Conocí a Julio hace algunos años
en Lima, en una valiosa formación de The Art Of Hosting y desde ahí lo sigo en
redes. Ahora nos sorprende con este profundo trabajo sobre Escuchar, el que
resume muchas de sus ideas sobre psicología, coaching, constelaciones
sistémicas y enfoque apreciativo.
Comienza citando a Gregory
Bateson, quien propone que “cuando una diferencia hace una diferencia (cuando
es percibida) se vuelve información y cuando esta información se utiliza
conscientemente se vuelve conocimiento”. Y ese conocimiento de uno y su entorno
compartido, celebrado en espacios cotidianos, es el que tiene el potencial de
transformar la vida. Luego, ¿cómo creamos condiciones para que eso suceda? La
propuesta que desarrolla in extenso Julio en el libro: cambiando nuestra forma de escuchar.
Inicia entonces invitándonos a
mirar nuestras conversaciones, cómo ellas tienen el poder de conectarnos con
otras personas de maneras inspiradoras y transformadoras. Para ello es
necesario hacernos conscientes sobre cómo nos ubicamos en dichas conversaciones,
especialmente a partir del rol de anfitrión.
¿Un buen anfitrión de conversaciones?
El anfitrión es el primero y es el último al mismo tiempo. Con esto se refiere
al doble rol que juega el anfitrión siendo quien crea las condiciones para que
la conversación fluya y dejando que el otro, él o la invitada a la conversación,
sea la estrella.
Me gusta mucho esta propuesta de
anfitrionar y conecto con lo mucho que a veces nos cuesta ya que o no creamos
las condiciones para que la conversación fluya o no sabemos ocupar bien el espacio,
ocupando un protagonismo que no nos pertenece, sino que le pertenece a los invitados.
Una idea que propone a partir de
estas reflexiones es que al anfitrionar estamos “creando a la persona que
tenemos al frente”, de acuerdo a la actitud que tomamos y a las preguntas que se
le formulan a los invitados.
Para explicar este concepto propone
una matriz, que llama los cuatro campos de conversación, señalando que las
conversaciones pueden ser bienvenidas y sostenidas desde cuatro espacios
diferentes, generados por dos ejes que son un continuo de energía y motivación
(de qué nos hace felices hablar) y un continuo temporal del pasado al futuro
(en qué tiempo nos posicionamos para para conversar).
Estos campos serán (1) el
escenario deseado, (2) los recursos de la historia, (3) los problemas y su
justificación y (4) el escenario de desastre. Los campos se ven en el siguiente
esquema extraído del libro de Julio:
A partir de la observación de los cuadrantes Julio se pregunta, la persona ¿habla desde lo que desea o desde lo que teme?, ¿habla desde sus fortalezas o desde sus justificaciones? Su propuesta es que cada conversación será posible a partir de las preguntas que le hacemos a nuestro interlocutor y así creamos a la persona con la que conversamos.
¡Qué bonito! como creamos, por lo
menos mientras dura la conversación con nosotros, a alguien que (1) imagina y
sueña mirando la vida con optimismo o (2) alguien que recupera y atesora su
experiencia o (3) a alguien que discute o culpa y que vive enredado
justificando su historia o (4) a alguien que tema y se paraliza viendo la vida
con pesimismo e impotencia.
A mi me lleva a pensar en muchas conversaciones
de coaching que he tenido donde he terminado perdido en la conversación, siendo
un mal anfitrión diría Julio, yendo hacia el cuadrante 4 y conversar del escenario
del desastre o yendo hacia el cuadrante 3 y justificando los problemas. Claro,
que también he tenido grandes conversaciones, llevándolas desde el cuadrante 1
o 2 y, por supuesto que conversaciones más significativas.
Por eso, puede ser muy útil y significativo
mirar el mapa de los cuatro campos y elegir como escucharnos y como cambiar las
conversaciones con uno mismo y con otros para, como dice el título del libro “percibir
las diferencias y transformar nuestra vida” con nuevos resultados.
El resto del libro se enfoca en
Claridad, Humildad, Apreciar, Recursos, Lenguaje y Acción, proponiendo para
cada uno de estos ámbitos reflexiones, distinciones, ejercicios y prácticas
para trabajar con uno mismo y con nuestros clientes de terapia, coaching o
constelaciones sistémicas. No las comentaré acá pero cada capítulo es un
arsenal de recursos para quienes trabajamos en el ámbito del coaching.
Gracias Julio por tan bonito
trabajo, por conectarnos con el poder de las conversaciones y por transmitir tanto
amor por esta profesión.