El próximo 6 de abril iniciamos
un curso de introducción al coaching ontológico con mi socio Marco Ortiz.
Muchas personas preguntan que es el coaching, para que sirve y en que les puede
ayudar en su trabajo profesional o personal.
Encontré un artículo muy bueno en
internet escrito por Miriam Ortiz de Zarate, titulado “Psicología y coaching:
marco general, las diferentes escuelas. (http://www.buenastareas.com/ensayos/Psicolog%C3%ADa-y-Coaching/64386148.html).
Me ha parecido especialmente sucinto y claro en sus planteamientos.
El coaching es una disciplina que
se ha consolidado en todo el mundo en los últimos treinta años, con origen en
la filosofía (Sócrates, Nietzsche, Heidegger, Wittgenstein, Wilber, Echeverría),
la psicología (Freud, Rogers, Perls, Frankl, Ellis, Watzlawic, Maslow, Fromm,
Piaget, Bateson, Reich, etc), nueva ideas de liderazgo y management (Covey,
Drucker, Senge, Goleman, Peters, etc), aportaciones desde la ciencia (física cuántica
de Bohm y Capra, Biología del conocimiento de Maturana, la Lingüística de
Searle y Austin, teoría de sistemas de Von Foerster y Senge), etc.
El coaching no tiene un origen
único, no es posible identificar un fundador de manera clara e inequívoca, más
bien surgió de manera más o menos simultánea en varios lugares. Ha
encontrado terreno fértil en el mundo de las organizaciones pero se extiende a
otros campos como educación, salud, política, etc.
Existen variadas definiciones que
destacan al coaching como un proceso que se extiende por un periodo de tiempo y
que tiene lugar entre dos personas (coach – coachee) o entre una persona y un
equipo o una organización. En ese proceso se realizan conversaciones en las que
el coach utiliza una metodología basada en preguntas que ayudan al coachee a
explorar sus creencias, valores, fortalezas y limitaciones. Producto de esta
exploración el coachee es capaz de tomar determinadas decisiones y de
comprometerse en un camino de cambio y aprendizaje, lo que lo lleva a nuevos
resultados. Aquí algunas definiciones.
Según la ICF el coaching “es una
relación profesional continuada que ayuda a que las personas produzcan
resultados extraordinarios en sus vidas, carreras, negocios u organizaciones”.
A través del proceso de coaching, los clientes ”ahondan en su aprendizaje,
mejoran su desempeño y refuerzan su calidad de vida”.
Según la Sociedad francesa de
coaching, “es el acompañamiento a una persona a partir de sus necesidades profesionales,
para el desarrollo de su potencial y de su saber hacer”.
La Escuela europea de coaching,
señala que “es el arte de hacer preguntas para ayudar a otras personas, a
través del aprendizaje, en la exploración y descubrimiento de nuevas creencias
que tienen como resultado el logro de sus objetivos”.
Tim Galwey destaca que el coaching
es “el arte de crear un ambiente a través de la conversación y de una manera de
ser, que facilita el proceso por el cual una persona se moviliza de manera
exitosa para alcanzar sus metas soñadas”.
Según Miriam Ortiz de Zarate
existen tres grandes escuelas en el mundo, identificados por su origen
geográfico: norteamericana, europea y chilena. A continuación un resumen de
cada una de ellas.
Escuela
Norteamericana. Fundada por Thomas Leonard. Dice que “las personas que
solicitan un coach están razonablemente ajustadas emocionalmente, tienen
familias felices y pueden ser incluso trabajadores de éxito. No necesitan
terapeutas ni psiquiatras, lo que les hace falta es una suerte de alter ego
objetivo que escuche lo que le cuenten, ayude a ordenarlas prioridades y actúe
como un buen guía en las elecciones que escojan”. A partir de esto Leonard
desarrolló una metodología 5x15, cinco elementos interrelacionados
(competencias, clarificadores, productos, marcos, puntos de estilo) cada uno de
ellos con quince ítems.
El estilo
norteamericano se caracteriza por ser práctico y ejecutivo. Desafía a sus
clientes a pasar a la acción y dar lo mejor de sí mismos. Este estilo ha
contribuido a la enorme difusión del coaching en Estados Unidos y ha dado pie
también a sus detractores por considerarlo falto de profundidad o falto de
capacidad para generar un verdadero aprendizaje transformacional.
Escuela
europea. Tiene sus orígenes en Thimoty Gallwey y John Whitmore. El primero
elaboró un sistema de aprendizaje que denominó el juego interior, señalando que
“siempre hay un juego interior en tu mente (miedo, desconfianza, etc), no
importa que está sucediendo en el juego exterior”, cuan consciente es la
persona de ese juego podrá marcar la diferencia entre el éxito y fracaso en el
juego exterior. Whitmore retoma esta metodología más influencia de la
psicología humanista.
Para Whitmore no
existen soluciones rápidas, ya que se enfoca en liberar el potencial que cada
uno tiene adentro, utilizando la metáfora de la bellota, “somos más similares a
una bellota que un recipiente vacío, que tiene todo el potencial para
convertirse en un roble”. A partir de ello, utiliza algunas premisas: elevar la
conciencia, asumir la responsabilidad y desarrollar la confianza en uno mismo.
Esta escuela
utiliza un modelo para guiar el coaching, herramienta llamada GROW por sus
siglas: G (objetivos), Reality (realidad actual o situación presente), Options
(opciones y estrategias posibles) y What – When – Who – Will (que se va a
hacer, cuando, como, quien, además de la voluntad de hacerlo).
Escuela
chilena. También conocida como “Escuela ontológica”. Se basa en los trabajos
iniciales de Fernando Flores y luego en el trabajo de Rafael Echeverría.
Flores, en su doctorado en EEUU, desarrolló un modelo tomando como base la
filosofía de Nietzsche, Heidegger, Searle, Austin y Wittgenstein y los trabajos
de Maturana y Varela. Echeverría propone el nombre Ontología del lenguaje y
coaching ontológico, realizando sus propios desarrollos posteriores a Fernando
Flores.
La escuela
ontológica sigue algunos postulados para servir a sus clientes. Cabe destacar
que se interpreta al ser humano como un ser lingüístico, se considera al
lenguaje generativo y se considera que los seres humanos se crean a sí mismos
en el lenguaje y a través de él. Cada uno de estos postulados tiene enormes
consecuencias, la principal de ella es que se desafía la creencia histórica de
que cada individuo tiene un modo de ser fijo e inmutable y apuesta por la
capacidad humana de inventarse y reinventarse a través del lenguaje, lo que
genera un enorme poder de diseño.
El coaching
ontológico se propone alcanzar un nivel de intervención más profundo o transformacional
que los otros por a vía de entender el tipo de observador que está siendo cada
uno, por el tipo de conversaciones que mantiene consigo mismo y con los demás.
El curso que
iniciamos ahora en pocos días más es un curso introductorio al coaching ontológico.
Nosotros nos hemos formado en esta escuela y consideramos que es un paradigma
especialmente poderoso para aprender y adoptar una actitud distinta ante la
vida, de más protagonismo y
responsabilidad.
Esperamos que
quienes participen del curso así lo vean y se les abran bonitas posibilidades
en la vida.