En mi trabajo como
consultor de recursos humanos tengo la suerte de trabajar en tres ciudades
distintas, para la misma organización, como parte de tres equipos distintos. En
uno de ellos, formo equipo con mis colegas consultores y en los otros dos con
mis clientes de consultoría interna.
En nuestro país se
celebraron estos días las fiestas patrias y anecdóticamente sacaba la cuenta de
en cuantas comidas participé y cuantos brindis realicé. Y, no vayan a pensar
que esta es la tónica permanente de mi trabajo, estuve en pocos días en 5
comidas, con mis compañeros de trabajo, con los equipos que formo parte, con un
antiguo ex compañero de trabajo y con un grupo de clientes internos más
cercanos.
En este escenario me
he preguntado si es posible la amistad en el trabajo y que efectos
organizacionales tiene este fenómeno. Me refiero al concepto de amistad en
sentido amplio, como una expresión de vínculo afectivo y personal entre las
personas. Es cierto que el concepto se puede precisar pero no es el sentido de
este pequeño ensayo.
Hay un lugar común
que habla de cuanto tiempo ocupamos en el trabajo. La nuestra es una sociedad
que trabaja mucho, siempre se citan estudios de cuantas horas ocupamos los
chilenos en el trabajo, y digo ocupamos ya que no es claro que todas esas horas
efectivamente sean productivas, más bien me refiero a las horas que dedicamos a
estar en el trabajo.
Ocho horas diarias al
menos en el trabajo, dan lugar a una gran oportunidad de hacer amigos. Algunas
personas son más sociables que otras y hacen más amigos, otras más retraídas
hacen menos amigos.
Durante mis años
como profesional he hecho grandes amigos en el trabajo, con los que he
compartido proyectos laborales, aprendizajes, incluso en algunos casos dolores
de la vida. Algunas amistades sólo han durado lo que ha durado un trabajo,
otras siguen vivas hasta el día de hoy y me siento orgulloso de poder
cultivarlas.
¿De quién nos
hacemos amigos?
De aquellas personas
con las que compartimos proximidad física en el trabajo, como los compañeros de
banco del colegio, de quien es generoso compartiendo sus conocimientos con
nosotros, de aquellos que admiramos, de aquellos con quienes sentimos una
afinidad existencial.
Elton Mayo hablaba
de la estructura informal que existe en las organizaciones, creo que es una
brillante intuición para representar que no sólo está presente una estructura
formal, el organigrama, sino que las personas hacen diferente vínculos de cercanía,
familiaridad, cariño, lealtad, amistad y esos vínculos tienen, a veces, un
fuerte impacto en la gestión.
Este tema no es
trivial, así como debemos conocer claramente la estructura organizacional con
sus divisiones verticales y horizontales, también debemos conocer el mapa de
amistades en una organización, quien es amigo de quien y que nivel de
profundidad tienen esas relaciones de amistad.
Gofee y Jones en su
libro Arquitectura organizativa, en la cual describen y caracterizan a la
cultura organizacional, hablan de dos grandes maneras que nos relacionamos en las
comunidades y en las organizaciones: mediante comportamientos orientados a la
solidaridad y otros orientados a la sociabilidad. Los orientados a la solidaridad,
son comportamientos basados en tareas comunes, intereses mutuos y objetivos
compartidos que benefician a las partes involucradas, se gusten personalmente o
no entre ellas. Los orientados a la sociabilidad se caracterizan por la
amigabilidad entre los miembros de una comunidad. La sociabilidad florece entre
personas que tienen valores similares, ideas, historias personales, que se
vinculan entre si.
He leído por ahí que
no es conveniente hacer amigos en el trabajo, no es recomendable confundir
amistad y trabajo. Estoy de acuerdo en que hay que evitar confusiones, pero ¿no
hacer amigos?, no comparto esa recomendación, pues creo que nos estamos
perdiendo algo magnifico si aceptamos eso.
En mi opinión hay al
menos tres problemas que deben cuidarse con la amistad en el trabajo.
hay gente que
beneficia a sus amigos y peca de poco equitativo, poco justo. Si es el jefe y
tiene un amigo en el grupo le da un trabajo más liviano, lo favorece con
mejores condiciones. En ese caso la amistad sirve como excusa para ser injusto
con los demás y se confunde amistad con favoritismo.
Conozco personas que
no tienen amigos fuera del trabajo, su vida laboral y su vida personal están en
el trabajo y por lo tanto, hay una sobreinvolucración con el trabajo. En este
caso el peligro es que el trabajo se confunde con la vida o la vida se
circunscribe sólo al espacio laboral.
Lo que nos convoca
en el trabajo es la realización de actividades que tienen valor para las cuales
se requiere desempeñarse competentemente. He visto muchas personas que van al
trabajo a pasarlo bien con sus amigos pero no son competentes, no se enfocan en
hacer su trabajo, incluso pueden ser protegidas por sus amigos cuando existen
demandas de hacer mejor el trabajo.
Valieron la pena los
pisco sours que tome estos días, engordé varios kilos, pero disfruté de la compañía
de buenos amigos. A ellos todo mi cariño.
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