den sentido, de ese modo, las personas al apropiarse del relato y encontrar
un lugar en el mismo, son capaces de actuar colaborativamente con otras. Esa ha
sido la función de la ideología, de las
religiones y de la política.
Otra forma, menos amigable de generar cooperación,
durante la historia, ha sido la coerción, el miedo o la amenaza de daño, de
modo que cooperar haya sido una mejor estrategia que resistirse o aislarse, tal
puede ser el caso de la esclavitud, del vasallaje a un señor durante el
feudalismo o la participación en ejércitos.
Indudablemente logros colectivos de la
humanidad, como la construcción de pirámides en Egipto, de moais en la isla de
pascua, de iglesias en la edad media han tenido una mezcla entre los dos
modelos anteriores: sueños y miedos.
Al avanzar la historia de la humanidad y
producirse cada vez mayor división del trabajo, la cooperación se ha tornado
cada vez más necesaria, ya que en mundos más simples, con poca división del
trabajo, con niveles altos de autarquía, cooperar puede no ser tan
imprescindible. Sin embargo, la apuesta de la humanidad por la división del
trabajo hace que aumente la dependencia y por ello la necesidad de cooperación.
Es interesante, al respecto, los planteamientos de Berger y Luckman en su libro
“la construcción social de la realidad”.
Cuando hablamos de recursos humanos hoy día,
hablamos de modos en que se organiza el trabajo, se coordina la acción para producir resultados que ningún ser humano podría
producir por sí solo. La agenda de recursos humanos tiene que ver con la
cooperación al interior de organizaciones, públicas o privadas, con fines de
lucro o no, familiares o profesionales.
¿En qué está entonces hoy día la gestión de
recursos humanos?, ¿cuáles son los temas relevantes a considerar?. Quisiera
plantear una suerte de desarrollo cronológico del campo, asociando las
características de cada época a la evolución del trabajo, para hablar del
nombre del campo, los profesionales que se desempeñan en él y las
preocupaciones a tener en cuenta.
Etapa 1:
Si comenzamos a mirar este campo a
principios del siglo pasado, resulta relevante la relación entre administración
científica y las prácticas de administración de personas. Existe una extensa literatura sobre las ideas de la administración científica.
También películas que ilustran esta época, donde sugiero por ejemplo mirar “Tiempos
Modernos” de Chaplin.
Al desarrollarse las primeras industrias
masivas Taylor y Ford elaboran, el primero la teoría y el segundo la práctica,
de cómo administrar grandes cantidades de personas para coordinar su trabajo en
pro de la eficiencia en el trabajo. Varias ideas resultan relevantes, sin
embargo destacaré dos: existen quienes diseñan el trabajo y quienes lo ejecutan
(los primeros son los ingenieros y los segundos los obreros), las personas
trabajan fundamentalmente por dinero (teoría X de Mc Gregor).
La idea que existen diseñadores y
ejecutores lleva a realizar una profunda distinción entre dos categorías de
trabajadores, distinción rígida, que lleva a que los “ejecutores” no debieran
pensar ni tomar iniciativas, ya que estas les correspondían a los ingenieros.
Por ello se desarrolla todo un ámbito de trato enfocado en la disciplina
laboral, orientada a conseguir que los trabajadores hicieran lo que tenían que
hacer, en las cantidades requeridas, haciendo uso de movimientos diseñados por
otros, fundamentalmente un trabajo de naturaleza manual y repetitiva. No es
raro entonces que los primeros administradores de personal fueran ex militares
o personas de las fuerzas armadas como señala Ramón Valle Cabrera en “la
gestión estratégica de recursos humanos”.
Otra consecuencia derivada de las ideas de
la administración científica es el sistema de pagos o remuneraciones. Si la
gente intercambia trabaja por dinero, hay que diseñar un sistema al respecto
que contabilice el trabajo e incluya sueldo, comisiones, incentivos, bonos,
tanto para premiar como para castigar, de modo tal que el sistema incentive el
cumplimiento y castigue lo contrario. Nada mejor que un contador para organizar
estos registros y llevarlos adelante.
Etapa 2:
El tiempo va pasando y en muchos lugares
los trabajadores se organizan y realizan demandas, surgen sindicatos. Existe
una relación de interdependencia fuerte entre la empresa y sus trabajadores,
con intereses compartidos pero con un ámbito importante de desavenencias, que
requieren negociación. En EEUU Elton Mayo comienza a investigar (experimentos
Hawthorne) las necesidades sociales, las relaciones humanas que se dan al
interior de las organizaciones, las que no se refieren sólo a dinero sino que a
logro, pertenencia, afiliación, etc.
Esta etapa es llamada por algunos autores,
“relaciones industriales”, ya que precisamente, además de organizar el trabajo
y pagar los sueldos se requiere administrar las relaciones con los sindicatos
donde los haya, o las relaciones con el personal, a fin de tomar acuerdos que
regulen el conflicto y “satisfagan” otras necesidades. En Chile, en muchas
empresas se desarrollan las áreas de “Bienestar”, con lo cual se busca otorgar
otras compensaciones que no sean sólo remuneraciones. Esta idea de “compensar”
es bien interesante, ya que sólo compenso cuando hago daño, y dentro del campo
semántico lleva la idea de reparar, indemnizar, remediar, suplir, etc.
En esta época el campo comienza a ser
territorio de abogados, asistentes sociales y psicólogos sociales.
Etapa 3:
Años 70 se producen las primeras crisis del
petróleo, la irrupción de la industria automotriz japonesa en Estados Unidos,
la guerra fría EEUU – URSS. Las personas ya no son las mismas y no aceptan de
buena gana sistemas de “disciplinamiento” como los de inicio de siglo, los
modos de producción comienzan a tornarse más flexibles y basados en las ideas
de calidad total, los consumidores tampoco son los mismos y quieren mayor
diversidad y alternativas, una buena relación precio - calidad.
En estos años se comienza a hablar de
Administración de Recursos Humanos. Las personas son un recurso, un capital que
la empresa debe obtener, cuidar, asignar y rentabilizar. La idea de capital
humano, propuesta por Gary Becker, refleja la importancia que tiene la
educación de las personas en el aporte que realizan y la retribución que por
ello tiene en el mercado de trabajo.
Tal como propone Chiavenato, la
administración de recursos humanos comienza a reflejar un flujo, desde las
actividades previas a la contratación (como diseño de cargos, perfiles) pasando
por la incorporación, el desarrollo y la mantención. Claro que, como siempre
digo, a este autor se le olvida hablar de lo que hoy se llama desvinculación,
pues en un entorno más estable las personas en general dejan una organización
cuando se mueren o cuando se jubilan, desarrollando una larga carrera laboral.
Hoy en día eso es una excepcionalidad que en el caso de Chile ocurre aún en las
FFAA, algunas instituciones públicas y con suerte en alguna empresa. Ver artículo
sobre knowmads.
En el cuadro se ve el modelo de flujo de
RRHH desarrollado por Idalberto Chiavenato
Esta es la época de los “administradores de
recursos humanos”, personas que vienen del mundo de la administración y así
como se administran flujos de dinero en finanzas, se administran flujos de
personas.
Etapa 4:
El mundo sigue cambiando, un entorno
mundial de desregulación en la época de Thatcher y Reagan, caída de la URSS y
un gran cambio en el entorno económico mundial: globalización, cambio
tecnológico, mayor educación de la población, aumento de las expectativas de
vida, Unión europea, desarrollo de internet, etc.
Las empresas comienzan a hablar de “gestión
estratégica”, lo que implica desarrollar una aproximación diferente, no se
trata sólo de administrar recursos sino que de utilizarlos inteligentemente, de
contar con una ventaja competitiva. En muchas empresas tienen lugar extensos
programas de reingeniería para ajustar la estructura y los procesos a los
nuevos objetivos estratégicos.
Existen muchos modelos e ideas acerca de lo que
significa estrategia, sugiero revisar el libro “Safari a la estrategia” de
Henry Mintzberg, sin embargo se puede coincidir en que ello implica definir
objetivos centrales a alcanzar en un cierto tiempo, analizar el entorno para
determinar la posición en la que se encuentra la organización y diseñar para
luego implementar acciones alineadas para lograr tales objetivos.
En relación al campo de recursos humanos,
la aproximación estratégica significará definir los roles de recursos humanos,
el alineamiento necesario entre este campo y la estrategia de la organización.
Ello implicará que quienes lideran el área se vuelvan expertos en conectar a
las personas con los objetivos organizacionales.
Este es el terreno de los ingenieros o los
expertos en gestión.
Me gusta la perspectiva de Ulrich, a quien
he citado en posts anteriores, ya que desde una perspectiva estratégica señala
cuatro roles de la gestión de recursos humanos: experto administrativo, líder
del cambio, defensor de los empleados y socio estratégico.
En el cuadro siguiente se presenta la
matriz de roles de Ulrich.
Una de las derivadas interesantes del
planteamiento de Ulrich es que distingue las acciones transaccionales de las
acciones de desarrollo de recursos humanos. Las acciones transaccionales como
pagar sueldos, contabilizar las vacaciones, administrar licencias médicas son
de naturaleza higiénica, deben hacerse con efectividad ya que de no hacerse
generan problemas, pero no crean valor. En cambio las acciones de desarrollo,
son valiosas ya que crean valor en relación a la ventaja competitiva, basada en
las personas. Por ello se difundan los “business partners”, personas que
reportan al área de recursos humanos pero que se encuentran en el negocio,
apoyando a los líderes de la línea a resolver problemas y conectar personas –
negocio.
Etapa 5:
Hoy día vivimos en otro mundo. Zigmunt
Bauman le llama “modernidad líquida”. En su tiempo Tofler advertía acerca del “shock del futuro”. A su vez Lynda Gratton, habla del futuro del
trabajo (post 1, post 2)
Se espera que las personas realicen una
contribución a los resultados de las empresas, contribución que pueden hacer
dentro de ella o externamente como subcontratistas, consultores o cualquier
otra figura flexible. Si en etapas anteriores quien entraba a una empresa y
hacía bien su trabajo tenía el “futuro asegurado” esto ha cambiado de una
manera en algunos casos dramática. El futuro es cada vez más incierto tanto
para las empresas como para las personas por lo que la flexibilidad se ha
tornado critica.
El conocimiento ha adquirido un valor
extraordinario por lo que se distingue con facilidad tareas reflexivas,
creativas, dotadas de conocimiento de aquellas repetitivas o manuales. No es
raro entonces que las personas y organizaciones inviertan muchos recursos en
actividades de capacitación para mantener sus conocimientos vigentes, ya que
quien no se sigue formando se vuelve obsoleto. Este será el futuro, tendremos
que aprender sobre materias que aún no sabemos que necesitamos.
Contar con gente talentosa puede hacer la
diferencia entre logro y fracaso. Definir que es talento, como se consigue, como se retiene y cómo se
desarrolla y sobre todo, como se transforma en una competencia organizacional,
de modo que si la competencia llega a llevarse a alguien talentoso esas
cualidades se queden en la organización. Tener líderes comprometidos y
entusiastas, visionarios es de gran valor. Actuar sobre la cultura
organizacional es fundamental para tener una organización diferente.
Es indicativo respecto de estas tendencias
que uno de los buenos libros sobre gestión de recursos humanos, enfocado sobre
todo al sector público se llama “Merito y Flexibilidad” de Francisco Longo. Cómo el Estado se hace
cargo de los nuevos tiempos, abordando la contribución y aporte de sus empleados
junto con una necesario flexibilidad.
Por eso hoy se ensayan distintas maneras de
llamar al campo: gestión de personas, gestión de talento, capital humano,
desarrollo de personas y muchas más. Todas ellas buscan rescatar como las
personas, no todas ellas eso sí, agregan valor a las organizaciones y sus
resultados.
Tal vez el tiempo nos indique que prácticas
o modelos pueden hacer mejores aportes, destaco: aprendizaje organizacional,
gestión por competencias, capital intelectual, coaching, gestión del cambio y
varios otros. Algunas pocas palabras sobre cada uno de ellos:
APRENDIZAJE ORGANIZACIONAL: Ideas que en su
inicio plantea Gregory Bateson, Chris Argyris y Peter Senge y muchos autores
más. Aprender es una competencia fundamental para hacer frente a entornos
inciertos y cambiantes. Aprenden las personas individuales y aprenden las
organizaciones, ya que desarrollan nuevas formas de comportarse que se ajustan
a los cambios y son estables en el tiempo, estables en la medida que aparecen
nuevos cambios. Desarrollar competencia para aprender permanentemente es otra
manera de hablar de “gestión del cambio”, estimular esta competencia, hacerla
visible y transformarla en una ventaja competitiva es un desafío en este
modelo.
GESTION POR COMPETENCIAS: Modelo enfocado
en el conocimiento aplicable al desempeño laboral. Existen distintos modelos
(conductual, funcional, constructivista) que definen de manera diferente
competencia y señalan distintos énfasis. Lo común es la importancia que asigna
a conectar la conducta laboral con los resultados que esta tiene en relación a
los objetivos del puesto de trabajo y de la organización. No se trata de tener
calificaciones, se trata de ser competente. Me gusta el modelo desarrollado por
Mc Clelland, en el libro de Spencer y Spencer “Competence at work”.
CAPITAL INTELECTUAL: Enfoque que señala que
las empresas utilizan activos o capital para producir riqueza. Tradicionalmente
el principal capital utilizado en ese afán ha sido el capital financiero y el
capital fijo (tierras, máquinas, etc). Hoy día se ha producido un
desplazamiento hacia activos intangibles, llamados genéricamente capital
intelectual, de tres tipos: estructural, humano y relacional. Gestionar estos
capitales es la esencia de la gestión hoy en día. Publiqué un post sobre este tema hace un tiempo
COACHING: Otro enfoque desarrollado en el último
tiempo. Se trata de un modelo enfocado en facilitar el aprendizaje, ya sea
cambiando la acción de las personas u organizaciones (coaching de primer orden)
o cambiando al observador o paradigma (coaching de segundo orden). También se
habla de coaching como un estilo de liderazgo más centrado en facilitar
aprendizaje que en dar instrucciones o “mandar”.
Los modelos y aproximaciones que intentan
interpretar y sistematizar las tendencias que vivimos no se agotan en los que
acabo de presentar. Hay varios más como la gestión del talento, como la
felicidad organizacional, la gestión del cambio y otros. La historia humana no
se detiene, nuevos desafíos enfrentaremos como humanidad y la gestión de
personas tomará otros rumbos.
En Chile existe una amplia heterogeneidad
en cuanto a gestión de personas. Algunas empresas siguen en la Etapa 1,
concentrados en pagar sueldos y en conseguir que su personal ejecute tareas
manuales y repetitivas, otras avanzan hacia la satisfacción de necesidades
sociales y de otro orden, negociando con sus sindicatos otras condiciones
laborales, las hay que siguen en la etapa 3, enfocados en gestionar flujos de
personal: contrataciones, capacitación, remuneraciones, sin pensar en las
personas como una ventaja competitiva estratégica, otras avanzan hacia una
concepción estratégica de las personas, enfocándose en un rol no transaccional
sino que de desarrollo y de agregación de valor. Las hay, las menos, que hoy se
preocupan de flexibilidad, aprendizaje, cambio, liderazgo, talento, innovación.
Muchos autores discuten hacia dónde camina
la humanidad, esto será siempre incierto, lo que no cambiará es que por muchas
máquinas y robots y tecnología siempre habrá seres humanos involucrados y
conseguir que cada uno de su mejor aporte seguirá siendo una tarea crítica.