Hay muchas canciones sobre el
dinero. Se me viene una de Los
Beatles, una de Serrat que se llama “mensajes de amor de curso
legal” y una ya más antigua del grupo Abba, money money money y tantas
otras. Ojalá el dinero sólo fuera tema de canciones.
El dinero está cargado de
simbolismo, cómo lo ganamos, cuánto ganamos, cuánto tenemos, cómo lo mostramos,
cómo lo gastamos, en qué lo gastamos. El dinero representa muchísimas cosas:
status, seguridad, poder, aventura, libertad y seguramente muchísimas cosas
más.
Es interesante como se aprende
sobre el dinero y su significado. Seguramente ello tiene mucha relación con la
familia de la que uno proviene y de la relación que han tenido con el dinero
nuestros padres y posiblemente todo el linaje familiar.
Sugerido por mi amigo Marco Ortiz
leí este libro de Robert Kiyosaki hace un tiempo y me acordé mucho de él ayer
cuando conversaba con una periodista sobre emprendimiento, ya que una de las
preguntas que me hacía tenía que ver con las competencias que tiene que
desarrollar un emprendedor cuando su negocio crece y pasa de “autoempleado” a “empresario”
y como en dichas situaciones muchos carecen de las competencias para hacer el
tránsito y su negocio no crece o, lo peor, es que fracasa.
Por ello quisiera referirme en
este post a la distinción que hace Kiyosaki sobre los cuatro cuadrantes
respecto de cómo generamos dinero y la psicología asociada a cada uno de ellos,
de modo de poder, dice el autor “asumir el control de lo que hace para cambiar
su destino financiero”. Este es el cuadrante del flujo de dinero:
Cada uno de nosotros se encuentra
en por lo menos uno de los cuatro cuadrantes del cuadrante del flujo de dinero,
lugar que está determinado por el sitio de donde proviene nuestro efectivo, es
decir, de donde sacamos el dinero.
De acuerdo al autor, el lado
izquierdo del cuadrante tiene que ver con tener un empleo y el lado derecho
tiene que ver con TOG y DOG (TOG: Tiempo de otra gente) y DOG (Dinero de otra
gente).
Empleado: Personas cuyo flujo de dinero proviene de tener un
empleo. Puede ser el presidente de una compañía o la persona que hace la
limpieza. La seguridad es muy importante, combaten el miedo con la certidumbre
que recibirán un salario. Muchas veces ni siquiera importa cuánto ganan lo que
importa es la sensación de seguridad que obtienen de recibir un sueldo a cambio
de ofrecer su trabajo. Lo que hace un empleado es que “vende” o “arrienda” su
trabajo por una cantidad de horas a cambio de un salario. Tradicionalmente el
que corre los riesgos es el empresario que lo contrata, pero es también quien
se apropia de la diferencia entre lo que produce un empleado y el sueldo que le
paga.
Autoempleado: Se trata de personas que desean ser “su propio jefe”. Su
ingreso no depende de otras personas, sino que de lo “duro que trabajen”. Valoran
la independencia y por eso frente al miedo asumen el control de la situación y
la enfrentan por sí mismos. En este grupo existen profesionales bien educados
como médicos y abogados o personas con otras actividades como vendedores, artesanos,
etc. También valoran el control, razón por la que hacen las cosas de manera
excelente y la razón por la que otros los contratan para realizar ciertas
tareas. Muchas veces los autoempleados tienen la fantasía que trabajarán menos
y dispondrán de mucho tiempo libre y al cabo de un tiempo se dan cuenta que
trabajan mucho más que cuando eran empleados ya que tienen que cumplir con sus
clientes y pagar sus cuentas.
Dueño de negocio (empresario): A diferencia del Autoempleado, a
quien no le gusta delegar tareas (porque nadie puede hacerlas mejor) el
empresario le gusta delegar, su lema es “por qué hacerlo uno mismo si puedo
contratar a alguien que lo haga por mi y que pueda hacerlo mejor?”. Los dueños
de negocio deben contar con la habilidad para liderar a la gente y tener la
propiedad o el control de un sistema, es decir, un negocio, en el que puedan
irse 6 meses de vacaciones y este siga funcionando. Un empresario se
caracteriza entonces por conseguir que otros trabajen para él.
Inversionista: Un inversionista gana dinero con el dinero, no tiene
que trabajar porque su dinero está trabajando para él. Lo que caracteriza a un
inversionista es que ya no vive del trabajo sino que vive del dinero. En el
imaginario el inversionista corre riesgos con su dinero y obtiene una
rentabilidad a cambio. Existen diversos tipos de inversionistas, algunos más
sencillos y otros muy sofisticados.
Me gusta la distinción de Kiyosaki
ya que es bueno saber en qué cuadrante uno se encuentra y saber en cual le
gustaría estar, de modo de poder tomar decisiones para avanzar al cuadrante
deseado, decisiones que no sólo tienen que ver con el dinero, sino que los
aprendizajes que tenemos que hacer para movernos de cuadrante. Es así, por
ejemplo, que para moverse del “empleado” al “autoempleado” hay que aprender a
lidiar con la pérdida de seguridad o para moverse de “autoempleado” a
empresario es necesario aprender a delegar y conseguir que otros trabajen para
uno.
A mí en particular me gusta mucho
ser “autoempleado” o independiente, valoro disponer de mi tiempo, perfeccionarme
continuamente, tener el “control” de mis proyectos y asociarme con otras
personas que trabajan en temas similares a los míos. Me preocupo cuando los
proyectos andan más lentos y envidio a veces a las personas que tienen un
trabajo estable. No los envidio mucho rato, ya que me aburro con la estabilidad
del horario y del trabajo de tiempo completo.
Conozco muchas personas resignadas
en sus trabajos por miedo a perder la seguridad, que sueñan con volverse “autoempleados”
o empresarios pero carecen de la valentía o las competencias para “pegarse el
salto”. También veo gente feliz y contenta con su trabajo estable, quienes al
contrario ni sueñan con la independencia y la libertad del autoempleo.
Dice Kiyosaki que la riqueza no
es sólo la cantidad de dinero que se tiene sino que la cantidad de dinero en
relación al tiempo que se puede vivir sin trabajar. Me imagino que mientras más
tiempo uno pueda vivir sin tener que depender de su trabajo más rico es. Esta
es una bonita concepción de riqueza, pero de riqueza financiera.
Hay otras riquezas, relacionadas con
hacer algo que sea nuestra pasión y que nos permita estar al servicio de los
demás, ya sea como empleado, autoempleado o empresario. He hecho algunas
reflexiones en este blog sobre el trabajo, post
1, post
2. Si bien el trabajo tiene una enorme relación con el dinero, el trabajo
no se puede reducir únicamente a ganar dinero, ya que tiene que ver con
muchísimas dimensiones más.
Decía ya en su tiempo Herzberg
que existían factores motivacionales e higiénicos. Estos últimos son aquellos
que causan insatisfacción si se encuentran presentes. El dinero se encuentra en
esta categoría, realizar un trabajo y recibir un pago insuficiente es causa de insatisfacción
pero recibir más o mucho dinero no hace a un trabajo entretenido o valioso,
solo lo puede hacer menos insatisfactorio.
Por eso, poner las cosas en su
lugar. El dinero no compra la felicidad, pero hace la vida más entretenida. Money,
money, money……