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viernes, 14 de junio de 2019

Thomas Friedman. Gracias por llegar tarde (como la tecnología, la globalización y el cambio climático van a transformar el mundo los próximos años)



Soy un lector voraz desde pequeño. Recuerdo ser un niño y ver como mi abuelo Silvio compraba El Mercurio, La Tercera y La Época y los leía con entusiasmo. Yo, de a poco hacía lo mismo y luego conversábamos de alguna que otra noticia. Hoy, bastante más mayor que en aquellos años leo muchísimo, de todo y ya hace 8 años que publico este blog donde voy comentando los libros que leo, principalmente aquellos relacionados con liderazgo, coaching, recursos humanos, psicología del trabajo, equipos y materias propias de mi profesión. Leo mucho también sobre el mundo que nos toca vivir, estoy convencido que si no sabemos lo que pasa en el mundo, somos, como decía Ortega y Gasset “barbaros especializados” peligrosamente expertos sin tener en cuenta el contexto en que nos toca vivir.

Escribo para plasmar mis reflexiones y compartirlas con quien tenga inquietudes semejantes, no estoy en plan ni de resumir libros ni de “ser dueño de la verdad” y pontificar acerca de lo que es, más bien me interesa tomar los libros como pretexto para comentar las ideas propuestas por sus autores y luego usarlas para realizar conexiones, que en último término nos permitan vivir mejor, más conscientes, ser más felices y como dice el movimiento scout “dejar el mundo un poco mejor que como lo encontramos”.

Por eso que me pareció atinado lo que dice Friedman, quien señala que cuando uno es columnista de periódico o bloguero no tiene como objetivo informar a nadie, sino que “lo que quieres es influir”, “provocar una reacción” dice en la página 24 del libro. Y eso implicar estar en el negocio de las calefacciones o en el negocio de la iluminación, hermosa metáfora que usa para graficar que lo que buscamos es encender una bombilla, iluminar un asunto de una manera que inspire al lector a verlo desde otro punto de vista o avivar una emoción en el corazón del lector que lo motive a sentir o actuar de manera más intensa o distinta acerca de una cuestión.

Tal vez por mi estilo estoy más en el negocio de la luz que de la calefacción, buscar nuevas ideas y ayudar a mirar, antes que emocionarse y actuar desde la pura pasión. Por eso he publicado varios links sobre el tema, por ejemplo: La era de la velocidad, 21 lecciones para el futuro de Harari, modernidad líquida de Bauman,  etc.

En esta línea el autor propone la existencia de tres aceleraciones que están ocurriendo en este momento, las que de alguna manera tendrán consecuencias importantes en nuestro modo de vivir e incluso en nuestra supervivencia como especie. Citando a Mc Afee, al que he citado anteriormente en el blog, basado en la ley de Moore y como el crecimiento exponencial nos lleva a la “segunda parte del tablero de ajedrez”, es decir, pequeños cambios que al principio no generan grandes efectos, pero que al irse realizando sobre si mismos generan un efecto muy difícil de predecir. Ya nos encontramos en esta segunda parte del tablero y estamos empezando a ver cambios que no pensábamos que fueran a ocurrir.

¿Cuáles son las tres aceleraciones, a juicio de Friedman?

1 Tecnología. En los últimos años los desarrollos tecnológicos han incrementado el poder de las máquinas, de las personas, del flujo de ideas y de la humanidad en su conjunto a niveles sin precedentes, gracias al propio diseño y desarrollo tecnológico, así como a la complejidad y la conectividad.

Visto cada uno en particular:

Poder de las máquinas: Computadores, robots, autos, teléfonos, tabletas, relojes han creado una nueva frontera, equipadas con los mismos sentidos que poseen los seres humanos e, incluso, gracias a la inteligencia artificial, algunas pueden pensar por sí mismas.

Poder de los flujos: Se ha acelerado el poder de los flujos de conocimientos, nuevas ideas, asesoría médica, innovación, insultos, rumores, colaboración, emparejamiento, prestamos, banca, actividad comercial, amistades, comercio, aprendizaje. Todos circulan globalmente a gran velocidad y con una amplitud nunca vistas.

Poder de uno: Lo que una persona, una única persona, puede hacer ahora de manera constructiva o destructiva también se ha multiplicado para alcanzar una nueva dimensión.

Poder de muchos: El colectivo de seres humanos se ha convertido en fuerza de la naturaleza, una fuerza que está perturbando y cambiando el clima y los ecosistemas del planeta a un ritmo y un alcance nunca vistos en la historia de la humanidad.

2 Globalización: A su entender la globalización significa la capacidad de cualquier persona o empresa de competir, conectar, intercambiar o colaborar globalmente. Según está definición la globalización está estallando ya que hoy podemos digitalizar cualquier cosa y gracias a los teléfonos móviles y la nube, podemos enviar esos flujos a cualquier parte y extraerlos de cualquier parte. Esto impulsa la globalización de amistades, finanzas, odio, exclusión, educación, comercio electrónico, noticias útiles y rumores perturbadores. Todo esto genera más interdependencia que nunca.

3 Clima: Existe un concepto que llama “elefante negro”, un cruce entre un “cisne negro” y un “elefante en la cristalería”, un evento raro, poco probable e imprevisto con enormes repercusiones, algo visible para todo el mundo pero que sin embargo nadie quiere abordar aunque sepamos perfectamente que un día tendrá consecuencias. Según el autor, hoy existe una manada de elefantes negros del medio ambiente, tales como calentamiento global, deforestación, acidificación del océano y extinción en masa de la biodiversidad.

Según Friedman, algo que es característico de este cambio es como hoy hablamos la “lengua climática”, con expresiones como “hace tan sólo unos años…pero entonces algo cambió”, “caramba, esto sí que no lo había visto”, “bueno, normalmente sí, pero ahora no lo sé”, no había visto algo así desde…….

A juicio del autor, basado en mucho dato y trabajo científico, hemos empujado todos los sistemas clave de la tierra hacia y quizás más allá de los límites del holoceno, un mundo sin equivalente para nuestra experiencia en la tierra, con consecuencias insospechadas.

Respecto del primer tema el cambio tecnológico, no tengo más que decir, que efectivamente es algo que nos ha cambiado mucho la vida y que nos la está cambiando a cada rato, de maneras que no alcanzamos a vislumbrar cabalmente. Las preguntas que hacen los niños son especialmente decidoras al respecto. En tu época ¿existía la televisión?, en tu época ¿existían los celulares?, en pocos años más preguntarán si ¿en tu época existía la inteligencia artificial? La tecnología nos desafía constantemente a nuevos aprendizajes y a nuevas manera de hacer las cosas, incorporando innovación y creatividad.

En relación a la globalización efectivamente vivimos en un mundo cada vez más interconectado, la gente graba videos y los envía por teléfono, vemos series de televisión con alcance global. Este mismo verano me sorprendo cuando reviso facebook y veo como mis amigos y alumnos viajan por el mundo, veo alumnos y amigos en Brasil, en EEUU, en Europa, en Vietnam, en Australia, etc. El año 2018 hice coaching por Skype o por el video de whatsapp con personas en diversas ciudades de Chile y en otros países como Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Australia, etc. Esta interconexión hace que nuestras relaciones sean más ricas y favorece una amistad sin fronteras.

Y, finalmente en relación al clima, es notorio como dice el autor como estamos usando un lenguaje climático para describir fenómenos atmosféricos inusuales como las temperaturas extremas en diversas partes del mundo, como los incendios descontrolados en muchos lugares, el derretimiento del hielo, la escasez hídrica. Este mismo verano en Chile temperaturas de 36 grados en Coyhaique, lluvias extremas en Iquique y Calama, calor inusual en Santiago y muchas otras más.

Entiendo que los magnates del petróleo y Trump se niegan a reconocer cualquier atisbo de cambio climático dados sus intereses económicos, pero creo que ya es una realidad innegable que nos enfrentamos a algo nuevo, con lo que como humanidad no tenemos experiencia previa y que va a afectar si o si a nosotros mismos y a las futuras generaciones. Es un problema con el que tendremos que lidiar, haciendo uso de toda la inteligencia humana, de manera de ser sustentables para el futuro.

En estos temas hay personas entusiastas como Punset, quien en su libro viaje al optimismo habla de todo lo que nos ocurre en tono positivo. Hay otros más pesimistas. Friedman se mantiene en un sabio tono de preocupación, presentando el desafío que tenemos como humanidad.

martes, 10 de abril de 2018

La carrera contra la máquina. Erik Brynjolfsson y Andrew Mc Afee



En varios libros que he leído últimamente citan a estas autores y su libro escrito el año 2011. Uno de estos libros, el que recomiendo revisar, es el libro que anualmente edita BBVA Openmind donde aparece un capítulo escrito por Adam Saunders relativo al Impacto de la tecnología en el crecimiento y el empleo.

Busqué el libro de Brynjolfsson y Mc Affee en internet y comenzó siendo un desafío comprarlo en versión digital en España en una editorial que lo vendía en formato pdf, pdf que requería instalar un programa ya que está encriptado para evitar las copias piratas. Por fin lo logré y lo he leído con gran gusto. Esto me sonó a metáfora de los temas que me esperaban en el texto.

Un libro breve, apenas 99 páginas, bien redactado, preciso e inspirador para muchas conversaciones importantes. Se puede leer un resumen en http://evpitasociologia.blogspot.cl/2016/11/la-carrera-contra-la-maquina-de-erik.html

El objetivo del documento es explicar cómo las tecnologías de la información están afectando los empleos, las cualificaciones necesarias, los salarios y la economía.

Luego de mostrar datos para EEUU relativos a empleo, concluyen que existe una suerte de paro crónico en la actualidad. A juicio de los autores, en todas las crisis económicas anteriores, cuando se producía la recuperación luego se retomaba el empleo aunque con algún rezago. Sin embargo, en la situación actual, post crisis 2009, ello no es así ya que se crea riqueza pero no se está produciendo empleo de la misma manera que anteriormente.

Según Brynjolfsson y Mc Affee esta situación tiene diversas explicaciones, señalando tres teorías: el carácter cíclico propio de la economía, el estancamiento económico y el “final del trabajo”. La última me parece especialmente interesante ya que repite las tesis de Jeremy Rifkin, quien propone que el cambio tecnológico llevó a la pérdida de puestos de trabajo en la agricultura con el consiguiente desplazamiento hacia la industria y, a  su vez la automatización en la industria desplazó mano de obra a los servicios. El problema es que hoy, con la automatización de los servicios no se ha creado otra industria que absorba trabajo con el consiguiente aumento del nivel de paro laboral. De alguna manera los autores comparten esta tesis, la informatización está eliminando puestos de trabajo más rápido de lo que los crea.

Dan algunos ejemplos de desarrollos tecnológicos que hace algunos años atrás eran impensables como el automóvil conductor de google, el programa Watson de IBM y la traducción simultánea de alta calidad. A partir de estos ejemplos teorizan acerca de la ley de Moore (aproximadamente cada dos años se duplica el número de transistores en un microprocesador y baja el precio a la mitad) y la teoría de kurzweil sobre los crecimientos exponenciales, quien usando el cuento del inventor del juego de ajedrez que pide al rey una cantidad de arroz como premio, determinada colocando un grano en el primer cuadro, dos en el segundo, cuatro en el tercero y así sucesivamente hasta que el rey acepta la recompensa pero no se da cuenta de qué manera se multiplica el arroz al avanzar en las casillas llegando a cifras tremendamente grandes. La tesis de Kurzeil es que este crecimiento exponencial, aplicado a la tecnología, lleva a que en algún momento nos movemos a la “segunda parte del tablero de ajedrez”, pudiendo los computadores realizar tareas que antes parecían imposibles. De acuerdo a estas reflexiones, ¿en qué momento de la historia del uso industrial de los computadores estamos?, ¿es ya la segunda mitad del tablero?. Es muy probable que recién estemos entrando en la etapa exponencial y veamos muchas cosas fantásticas con los computadores que no imaginábamos posibles.

Distinguen también las tecnologías de propósito general, un pequeño grupo de innovaciones tecnológicas tan potentes que interrumpen y aceleran el curso normal del progreso económico. Algunas de ellas son: la máquina de vapor, la electricidad, el motor de combustión interna. Estas tecnologías no sólo van mejorando con el tiempo sino que también dan pie a innovaciones complementarias en los procesos en las empresas e industrias que las ocupan, generando una cascada de beneficios. Los computadores son una clase de tecnología de propósito general que generan efectos en todos lados, aumentando la productividad en la alta tecnología pero en todas las industrias que los utilizan.

Luego de estas disquisiciones los autores concluyen que todas estas tecnologías están creando valor en cantidades enormes, pero dicho valor no se está repartiendo igual que anteriormente entre trabajo y capital y, tampoco entre distintas clases de trabajadores: algunos están ganando, otros están perdiendo.

Además del capital y las “superestrellas”, según los autores quienes están ganando son los trabajadores muy calificados al tiempo que se reduce o elimina el trabajo poco cualificado. Dicen: “una gran parte de la automatización industrial cae en esta categoría; el trabajo rutinario se deja a las máquinas, mientras que las decisiones más complejas de programación, administración y comercialización continúan tomándolas las personas”. “tecnologías como la robótica, las máquinas de control numérico, el control computarizado de stocks y la transcripción automática han estado sustituyendo tareas rutinarias y desplazando a los trabajadores que las realizaban. Mientras, otras tecnologías, como la visualización y análisis de datos, las comunicaciones de alta velocidad y la realización rápida de prototipos han aumentado las contribuciones del razonamiento más abstracto e, impulsado por el análisis de datos, aumentando el valor de estos puestos de trabajo”.

Adam Saunders, ya citado al inicio, hace una clasificación entre tres niveles de cualificación y los efectos que la tecnología tiene en ellos:

Empleos con un nivel de cualificación bajo: la demanda por este tipo de empleos en algunos casos cae drásticamente o desaparece debido a las tecnologías o, en otros casos, permite que ciertas tareas sean más soportables. No obstante ello sigue existiendo demanda de ocupaciones que requieren baja calificación ya que aunque ciertas tareas pueden automatizarse los robots son incapaces de asumir todas las tareas.

Empleos con un nivel de cualificación medio: Estos empleos (oficinistas y operarios) es fácil que sean codificables, como resultado de ello desaparecen. Algunas formas de automatización fuerzan a la gente a llegar tareas aburridas, “descualificando” el trabajo.

Empleos con un nivel de cualificación alto: Se encuentran protegidos en gran medida porque requieren una mayor formación y unas habilidades cognitivas elevadas (análisis, resolución de problemas y toma de decisiones).

De acuerdo a Saunders hemos acabado con una fuerza laboral polarizada. El crecimiento del empleo se ha concentrado cada vez más en los lados opuestos del espectro de capacitación, mientras que los trabajos con un nivel de cualificación medio están reduciéndose.

Hace un tiempo atrás escribí un post, a propósito de los trabajos de Thomas Stewart respecto del capital intelectual y la matriz que crea en relación a facilidad de reemplazo y agregación de valor y como los trabajadores de alto valor agregado y baja reemplazabilidad son los que más importantes se vuelven en esta nueva economía. Posiblemente muchos de esos trabajadores son aquellos que trabajan en ámbitos de gran calificación, difíciles de reemplazar por máquinas ya que tienen un conocimiento especializado o si no lo tienen saben dónde encontrarlo, como jerarquizarlo y, sobre todo, como utilizarlo para crear riqueza.

No sé con exactitud si en nuestro país está ocurriendo lo mismo con el desarrollo tecnológico ya que debemos ir con algún rezago respecto de otros países como Estados Unidos o Europa, sin embargo, de algún modo vamos en la misma línea de tendencia. Yo observo como muchos trabajos se automatizan, se externalizan y aumenta la demanda por trabajo calificado, no por títulos profesionales como algunos malentienden sino que por conocimiento valioso.

Me sorprende mucho cuando en los colegios o en las universidades se restringe el uso de herramientas electrónicas como celulares, tablets u otras. Si queremos que nuestros niños sean hábiles con la tecnología tenemos que no sólo permitirlo sino que además estimularlo inteligentemente para que sean usuarios creativos. Creo que esto es imparable como debe haber sido en su época los libros impresos, la electricidad o el automóvil como lo conocemos, por ello, si es un desarrollo inevitable mejor prepararse en la medida de lo posible y adaptarse continuamente.

En Chile ha tenido lugar un aumento enorme de la matrícula universitaria que ha hecho que muchos estudiantes cursen carreras profesionales con la esperanza que ello va a significar mejorar sus ingresos y calidad de vida, lo que definitivamente en muchos casos no ha sido verdad. Más allá que muchas veces estos títulos no tienen valor por la baja calidad de las instituciones que las ofrecen me pregunto cuanto también hay de estarse “mal preparando” eligiendo carreras para mundos que quedan atrás por el desarrollo tecnológico.

Por ello creo que es necesario revisar los enfoques con que se trabaja en educación, para mirar más el mundo que viene, no el que ya fue y apostar con inteligencia y creatividad por ese mundo.

Ayer conversaba con una persona acerca de coaching. Tengo la idea que el coaching ha ido adquiriendo cada vez más popularidad porque más allá de sus contenidos y técnicas es una práctica enfocada en facilitar el cambio en todo orden, a nivel individual, de equipos u organizaciones. Ahora mismo trabajo con una persona en la cincuentena que se queja y sufre por los cambios, dice que no entiende a la gente joven, que no sabe para dónde van las organizaciones. ¿No sería mejor ver las posibilidades de aprendizaje que todo esto significa más que quejarse por un mundo que ya no existe?, tengo la esperanza de acompañarlo en el aprendizaje que tiene que hacer.

No sé si la tecnología nos va a llevar a un mundo mejor o peor, no soy un tecno optimista ni tampoco un ludita que reniega del cambio tecnológico. Están ahí, las usamos, las incorporamos y como cualquier herramienta les podemos dar un uso mejor o peor. Lo importante es incorporarlas en los análisis organizacionales, mirar sus efectos y aprender a utilizarlas de manera continua.