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miércoles, 29 de marzo de 2023

El fin del trabajo. Nuevas tecnologías contra puestos de trabajo, el nacimiento de una nueva era por Jeremy Rifkin.

 


Me pasa cuando voy al supermercado y veo que cada vez hay más cajas automáticas para pagar la cuenta, en vez de cajas con seres humanos atendiendo que me acuerdo de este libro de Jeremy Rifkin, “El fin del trabajo”. Bueno, también me acuerdo en otras circunstancias como cuando compro a través de internet y no voy a la tienda presencialmente o cuando leo las noticias en el diario electrónico y ya no compro diarios en el quiosco de la esquina como lo hacía antes. Y, si sigo enumerando situaciones, también reflexiono en este tema cuando leo que me podría atender un asistente virtual cuando llame por teléfono o chatee con una empresa y no haya nadie al otro lado, sino que esté chatgpt.

¿Qué está pasando? Rifkin propone que la sustitución tecnológica está llevando a que muchos trabajos que antes realizaban seres humanos ahora se automatizan y los hacen máquinas. He reflexionado sobre este tema antes al comentar el libro “la carrera contra la máquina” o “el futuro del trabajo” en este mismo blog.

¿Cuál es la tesis de Rifkin?

Desde la revolución agrícola hasta hace ya un siglo atrás gran parte de la humanidad trabajaba en actividades de naturaleza agrícola y de ahí que la mayor parte de los seres humanos vivían en el mundo rural. Sin embargo, con la llegada de la revolución industrial, se inventaron muchos artefactos mecánicos que llevaron a que la actividad agrícola se automatizara en todas partes del mundo.

Dado lo anterior hoy es frecuente ver muy poca gente en el campo trabajando, ya que muchísimas actividades que se hacían de forma manual o con apoyo de animales hoy se realizan o con máquinas o por máquinas. La productividad de la agricultura es enorme y genera la posibilidad de alimentar a grandes poblaciones, pero, con muy poca gente trabajando.

¿Qué pasó cuando la agricultura se automatizó? Según Rifkin, las personas migraron a las ciudades y con el desarrollo de la industria fueron empleadas en actividades de naturaleza industrial. Sin embargo, la automatización llegó también a la industria con máquinas de todo tipo, como robots y con prácticas como gestión de procesos y reingeniería, lo que generó nuevamente desempleo por sustitución tecnológicas.

Al igual que la actividad agrícola, las fábricas de hoy emplean cada vez menos gente y si se compara una fábrica del siglo pasado con una fábrica en la actualidad muchas de sus actividades están automatizadas y se ve poca gente trabajando.

Bueno, se pregunta el autor y ¿dónde se fueron los trabajadores que despidió la industria? Se fueron a las actividades de servicios como comercio, banca, educación, turismo, comunicaciones y otras más, quienes absorbieron a muchísimos trabajadores.

El tema es que hoy con el desarrollo de nuevas tecnologías que automatizan las actividades de servicios, muchísima gente está quedando y va a seguir quedando sin trabajo y no se ha desarrollado ninguna industria que pueda absorber los trabajos que se automatizan.

Con estas reflexiones de Rifkin comienzo a pensar en muchísimos ejemplos de actividades que se automatizan en la actualidad como los ejecutivos en los bancos donde ya no es necesario ni ir al banco y basta con hacerlo a través de la página web o la interacción con una aerolínea donde la compra de pasajes, la emisión del boarding y hasta la carga de equipaje en el aeropuerto está automatizada. Sin duda, está lleno de más ejemplos.

Una línea de pensamiento es que en el mundo de los servicios se automatizan las actividades de poco valor, repetitivas y monótonas lo que lleva a que los trabajos de naturaleza “simbólica”, de análisis o que implican “relaciones humanas” seguirán siendo desarrollados por seres humanos y no serán automatizados. Esta línea de pensamiento nos da la esperanza que las profesiones que tengan estos componentes cognitivos y relacionales se salvarán de la automatización.

No obstante lo anterior, otra línea de pensamiento se pregunta y ¿qué pasa si estas tareas cognitivas y relacionales se comienzan a automatizar también con el desarrollo de la inteligencia artificial y de todas las herramientas asociadas a estas tecnologías? Al respecto hay interesantes reflexiones sobre automatización de servicios de traducción, de servicios legales, de servicios de educación, de psicoterapia, etc.

A lo mejor que el mundo camine hacia menos trabajo para los humanos puede tener un lado muy interesante y es que, por fin, trabajaremos menos y tendremos la oportunidad de tener más vida familiar, más ocio y más tiempo para actividades completamente desligadas de lo productivo. Haciéndose cargo de esta perspectiva el autor propone varias medidas interesantes de discutir como la emergencia de un ingreso básico para todos los seres humanos pagada por el estado, la reducción de la jornada de trabajo y el desarrollo del tercer sector, aquel sector económico que no está ni el mercado ni en el estado y que representa a la sociedad civil.

Yo creo que no es trivial y alguna relación tiene con la reflexión anterior que en Chile se discuta bajar la cantidad de horas de trabajo a 40 horas o que haya un interesante movimiento a que el comercio cierre más temprano y no a las 21.00 o 22.00 horas y que se haya legislado a favor de la pensión garantizada universal que es una forma que tiene el estado de entregarle dinero a los ciudadanos mayores.

La situación también puede ser mirada como un gran problema, ya que el haber grandes masas de personas sin trabajo, cómo estas generarán ingreso económico si no tienen trabajo, cómo funcionará la sociedad si hay dos grupos, uno pequeño,  con trabajo y con grandes ingresos y otro grande, mayoritario, sin trabajo o con trabajos de poco valor y con bajos ingresos. ¿Tendremos dos clases de ciudadanos? Y, en este caso, qué consecuencias tiene esto para la vida política, para la democracia, para la vida social, para el desarrollo económico, etc.

Yo creo que tampoco es trivial esta reflexión ya que nos permite entender cómo en muchos países, dada la realidad descrita se ha desarrollado toda una economía informal, de supervivencia, relacionada con la delincuencia y el trafico de drogas.

Creo que el libro de Rifkin es interesante de revisar y nos lleva a pensar en qué nuevas actividades económicas pueden surgir acorde a las nuevas tecnologías, que generen empleos para la población, también nos puede llevar a pensar en la educación de valor que entregan los colegios y universidades a los jóvenes para que emprendan nuevos negocios y para que realicen actividades valiosas económicamente. Creo que también nos lleva a pensar en las personas menos favorecidas y como apoyarlas para que se adapten a los nuevos tiempos.

martes, 14 de febrero de 2017

Tipologías de trabajo. Manuales o intelectuales, rutinarios o no rutinarios. Distinciones de Luis Huete.


Estoy leyendo el libro de Luis Huete “liderar para el bien común” y ha presentado una distinción sobre Tipologías de trabajo que me ha parecido especialmente interesante de traer al blog para reflexionar. He citado otras veces a este autor español (ver post), quien además tiene una web y un buen blog. Ya comentaré en profundidad el libro que cito.

Dado el cambio tecnológico que está ocurriendo en el mundo actualmente, es muy esperable un cambio en la valoración del trabajo. Ya hemos reflexionado con anterioridad en este blog sobre dicho tema, a partir de los trabajos de Lynda Gratton (ver post 1, post 2).

Señala Huete que existen dos variables relevantes a considerar a fin de crear una tipología del trabajo actual y futuro, la primera es la dimensión manual o intelectual, es decir, si el trabajo es hecho basicamente con las manos o con la cabeza. La segunda dimensión en relación a la rutina o repetición: rutinario o no rutinario. Esto genera la matriz que se presenta a continuación.


Trabajos manuales
Trabajos intelectuales
Trabajos no rutinarios
2
4
Trabajos rutinarios
1
3

Tenemos entonces que:

1 Trabajos manuales y rutinarios: Como el trabajo en la fábrica o en el campo. Ya tuvieron una gran poda en la primera revolución industrial y seguirán siendo reducidos por las nuevas tecnologías. Respecto de este grupo es interesante revisar el libro de Jeremy Rifkin, “el fin del trabajo”, donde describe como esta categoría de trabajo ha sido reemplazada por automatización. También son interesantes las reflexiones acerca de la robótica en fábricas o en el mismo campo.

2 Trabajos manuales no rutinarios: Lo que salva a estos trabajos de la automatización es precisamente el componente no rutinario, que les da valor cognitivo. Los seres humanos aún realizamos mejor estos trabajos que las máquinas. El problema que tienen es el bajo salario que reciben, dadas además las prácticas de externalización que muchas empresas aplican, sobre todo si se trata de actividades que no son centrales para una empresa. Estos trabajos podrían aumentar en el futuro.

3 Trabajos intelectuales pero rutinarios: Huete incluye aquí tareas como la contabilidad, vigilancia, banca o mantenimiento. A su juicio, este tipo de trabajos van a ser los grandes perdedores de la revolución digital ya que serán los que, en términos relativos, van a desaparecer. Es duro lo que señala, ya que muchos de estos trabajos con las actividades laborales de la “clase media”, lo que significará para mucha gente desempleo. Además si no pueden migrar hacia la categoría 4, para lo que requieren invertir en formación, acabarán en la categoría 2, mal pagada.

4 Trabajos intelectuales no rutinarios: El autor señala como pertenecientes a esta clase: artistas, cirujanos, dentistas, emprendedores. Se trata de trabajos que se van a mantener firmes aunque igual serán transformados por la tecnología. La digitalización de estos trabajos permitirá que las personas que se dedican a estas actividades expandan sus mercados y globalicen la demanda de sus servicios. No lo dice Huete, pero creo que aquí se deben incluir muchas actividades de consultoría y el coaching, actividades que demandan mucha “inteligencia” y son poco rutinarias por definición, al tener que ajustarse al requerimiento del cliente. Estos trabajos requieren además una formación constante y apoyarse en el desarrollo tecnológico para, precisamente, fortalecer el componente intelectual y no rutinario y mantener su valor.

Creo que las matrices son simplistas por definición, ya que buscan reducir algo que es mucho más complejo. No obstante ello, esa misma condición las convierte en un recurso intelectual valioso para comprender realidades más amplias. La matriz de Huete no es ajena a aquello y al concentrarse en dos variables olvida muchas otras que podrían ser importantes de considerar tales como: el valor agregado del trabajo, lo central o periférico respecto de la actividad central de la organización, la matriz productiva del país del que estemos hablando, etc.

Creo que matrices de este tipo nos deben llevar a la reflexión respecto de dimensiones como la educación y si esta abre o cierra posibilidades. El otro día leía en linkedin el comentario que hacia una persona: profesional, ingeniero industrial, 20 años de experiencia laboral, quien indicaba que llevaba 1 año sin trabajo y ya no tenía ahorros para sobrevivir, por lo que pedía con urgencia que lo contrataran en alguna empresa. Más allá del drama humano o familiar que puede significar la cesantía me preguntaba cómo puede ocurrir que alguien con esa formación piense sólo en encontrar trabajo empleado y no invente algo valioso con sus conocimientos, como el aprendizaje no es sólo lo que se aprendió en la Universidad y es necesario reciclarse permanentemente, como el emprendimiento fuera o dentro de las empresas es una competencia fundamental y, como además es central generar capital relacional para poder moverse entre empresas. Pensé que a esa persona lo primero que le recomendaría sería cambiar su post y en vez de pedir un trabajo hiciera ofertas valiosas con lo que sabe hacer.

La matriz tiene la utilidad también de permitirnos reflexionar acerca de donde está el trabajo que realizamos y hacia donde se puede estar moviendo. Creo que en el caso de los psicólogos laborales, los trabajos como reclutamiento y selección de personal se han movido cada vez más hacia el tipo 3 (intelectual pero rutinario) y, no es extraño entonces, que cada vez tenga menos valor económico, tenga más componentes automatizados y quienes se dedican a dicha actividad vean como se pauperiza aceleradamente.

En enero realizamos el curso “herramientas de liderazgo y coaching” y tuve la oportunidad de tener como alumno al presidente de un sindicato minero, ingeniero mecánico de profesión, quien además cursa un MBA, con quien conversaba acerca de la importancia que los dirigentes sindicales aprendan de estos temas, ya que su principal función no es sólo liderar a sus socios en los procesos de negociación sino que anticipar escenarios futuros, derivados entre otras cosas de las tendencias en el mercado de trabajo que puedan afectar a su gente y, de ese modo, estar preparados para el futuro cuando llegue.

Seguiré leyendo a Huete y espero comentar el libro “liderar para el bien común” en poco tiempo más.