Hace ya varios años que
realizamos un curso –taller de introducción al coaching ontológico en La Serena
con Marco Ortiz. Comenzamos tímidamente el año 2013 y poco a poco hemos ido
tomando cada vez más entusiasmo, al ver como los participantes y nosotros
mismos disfrutamos este curso.
Originalmente planeábamos que
sólo fuera un curso presentando las distinciones de manera conceptual,
entregándoles a los participantes una lectura y una guía con preguntas para la
reflexión. A medida que han ido avanzando las versiones hemos ido haciendo
variaciones y nos hemos ido atreviendo cada vez más a hacer preguntas, a
desafiar juicios y, en algunos casos, a hacerle coaching a nuestros alumnos.
Creo que a esto ha contribuido nuestra mayor experiencia haciendo coaching y el
aprendizaje que hicimos en el curso de coaching ejecutivo que realizamos en
Buenos Aires.
La experiencia ha sido muy buena
y el feedback que recibimos de nuestros alumnos es altamente positivo. Por eso
nos preguntamos a cada rato, ¿sirve el coaching?, ¿qué pasa que a la gente le
sirve tanto?, ¿cómo es que el coaching impacta en las personas? Y recuerdo una
conversación que tuvimos en Buenos Aires con uno de los profesores con los que
estudiamos, quien decía que todos los coaching sirven ya que a la gente le dan
un mayor sentido de libertad, disolviendo quiebres, para hablar en lenguaje
ontológico.
Creo que estas transformaciones
no son privativas del coaching y ocurren en otras prácticas como la
psicoterapia, el desarrollo espiritual o la simple amistad. Lo que me pregunto es que hace el coaching
que genera transformaciones tan bonitas en las personas. Debo aclarar que no
creo que esto ocurra siempre y, por propia experiencia, hay personas que
participan de grupos de aprendizaje de coaching o de procesos de coaching y no
les ocurre lo mismo, eso será tema de otro post.
Volviendo a la pregunta que
hacía, que hace el coaching que genera transformaciones. Y creo que tiene que
ver con algunos elementos que señalo a continuación.
En un grupo de aprendizaje de coaching
se genera un espacio, una burbuja, en que la gente se permite ser más
congruente entre lo que dice y lo que le pasa, hablar más de sí mismo desde la
honestidad sin cuidar tanto la apariencia o la cara. He visto como la gente se
permita ser vulnerable, hablar de lo que no le gusta, de lo que le duele, de
donde lo pasa mal, de sus dolores y también de sus sueños, sus proyectos, sus
deseos, lo que le gustaría. Este contexto no es habitual, sobre todo en el
espacio del trabajo, por lo que las personas valoran este espacio.
Lo otro que observo es que
aparece un mayor nivel de liviandad, frescura, alegría, las personas se dan
cuenta que sus historias solo son eso, historias y que los “juicios” que han tenido
por tantos años solo juicios, interpretaciones posibles. Me parece que esta
distinción de juicios y verdad es crucial, ya que al entenderlas como sinónimos
se genera mucha rigidez y falta de horizonte. Esto no significa que las
personas caigan en una relativización de todo, sino que se apropian de algunas
perspectivas y otras las dejan de lado, o al menos las cuestionan si son
efectivamente suyas o se las apropiaron en
algún momento sin darse cuenta.
En tercer lugar, creo que el
coaching, al menos lo que yo veo en muchos de mis coachees y los participantes
de nuestros cursos es que salen del estado de ánimo de la resignación,
comienzan a ver posibilidades donde antes veían imposibilidades, empiezan a
sentirse más protagonistas y menos víctimas, se atreven a decir cosas que antes
no decían a personas con las que tenían un diálogo restringido o limitado. Creo
que por eso, con distinto nivel de éxito, muchos se atreven a separarse o a
comenzar nuevas relaciones, a buscar ser más felices en su trabajo, a realizar
proyectos de emprendimiento, a buscar nuevos horizontes, a pedirle perdón a
alguien, a darle las gracias a otra persona, a reconciliarse con quien tuvieron
alguna dificultad, etc.
Finalmente, lo que más me gusta
es el agradecimiento, como la gente agradece participar de un grupo de aprendizaje
de coaching, un agradecimiento que no va dirigido a nosotros en particular,
sino que a la vida, a quien le contó del programa, a quienes inventaron este
modelo. Algunos dicen a veces algo así como que ha sido un regalo y no me cabe
duda que así es, por lo menos para mí lo ha sido y me ha permitido sentir lo
que relato en los párrafos anteriores.
Invito a ver los siguientes links
en este mismo blog donde he hablado del tema en otras ocasiones.
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