Vengo llegando de Lima donde estuve
participando la semana pasada del encuentro The Art of Hosting. Les había
escuchado a varias personas acerca de este proyecto y lo significativo que les
había resultado participar, así que me animé a ir y fue una muy buena
experiencia.
Me preguntaban en mi casa a qué había
ido y cuesta explicar que no es exactamente un curso ni un entrenamiento, aun
cuando tiene algo de ello, sino que más bien un encuentro de una “comunidad de
práctica”, con conversaciones, entrenamiento técnico y el interés en contagiar
un ánimo colaborativo, donde existen algunos facilitadores avanzados y muchos
principiantes interesados en aprender.
Partiendo de la idea que las
personas, las organizaciones de todo tipo y la humanidad enfrentan desafíos
cada vez más complejos que requieren nuevas formas de hacerse cargo y teniendo
claro que las maneras tradicionales de enfrentarlos son insuficientes se
exploran maneras emergentes de mirar dichos desafíos.
Mediante charlas temáticas,
ejercicios de aprendizaje, círculos de conversación se sensibiliza acerca de
estos desafíos y se aprenden técnicas para facilitar dialogo entre seres
humanos.
Algunas ideas relevantes que quisiera
destacar:
1 Liderazgo participativo: Peter
Senge planteaba en alguno de sus libros la idea del líder heroico, aquel
superhombre capaz de hacerse cargo y tener respuestas a los problemas. Si eso
alguna vez fue así, ya no es posible en los tiempos que vivimos, por lo que se
necesitan otros modelos de liderazgo más distribuido y cooperativo. “Basándose
en la creencia de que las personas otorgan su energía y prestan sus recursos a
las cosas que más les importa – tanto en el trabajo como en la vida – el arte
del liderazgo participativo conjuga una serie de procesos conversacionales para
invitar a las personas a adentrarse y tomar las riendas de los retos que
enfrentan”.
2 El poder de las conversaciones: ¿Qué
hacemos los seres humanos cuando enfrentamos un desafío?, nos sentamos a conversar. Esto
que parece tan intuitivo y tan profundamente humano es una de las bases
fundamentales del modelo. Hablar con intención, escuchar con atención y ser
conscientes del efecto que provocan nuestras palabras son principios esenciales
a la hora de conversar que se practican de manera activa en The Art of hosting.
Hace un tiempo atrás hablaba del café
y las buenas conversaciones, me sorprendí al ver que varias de las técnicas
de facilitación tienen que ver con el café tales como world café, café pro
action, etc.
3. Hacer buenas preguntas. Enfoque
apreciativo. Tal como en el coaching se hace un gran trabajo aprendiendo
a preguntar, aquí se da gran importancia también a aquello, pues las
preguntas guían la conversación. Las preguntas que hacemos introducen sesgos o percepción selectiva,
poniendo la atención en algunos elementos y dejando fuera de la conciencia
completamente a otros. De acuerdo al enfoque apreciativo cuando hacemos preguntas
por debilidades o lo que falta aquello es lo importante. En cambio cuando
preguntamos por fortalezas, lo que se ha hecho bien, recursos que se tienen, se
pone la atención en ello y aparecen otras posibilidades. Formular preguntas
poderosas, movilizadores es fundamental.
4 Inteligencia colectiva: Cuando los
seres humanos conversamos emergen muchas posibilidades que de manera individual
no se nos ocurrirían pero además al conversar y llegar a buenos acuerdos no es
necesario un trabajo posterior de “convencimiento” para que la gente pase a la
acción, pues ya en el sólo hecho de conversar se ha comprometido con aquellas
ideas y acciones que le importan, al sentir que forman parte de aquello que
inventan. Muchas veces observamos “desinteligencia colectiva”, como personas
que individualmente son tan inteligentes pero que al trabajar de manera grupal
obtienen resultados muy deficientes.
5 Divergencia y convergencia. Orden y
Caos. Me gustó especialmente la conversación sobre estos temas. Cada vez que
conversamos hablamos de lo diferente que observamos y de aquello en lo que estamos
de acuerdo. Cada vez que conversamos e inventamos algo nuevo tenemos que pasar
por el caos para llegar al orden. Integrar lo diverso, superar las
contradicciones y paradojas. No para quedarnos en algo estático, sino que para
fluir con mayores niveles de complejidad.
6 Pensamiento sistémico. Una de las
preguntas sobre la que conversamos y la que me hago una y otra vez es como,
pese a las buenas intenciones, las personas, las organizaciones obtienen
resultados tan distintos a los deseados. Un ejercicio muy interesante se llama
la “barra de helio”, un equipo de participantes sostiene una barra de papel
solo con un dedo y se les solicita llevarla al piso, pese a las buenas intenciones,
la barra sube y sube hasta que se cae. Cuan común es esta experiencia en todos
lados ya que nos concentramos en el esfuerzo individual y nos cuesta mirar el
sistema, la totalidad y mirar en el tiempo, los efectos que tienen las acciones
más allá de lo inmediato, la demora. Peter Senge habla en la Quinta disciplina
y en la Quinta disciplina en la práctica del pensamiento sistémico y propone varios
modelos que aquí son perfectamente aplicables, como “la tragedia del terreno común”
o “enemigos accidentales”.
7. Estructura sin organización formal.
Dicen en la página web “La red del arte del liderazgo participativo no tiene
estructura formal, legal, no tiene un líder, programa de acreditación ni cuerpo
regulatorio. Está basado en una red de practicantes, con comunidades locales de
práctica; está comprometida con el aprendizaje y generosa con el apoyo y al
compartir”. A mí esto me resulta contra
intuitivo pues suelo pensar en estructuras, entiendo que más bien se trata de construir
una cultura de aprendizaje, de facilitación, de servicio a otros que inician
procesos conversacionales. Me gusta mucho, ya que muchas veces las estructuras
se enfocan en combatir a los herejes o sólo propiciar una ortodoxia que es
contradictoria con los propios principios de los que se hablan.
Creo que los anteriores son algunos
de los elementos del marco conceptual fundamentales sobre los que se proponen
varias técnicas de facilitación grupal, cada una de las cuales tiene elementos metodológicos
característicos y son herramientas para utilizar. En la página de The Art of
hosting hay varios planteamientos sobre el tema (ver web).
Destaco la impecabilidad de los
facilitadores, quienes construyen con dedicación, compromiso y entusiasmo un
taller cariñoso, atento y nutritivo para todos los participantes. Para quienes
trabajamos en estos temas resulta muy positivo ver otros estilos de facilitar y
copiar todo aquello bien hecho.
Finalmente un valor agregado, la
amistad entre personas tan diversas. Al concluir el curso alguien señalaba que
terminábamos “enredados” y no “hechos un lío”, bonito juego de palabras para
graficar como en estas actividades se construye amistad, colaboración,
compañerismo entre personas que provenimos de mundos tan distintos. Valoro
enormemente esta expansión, tenemos cuentos más grandes que el futbol comercial
o que las rivalidades pequeñas entre países y eso va sembrando algo valioso entre
todos quienes participamos de estos encuentros y nuestros círculos.