Ya hemos
citado en este blog el trabajo de Stephen
Covey junior, quien es hijo precisamente de Stephen Covey,
autor de “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva”, libro clásico en
materias de liderazgo y gestión.
En este
interesante trabajo Covey realiza una argumentada defensa del estilo de
liderazgo “confiar e inspirar” v/s el estilo de liderazgo de “mando y control”.
Recuerdo que
Rafael Echeverría en su libro “La
empresa emergente” explicaba con detalle el origen del
mando y control como estilo de liderazgo asociado a las ideas de Taylor. Otro
autor que también lo describía con profundidad, esta vez asociado al desarrollo
de los ferrocarriles era Peter Scholtes en su trabajo sobre “Cómo
liderar, manual práctico”. Yo creo que si uno hurga en la
historia del modelo puede llegar incluso a la tradición de la iglesia católica
y de los ejércitos.
¿En qué
consiste el mando y control como estilo de liderazgo?, para Covey “consiste en
lograr que se hagan las cosas, ignorando el poder potencial de los individuos
que ejecutan esas tareas……consiste en ser eficiente con las personas, intentar
motivarlas en lugar de inspirarlas. Se basa en el interés propio y la
competición más que en el servicio y el cuidado. Y si todo lo demás falla,
consiste en gritar órdenes para que todos hagan exactamente aquello que se
espera que hagan; no porque quieren sino porque tienen que hacerlo.
El problema
es que el mundo ha cambiado radicalmente y sin embargo muchos líderes siguen
usando el mismo estilo como si entre la invención del ferrocarril o desde la
administración científica de Taylor hasta ahora no hubiese cambiado nada. Y
aunque suene obvio, han ocurrido muchos cambios, entre ellos, cita Covey: el
mundo, el trabajo, el lugar del trabajo, la naturaleza de la fuerza laboral y
la naturaleza de la “elección”.
En opinión
del autor los individuos que usan el estilo de mando y control no son malas
personas, son personas incluso de buen carácter y buenas intenciones, sólo que
siguen usando un estilo que no se ajusta a los tiempos que vivimos y que,
además, lamentable y tristemente no sirve al propósito organizacional.
Propone
realizar un simple ejercicio. ¿Cómo es trabajar con una persona que usa el
estilo mando y control? Para algunas personas sólo puede ser un ejercicio
imaginario, pero para muchas, es hablar de la experiencia que viven
cotidianamente, de alguien que asfixia con reglas y restricciones llenando a
las personas de frustración y extenuación. En cambio, ¿cómo es trabajar con una
persona que usa el estilo confiar e inspirar?, para muchos la experiencia por
supuesto que será muy distinta y se llenará de gratitud, entusiasmo, confianza
y realización, dice Covey junior.
Luego de
criticar extensamente el estilo mando y control, pasa este autor a describir el
estilo Confiar e inspirar, para lo cual alude a que quienes utilizan este
estilo tienen tres disposiciones esenciales, que cual paradigma impactan en el
uso del estilo. Estas disposiciones son: ejemplaridad, confianza e inspiración.
Vistas una
por una:
Ejemplaridad:
Esta disposición se relaciona con “quienes somos” y tiene que ver con la fuente
de credibilidad y autoridad moral como líder. Se basa en la creencia
fundamental en que la influencia perdurable se crea desde dentro hacia afuera y
en que los líderes son los primeros. Dice Covey “cuando somos creíbles,
influimos en los demás. Cuando tenemos autoridad moral, eso también nos permite
influir”. La autoridad moral es distinta de la autoridad formal, la que surge
del título o la posición. La autoridad moral surge de la credibilidad al dar el
ejemplo. Para el autor, si se consideran líderes influyentes aparecen algunas
virtudes conductuales tales como humildad y valentía, autenticidad y
vulnerabilidad y empatía y desempeño.
Confianza: Tiene
que ver con “cómo lideramos” y proviene de la creencia que las personas tienen grandeza
y que la labor del líder no es controlar sino que liberar el potencial de cada
persona. Este potencial se libera confiando no indiscriminadamente sino que con
inteligencia, con claras expectativas y con rendición de cuentas.
Inspiración: Para
Covey junior, “si los individuos no se sienten tratados con respeto, si no son apreciados
por su alor y su potencial, si no se siente inspirados por sus padres, jefes o
colegas, acabarán “tirando la toalla” y marchándose”. ¿Cómo inspiramos a otros?,
para Covey fundamentalmente se trata de generar conexión con lsa personas y el
propósito. Dice “resulta inspirador el hecho que las personas se sientan
conectadas con el propósito, el significado y la contribución, que sepan por
qué es importante lo que hacen”.
Creo que
hasta aquí las ideas del autor son super pertinentes y es fácil constatar que
el estilo “mando y control” definitivamente está muy obsoleto. Creo que las
razones son múltiples pero la de mayor peso es que no sirve cuando las personas
realizan tareas que requieren aporte, creatividad, motivación, interés,
entusiasmo, reflexión, compromiso, inteligencia, en definitiva, involucramiento.
En dichos casos
lo que se requiere como estilo de liderazgo es un estilo “conversacional”, ponerse
de acuerdo en los objetivos a lograr, en las tareas a cumplir, en los
compromisos a alcanzar, en los tiempos a efectuar el trabajo, en las ayudas a
recibir, en las dificultades que resolver, en las contingencias por manejar,
etc, etc.
Creo que por
eso hoy aparecen diversos modelos y enfoques que procuran describir estos
nuevos estilos: liderazgo transformacional, liderazgo basado en promesas,
liderazgo e inteligencia emocional, liderazgo abierto, liderazgo ejemplar,
liderazgo extraordinario.
Además me
hace mucha relación con un tema que hemos conversado en otros posts, a propósito
por ejemplo de Marcus Buckingham en “rompa
todas las reglas”, donde se argumenta de manera muy interesante que las
personas no abandonan organizaciones, abandonan jefes y que los gerentes
excepcionales seleccionan en base a talento, definen resultados esperados y se
concentran en las fortalezas.
Siguiendo con
Covey, rescato en su planteamiento las tres ideas centrales que él utiliza para
describir este liderazgo de confiar e inspirar: dar el ejemplo, construir
confianza y mostrarse inspirador. Un líder con estas características en
cualquier industria es irresistible y, por lo tanto, configurará colaboradores
y equipos con un alto nivel de compromiso y competencia.
Finalmente,
me parece que estas tres cualidades, virtudes o competencias son absolutamente
aprendibles y por lo tanto quienes apoyamos a personas en su liderazgo como
coaches, consultores, profesores, podemos hacer mucho por acompañar a las
personas en observar estos ámbitos y trabajar en su desarrollo.
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