Sigo leyendo mujeres que escriben
de temas de gestión y liderazgo. Ahora me tocó el turno de leer a Angela
Duckworth y su libro “Grit, el poder de la pasión y la perseverancia”. Un libro
rápido de leer y con una idea fuerza de mucha importancia, sobre todo para
quienes trabajamos en el ámbito de gestión de personas (y también para quienes
criamos hijos o somos profesores).
La autora discute sobre la
psicología del éxito. ¿Qué es lo que lleva a que algunas personas logren éxito
en sus proyectos, en sus carreras, en el deporte y en muchos ámbitos más? Y al
revés ¿qué hace que muchas personas se rindan y dejen “la carrera a la mitad”?
La respuesta habitual a esta pregunta es “el talento” o la falta del mismo.
¿Por qué solemos usar el talento
o su falta para explicar el éxito y el fracaso?
La consultora Mc Kinsey
popularizó este término hace algunos años cuando habló de la “Guerra
por el talento”, transmitiendo la idea que las empresas triunfan o
fracasan en la economía moderna dependiendo de su capacidad para atraer y
retener a jugadores de primera clase. Esta idea ha sido muy cuestionada pero
mantiene cierta popularidad. De hecho hay un artículo muy interesante de Malcom
Gladwell donde cuestiona con buenos argumentos el tema del
talento.
Qué es el talento según Mc
Kinsey: “es la suma de las aptitudes de una persona, sus dotes intrínsecas, habilidades, conocimientos, experiencias,
inteligencia, juicios de valor, actitudes, carácter e ímpetu. También incluye
su capacidad para aprender y crecer”. Lo que más destaca la definición son las
“dotes intrínsecas”.
Como muchas veces no se ve el esfuerzo,
la dedicación, el entrenamiento, la pasión, las horas de práctica que alguien
dedica a un determinado logro se recurre a la explicación del talento o a su
falta, pero esto es muy engañoso. De hecho, Angela cita a Nietsche, quien dice
“cuando todo es perfecto no nos preguntamos como ha llegado a ocurrir. Nos
alegramos del hecho presente como si hubiera surgido por arte de magia”.
Yo creo que efectivamente existen
personas que tienen más talento innato para algo que otras, a partir de su
inteligencia, sus destrezas físicas o cualquier otra cualidad. Pero, el talento
no basta, se requieren otros elementos. De hecho, puede darse el caso de gente
“muy talentosa” que al no practicar, ni esforzarse, nunca nutre sus habilidades
innatas y termina siendo “del montón”.
En mi opinión este tema del
talento tiene una derivada importante hacia el ámbito de gestión de personas
donde se habla continuamente de “gestión del talento”, de atraer talento, de
retenerlo y otras expresiones parecidas, como si, metafóricamente, bastara con
tener buenos jugadores para ganar un partido, sin pensar en la estrategia, en
el entrenamiento, en la colaboración, en los incentivos y, sobre todo, en el
sentido de propósito y esfuerzo que, siguiendo la metáfora, los jugadores
necesitan desarrollar. Creo que mirado desde esa óptica, muchas veces la
gestión de personas está muy perdida en sus énfasis. Necesitamos talento pero
este por sí mismo no basta.
Angela cuestiona la explicación
tradicional del talento para el éxito y
se inclina por el GRIT, una mezcla entre pasión y perseverancia. Sus ideas
pueden resumirse así: “con independencia del ámbito que fuera los grandes triunfadores
tenían una feroz determinación que actuaba de dos formas. En primer lugar exhibían una fortaleza y tenacidad fuera de
lo común. Y, en segundo lugar, sabían a un nivel muy profundo lo que querían en
la vida. No solo tenían determinación, sino que además sabían dónde querían
llegar”.
Creo que la autora busca agrupar
estas características inventando un nombre atractivo, una suerte de acción de
marketing. En general ello es más propio de otras áreas que de la psicología,
pero le concedo el punto que inventa un nombre que pega.
El grit tiene dos componentes: la
pasión y la perseverancia.
Respecto de la pasión: Tiene que ver con seguir los
objetivos con el paso del tiempo, no se refiere a un entusiasmo pasajero sino
que “al aguante”. Tampoco se refiere a cualquier meta de baja jerarquía, sino
que a las metas importantes, aquellas que configuran un “interés principal”.
Dice la autora “cuando hablo de la pasión no solo me refiere a que haya algo
que te importa, sino que además te entregas a ese mismo objetivo principal con
fidelidad y constancia. No es un capricho…….la mayoría de tus acciones importan
porque tienen que ver con tu interés principal, tu filosofía de vida”
En relación a la perseverancia: Se refiere a la
tendencia a no abandonar las tareas ante los obstáculos, a la fuerza de
voluntad, la silenciosa determinación de mantener un curso de acción una vez
tomada la decisión. La perseverancia no excluye el abandono de metas de nivel
inferior, lo que es muy necesario a veces, sino que el no abandono del interés
principal
Ya citaba hace un tiempo atrás a
Ken Robinson, quien hablaba en “El
Elemento” la importancia de descubrir la pasión, aquello que nos
mueve. Creo que la pasión se conecta tanto con el sentido del propósito, de
cómo cada uno de nosotros contribuye al bienestar de la humanidad de maneras
características. Creo que una pasión no tiene porque ser vociferante ni
escandalosa, basta con que se refleje en la acción. También me pasa que veo
tantas personas que trabajan con poca pasión, por rutina, por dinero o por meramente
cumplir obligaciones.
¿El grit se desarrolla?, claro
que si, dependerá como todo, de la genética y de la experiencia. Y, su
desarrollo sigue una secuencia de 4 pasos: interés, práctica, propósito y
esperanza.
Interés: Es lo que primero surge. La pasión aparece al disfrutar
lo que haces. Claro, hay aspectos del trabajo que gustan más y otros que gustan
menos, pero por lo general cuando aparece el interés el trabajo cautiva y
parece importante.
Práctica: Tras haber descubierto un área en particular y sentir
interés por ella, la persona se dedica a practicar las habilidades para llegar
a dominarlas, cueste lo que cueste. La persona se esfuerza por superar los
puntos débiles y práctica, práctica, una y otra vez, muchas horas diarias,
semanales, mensuales.
Propósito: La pasión aumenta al estar convencido que el trabajo es
importante. Es difícil conservar un interés carente de propósito por largo
plazo. Por eso que es necesario que el trabajo sea interesante pero al mismo
tiempo se ligue al bienestar de los demás. A veces la sensación de propósito
surge enseguida, en cambio para otros surge a medida que se adquiere el interés
y se fortalece la práctica.
Esperanza: A juicio de la autora, la esperanza es estar a la
altura de la perseverancia. Con ello quiere decir que “es importante aprender a
seguir adelante incluso cuando las cosas se ponen difíciles, aunque tengamos
dudas”, “en distintos momentos, de forma importante o pequeña, la vida nos
derribará de un bandazo” por lo que es crucial volver a ponerse de pie.
Decía al principio que el libro
es relevante para quienes trabajamos en gestión de personas, pero también para
quienes criamos niños y se me ocurre que para quienes trabajamos como
profesores. Conectar a nuestros colaboradores, hijos o alumnos con su pasión,
con aquello que los mueves, fortalecer su perseverancia, de persistir en
aquello valioso más allá del cansancio, de las horas dedicadas o de
motivaciones simples como el mero cumplimiento o la obtención de incentivos, sino
que con propósitos trascedentes y prosociales.
Encontré una charla tedex donde
Angela expone sus ideas. Se puede ver en: https://www.ted.com/talks/angela_lee_duckworth_grit_the_power_of_passion_and_perseverance?language=es