Mostrando entradas con la etiqueta presencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta presencia. Mostrar todas las entradas

miércoles, 5 de mayo de 2021

Inteligencia Social. Karl Albrecht

 


Howard Gardner propuso hace ya varios años el concepto de inteligencias múltiples, entendiendo que existen varias inteligencias, en distintas proporciones en diferentes personas, criticando con esto la acepción dominante que la asociaba al CI o a cierta inteligencia lógica, analítica y abstracta. Gardner teorizó la existencia de inteligencia abstracta, social, práctica, emocional, estética y kinestésica.

Con posterioridad Daniel Goleman publicó su libro “Inteligencia emocional” donde identificó cinco competencias: autoconsciencia, autorregulación, motivación, empatía y relaciones, aludiendo a que la inteligencia emocional tenía que ver con la capacidad de gestionar las emociones.

Basado en estos autores, en particular el concepto de inteligencias múltiples (inteligencia social) y la inteligencia emocional (competencia de relaciones) Albrecht propone el concepto de inteligencia social, el que entiende como “la capacidad para llevarse bien con los demás y conseguir que cooperen con nosotros”.

Las personas que tienen una elevada inteligencia social resultan magnéticas para los demás. En cambio la gente que tiene poca inteligencia social resulta “antimagnética”. La inteligencia social tiene extremos tóxicos y extremos nutritivos. El extremo tóxico se refiere a que una persona puede tener comportamientos que provocan que los demás se sientan devaluados, inadecuados, intimidados, furiosos, frustrados o culpables. En cambio, los comportamientos nutritivos hacen que los demás se sientan valorados, capaces, queridos, respetados y apreciados.

A mí me ha parecido genial la teorización que hace Gardner sobre las inteligencias múltiples y como se hace cargo con este concepto de las enormes diferencias que existen entre los seres humanos en cuanto a habilidades o destrezas. Claro, el sistema escolar ha tenido una predilección por algunas inteligencias, dejando otras muy de lado y, en este sentido, las ideas de Gardner reivindican las inteligencias que no han sido muy consideradas por el sistema escolar. Al respecto un trabajo muy interesante es el de Ken Robinson en su magnífico libro El elemento.

Por su parte Goleman, quien también cita a Gardner en su trabajo sobre inteligencia emocional rescata la importancia del mundo emocional y constata algo que es bastante obvio cuando dice algo así como “cuando lo inteligente es tonto” referido a personas que obtienen altos puntajes en pruebas de CI pero que les va mal en la vida precisamente por la falta de competencias en el dominio emocional.

Albrecht sigue la línea de los autores citados y profundiza en un componente entonces de las inteligencias múltiples o de la inteligencia emocional que es el aspecto social de la inteligencia. Y, tiene mucha razón también creo al destacar este ámbito, ya que saber leer la situación, contar con presencia, ser auténticos, comportarnos con claridad y mostrar empatía son básicos para relacionarnos con los demás, cooperar con otros, cuidar las relaciones y obtener propósitos de todo tipo.

Albrecht  inventa un acrónimo para referirse a las cinco competencias de la inteligencia social: SPACE, así resulta fácil recordarlas. Estas dimensiones de la inteligencia social son:

1 Conciencia situacional. Se trata de la capacidad para leer situaciones e interpretar los comportamientos de la gente en esas situaciones, en términos de posibles intenciones, estados de ánimo y proclividad a interactuar.

2 Presencia. Se trata del “porte”, incorporando un abanico de patrones verbales y no verbales, la propia apariencia, la postura, la calidad de voz, etc. Se trata de un repertorio de señales que los demás procesan en una impresión evaluativa de una persona.

3. Autenticidad. Relacionado con las señales que damos, que permiten que los demás nos juzguen como honestos, abiertos, éticos, fiables, bienintencionados o “inauténticos”.

4. Claridad. Se trata de la capacidad para expresarnos, ilustrar ideas, transmitir datos con claridad y precisión y articular nuestros puntos de vista y cursos propuestos de acción. Esta dimensión facilita mucho que los demás cooperen con nosotros.

5. Empatía. Se trata según el autor de generar un estado de conexión con otras personas, lo que genera la base para la interacción positiva y la cooperación.

Creo que cada una de las dimensiones propuestas en el concepto ya es relevante por si sola. Por ejemplo, la conciencia situacional resulta crítica para poder leer que está ocurriendo en un grupo, leer que significan las distancias entre las personas, qué significan las conductas, el lenguaje. De hecho Albrecht habla de saber leer el contexto proxémico, conductual y semántico.

Por otro lado la claridad también resulta de la mayor importancia en la interacción social, ser capaces de expresarse de manera simple, comprensible, acorde al contexto es fundamental. El autor propone una distinción de “disfunciones semánticas” que recuerdan a la PNL, la que se puede observar en la siguiente tabla.

Disfunción semántica

Definición

Antídoto

Opinionitis

Juicios de valor agresivos.

Ej: “Eso es un engaño…..”

Autorreferencia, “apropiarse de los propios juicios”, “mensajes yo”

Ej: “No creo que sea buena idea”

Todología

Lenguaje del todo, exceso de generalización.

Ej: “Todos los niños de hoy son irrespetuosos”

Limitadores y calificativos (“hasta cierto punto”, “a mí me parece”.

Ej: “Algunos niños de hoy son poco respetuosos, en mi opinión”

Ología

Lenguaje del o…..o…..

Ej: “O estás con nosotros o contra nosotros”

Lenguaje en la escala de grises, espectro de posibilidades.

Ej: “Puede que estemos de acuerdo en algunas cosas y no en otras”.

Debelogía

Consejos o directrices no deseados.

Ej: “Deberías dejar ese trabajo”

Ofrecer opciones y posibilidades.

Ej: “ A lo mejor te conviene considerar otras opciones”

Dogmatismo

Intolerancia con las opiniones ajenas.

Ej: “Solo hay una manera de hacerlo”

Limitadores y calificativos, apropiarse de las conclusiones.

Ej: “En mi opinión, hay una buena manera de hacerlo”

Etiquetado

Categorizar con términos que incluyen un juicio de valor.

Ej: “Eso es pura tontera”

Especificar o “desgeneralizar”.

Ej: “No entiendo bien, podrías explicarme con más detalles.

Sarcasmo

Crítica caustica.

Ej: “No harías preguntas tontas si hubieras leído el informe”

Lenguaje neutral.

Ej: “A lo mejor podemos repasar las conclusiones del informe”

 

Cuántos problemas en las relaciones humanas se podrían obviar si fuésemos más claros para expresarnos, sobre todo si nos apropiáramos de lo que decimos en vez de pasarlo como algo independiente de nosotros, de cómo son las cosas en verdad. Una gran contribución a la armonía sería sincerar nuestras opiniones, anteponiendo “en mi opinión” a lo que decimos y señalando “en mi opinión, esta es una buena idea, “en mi opinión esto le hace mal al país”, “en mi opinión este es un buen proyecto”

En mi opinión, vivimos un momento difícil para el mundo y para nuestro país también, estamos en una pandemia planetaria, la situación económica es complicada para muchas personas, hay familias tristes por las pérdidas de seres queridos. Además, siempre en mi opinión, en nuestro país se ha instalado el dogmatismo y mucha intolerancia, de pensamiento binario, los buenos y los malos, con una lamentable pérdida de valor de lograr acuerdos, negociar, buscar el bien común. Creo que definitivamente necesitamos muchas más inteligencia social.


lunes, 6 de agosto de 2018

Otto Scharmer. Teoría U. Liderar el futuro a medida que emerge



Libro difícil de procesar ya que contiene muchas ideas complejas que requieren reflexión y decantamiento, lo que además se me ha hecho difícil ya que escapan a los enfoques que leo habitualmente, menos cercanos a perspectivas que podría llamar, con ingenuidad, transpersonales.

Comienza señalando su opinión que el mundo ha cambiado mucho en los últimos años y nos encontramos en un umbral, un umbral personal, relacional, institucional, global. La idea de umbral es interesante pues como señala el autor, implica por un lado un precipicio, un lado de nuestro yo que se asoma al abismo y otro lado, el emergente, que se conecta con un futuro que quiere emerger. Somos ambos yos al mismo tiempo, uno aterrado con los ojos puestos en el abismo y el que ya opera desde el campo del futuro, “porque el futuro ya está aquí”.

A juicio del autor, entre finales de los 90 y la actualidad está ocurriendo un despertar global, un movimiento de las personas, las relaciones y la conciencia. Según Scharmer estos cambios tienen que ver con cinco observaciones que, a su juicio representan cinco dimensiones de un cambio más penetrante que está transformando el mundo. Dichas observaciones son: auge del mindfulness y la espiritualidad, aumento de la disrupción, aumento de la ausenciación, inversión institucional y activación de los campos sociales globales.

Algunos de estos conceptos me parecen conocidos como el tema del mindfulness, el que para mí hasta ahora se parece más a una suerte de moda, incluso comercial, que a una autentica búsqueda espiritual, casi como una técnica de relajación en el mundo laboral caótico en que se desenvuelven muchas personas. Parece que no es así y Scharmer lo ve como un proceso de estar más atento a las experiencias y a la vez prestar atención a la propia atención. Describe esta práctica como central en varios ámbitos profesionales: ciencia cognitiva, salud, educación y liderazgo.

Los otros conceptos me parecen mucho más desconocidos y la vuelta para entenderlos es más larga por lo que desde ya recomiendo leer el libro para poder profundizar en ellos.

Vivimos en una época de crisis

Para Scharmer vivimos una época de crisis. Cita a Havel quien dice “creo que existen buenas razones para sugerir que la era moderna ha terminado”. A su juicio, esta crisis se manifiesta en forma de tres grandes divisiones: la división ecológica (desconexión entre el yo y la naturaleza), división social (desconexión entre el yo y el otro) y división espiritual (desconexión entre yo y el yo).

“La crisis revela que están muriendo la estructura social antigua subyacente y una manera de pensar, la forma antigua de institucionalizar y de representar unas formas sociales colectivas”. En todas partes creamos colectivamente resultados que nadie quiere y, además, los responsables de tomar decisiones clave no se sienten capaces de cambiar el curso de los acontecimientos de manera significativa. Según Scharmer las estructuras que se desmoronan están construidas sobre las fuentes tradicionales pre modernas e industriales modernas. Ambas han sido exitosas en el pasado pero en la época actual se desintegran. Hace un tiempo atrás cité en este mismo blog los trabajos de Laloux quien describía algo similar y proponía como hacerle frente a estos cambios desde las organizaciones.

¿Cómo se puede hacer frente a estos cambios?. Según el autor lo que está emergiendo es una nueva forma de presencia y de poder que empieza a crecer espontáneamente desde pequeños grupos y redes de personas y a través de ellos. Es una “calidad de consciencia y conexión distinta, una manera diferente de estar presente con los demás y con aquello que quiere surgir”. Se manifiesta a través de un cambio en la calidad del pensamiento, en las conversaciones y la acción colectiva.

Según Scharmer frente a la crisis se pueden escuchar tres posturas:

1 Activistas de volver al pasado. Esta es la idea de los movimientos de estilo fundamentalista que a veces incluso se asocia al resurgimiento de formas antiguas de religión.

2. Defensores del statu quo. Sigamos haciendo lo mismo, así salimos del paso. Esta es la idea de base del materialismo científico contemporáneo.

3. Promotores del cambio transformacional individual y colectivo. Buscan una manera de sintonizar con nuestra mejor posibilidad futura y empezar a funcionar desde ese lugar. Esta es, obviamente, la posición del autor del libro, quien cree que este cambio ya está en marcha. El libro describe una tecnología social de cambio transformacional que permita a los líderes responder a los retos existentes.

Estoy de acuerdo que el mundo ha cambiado dramáticamente en los últimos años y que hoy vivimos en un mundo completamente distinto del mundo de hace 20, 50, 100 o 1000 años atrás. Creo que en muchos aspectos este cambio es disruptivo con respecto al pasado pero no estoy tan seguro que ello no haya sido así antes mucha veces y como seres humanos nos hemos ido adaptando, a veces más fácil a veces más difícil.

También estoy de acuerdo en que la opción de muchos de volver al pasado y “restaurar” prácticas o creencias antiguas no sólo no tiene valor sino que es inaplicable ya que a todos nos resulta difícil renunciar a las conquistas logradas con la evolución económica, tecnológica, educativa o social. Un ejemplo de ello es lo que ocurre hoy con los cambios en los roles de género. Estoy seguro que las mujeres no quisieran volver atrás a una época dominada por los hombres, con pocos derechos y roles centrados en el hogar y la familia. Eso no tiene vuelta atrás. No creo que la historia sea lineal, cualquier futuro es posible, pero una vez que se logran ciertos estándares es difícil volver atrás.

No tengo tan claro que la transformación que va a venir vaya a tener tantos tintes espirituales o de consciencia como los que Scharmer anuncia. Es posible, pero no tengo certeza que así pueda ser, de hecho es muy posible que sea cualquier cosa, desde paraísos más utópicos hasta desastres o extinción masiva.

El punto ciego

A juicio del autor, trabajando con muchas personas, ha descubierto que existe un punto ciego, el lugar en el que se origina nuestra atención y nuestra intención. “el lugar desde el que funcionamos cuando hacemos algo” y es ciego, porque se trata de una dimensión invisible de nuestro campo social habitual. No vemos desde donde vemos. El punto ciego tiene que ver con que no podemos ver la fuente desde la que actuamos.

La reflexión del punto ciego se aplica a las ciencias cognitivas (Varela), a las instituciones, a la sociedad, al aprendizaje y al liderazgo. Dice Scharmer, “creo que el principal problema de nuestro tiempo tiene que ver con que nos damos de bruces con nuestro punto ciego en todos los niveles del sistema. En todos estos sistemas nos enfrentamos al mismo problema: no podemos lograr los retos que tenemos a mano si no somos conscientes de nuestro punto ciego y cambiamos el lugar interno desde el que actuamos”.

A partir de esta idea se propone el diseño del libro, el que pretende: (1) aportar una clave, una gramática del campo social que desbloquee el punto ciego (esta viene siendo la teoría U), (2)revelar cuatro metaprocesos fundamentales que subyacen tras los procesos colectivos de creación de realidad social momento a momento,  que son: pensamiento, conversión, estucturación y conexión y (3) describir una tecnología social (veiticuatro principios y prácticas) de la libertad que ponga en práctica  este enfoque mediante una serie de principios y prácticas de presenciación, los que se pueden presentar como cinco movimientos que siguen el trazo de la U.


Los movimientos son:


1 Coiniciación: Escuchar a los demás y lo que la vida nos llama a hacer.

2 Copercepción: Ir a los lugares de mayor potencial y escuchar con nuestra mente y nuestro corazón bien abiertos.

3 Copresenciación: retiro y reflexión, permitir que emerja el conocimiento interior.

4. Cocreación: crear el prototipo de un microcosmos de lo nuevo para explorar el futuro haciendo.

5. Coevolución: desarrollar ecosistemas de innovación iendo y actuando desde el todo emergente.

Como toda nueva mirada respecto de cualquier cosa acostumbrarse al lenguaje y sus nuevos significados es un aprendizaje, por eso muchos de los términos que usa el autor o son derechamente nuevos o tienen significados que aprender para quien no está familiarizado con ellos.

No creo que el futuro esté escrito en ningún lado y que por lo tanto tengamos que “conectarnos” de alguna manera con él. El futuro es algo que construimos día a día de manera individual y de manera colectiva, como familias, empresas, ciudades, países o el mundo, a otro nivel.

Si estoy de acuerdo, como lo decía Einstein en que “Los problemas no se pueden solucionar en el mismo nivel de conciencia en el que fueron creados”, por lo que muchos de los problemas actuales tienen que ver con mirar el punto ciego, los paradigmas, los modelos mentales desde los que fueron creados y luego mirar otro paradigma o modelo o fuente que permita re observarlos y hacerse cargo de ello. No sé si ello implica mirar con más “consciencia” o más “presencia” como diría Scharmer, pero si entiendo que tienen que ver con mirar desde otro lado, lado que no conocemos cuando miramos desde el mismo lado de siempre. Ello nos asusta, nos sorprende, nos produce curiosidad u otras emociones, sobre todo cuando precisamente no hemos estado allí.

Muy inspirador, libro para leerlo de nuevo varias veces y seguir aprendiendo y reflexionando sobre como la gestión se puede mirar desde tantos lados distintos.