Me llegó hace pocos días atrás el
libro de Gloria Flores comprado en https://www.bookdepository.com En él
profundiza sobre ideas que originalmente expuso su padre Fernando Flores, ideas
que trata con simplicidad, haciendo alusión también a su aplicabilidad práctica
al comentar experiencias de los talleres que facilita.
Inicia recordando que aprender es
una competencia fundamental en el mundo que vivimos hoy, razón por la que
aprender a aprender se vuelve cada vez más crítico.
Por supuesto que estoy de acuerdo
con esta idea, posiblemente ello siempre ha sido así y en los tiempos que
vivimos sólo toma más relevancia. Hoy mismo que nos encontramos viviendo una
pandemia por coronavirus, se ha exacerbado la sensación de incertidumbre y la
necesidad de flexibilidad, de aprender nuevas herramientas tecnológicas y nuevas
disposiciones emocionales, además de muchas otras competencias.
Aprender es un proceso y como tal
requiere tiempo. He hablado de este tema en otro post,
citando precisamente a Flores aludiendo Dreyfus. Gloria, citando a los hermanos
Dreyfus dice que “una persona que se embarca en el proceso de adquirir una
nueva habilidad pasará por diferentes etapas de competencias, partiendo como
principiante y terminando como maestro”. Para ello cita reiteradamente el ciclo
del aprendizaje de estos autores, quienes proponen un avance que sigue las
siguientes etapas: principiante, principiante avanzado, competente,
cualificado, experto y maestro.
Si aprender a aprender es tan
importante, qué es lo que lo que facilita u obstaculiza el desarrollo de esta
competencia. Su explicación es de orden emocional, los estados de ánimo.
Existen estados de ánimo que facilitan el aprendizaje y otros que lo
obstaculizan.
¿Qué es un estado de ánimo? Se trata de “sintonizaciones” con la situación
en la que nos encontramos en un momento dado que nos predispone a ciertas
acciones. Son distintos de las emociones, las que se dirigen a alguna persona o
cosa en particular. Los estados de ánimo que al igual que las emociones también
se sienten en el cuerpo, pero permanecen más bajo la superficie, razón por la
que muchas veces ni siquiera estamos conscientes de ellos y sin embargo
aparecen en nuestra conducta, actitudes e ideas.
Los estados de ánimo involucran
juicios que la gente tiene hacia el futuro. Estos juicios automáticos simplemente aparecen, derivados de nuestras
experiencias pasadas y de la cultura de la que formamos parte. Como buenos
juicios, implican siempre algún estándar, algún criterio, que hemos adquirido
en el curso de nuestra vida, los que no son explícitos normalmente.
Siempre estamos en algún estado
de ánimo. Algunos cierran posibilidades y otros las abren. No controlamos los
estados de ánimo, sin embargo podemos aprender a reconocer su efecto en nuestro
aprendizaje y, por lo tanto, no ser sus rehenes identificando en qué estado de
ánimo nos encontramos y como este afecta nuestra disposición a aprender.
Me gusta muchísimo la idea que
así como las emociones, los estados de ánimo nos “acaecen”, no es algo que
hagamos intencionadamente. Es algo que nos ocurre, sin proponérnoslo, por lo
que nuestra responsabilidad mayor no es provocar el estado de ánimo sino que
aprender a reconocerlo, observarlo y gestionarlo con libertad.
Un estado de ánimo no solo afecta
la disposición a aprender, creo que afecta todo, ya que se instala como una
suerte de lente de color que lleva a mirar el mundo de dicho color. En ese
sentido, no es el mundo, sino que el color del lente lo importante. Creo que
además no solo implican un juicio hacia el futuro, de algún modo tiñen también
la evaluación hacia el pasado. Se sienten en el cuerpo y se revelan en las
conversaciones, a veces basta escuchar un rato a alguien para saber en qué
estado de ánimo se encuentra. Incluso, aunque Gloria Flores no habla mucho de
esta derivada de los estados de ánimo tienen una presencia colectiva en los
grupos y organizaciones.
¿Qué estados de ánimo facilitan el aprendizaje? Asombro,
perplejidad, serenidad, paciencia, ambición, determinación, autoconfianza, confianza.
¿Qué estados de ánimo obstaculizan el aprendizaje?. Hay
diversos estados de ánimo que dificultan aprender: confusión, resignación,
frustración, arrogancia, impaciencia, aburrimiento, miedo o ansiedad, agobio,
inseguridad, desconfianza.
En el cuadro que se expone a
continuación la autora conecta el movimiento hacia niveles superiores de
aprendizaje y los estados de ánimo que llevan a avanzar en el aprendizaje o a
retroceder.
¿Cómo transformar estados de ánimo negativos en estados de ánimo
conducentes al aprendizaje?
Cada estado de ánimo tiene
siempre debajo o detrás un juicio y sus estándares. Por ello para tomar
conciencia de cada estado de ánimo es importante explorar los juicios que
tenemos sobre la situación y descubrir los estándares a los que adherimos para
apoyar esos juicios. En el caso de estados de ánimo negativo, lo que se
descubrirá es que se basan en estándares que, o no son relevantes para la
situación actual o no son útiles para lograr un objetivo. Hecho esto, la
persona puede comenzar a considerar acciones que podrían tomar para salir del
estado de ánimo improductivo y avanzar en el logro de sus metas de aprendizaje.
Hoy mismo veo a mis hijos de 7
años jugar minecraft en su play station y lo hacen en un estado de ánimo de
descubrimiento, de sorpresa, de entusiasmo y vaya que aprenden. Me veo a mi
mismo cuando me invitan a jugar su juego atemorizado, desconfiado, inseguro,
incluso a veces aburrido. No es extraño que ellos aprendan a cada rato y mi
interés dure un rato breve.
Gloria cuenta varios casos de
personas que se matriculan en sus cursos de desarrollo de equipos, donde
precisamente aprenden con juegos electrónicos en línea, donde aprenden sobre
estrategia, trabajo en equipo, liderazgo y competencias de coordinación. En
cada uno de los casos que narra, aparece algún estado de ánimo que dificulta el
aprendizaje por lo que luego de la experiencia misma facilita conversaciones
para hablar de dichos estados de ánimo y traer los juicios que habitan debajo
de ellos, de modo que tanto el participante como el equipo pueda verlos y
desafiarlos para generar mayor nivel de aprendizaje.
En este sentido propone una
metodología para cambiar estados de ánimo que incluye 4 pasos:
1° Reflexionar sobre el objetivo
de aprendizaje.
2° Identificar y explorar el
estado de ánimo improductivo.
3° Identificar los estados de
ánimo que serían más propicios para alcanzar el objetivo de aprendizaje.
4° Especular sobre qué acciones
podría tomar para transformar los estados de ánimo improductivos en estados de
ánimo más conducentes a los objetivos de aprendizaje.
Creo que lo presentado hasta
ahora tiene importantes conexiones con la psicoterapia, con el coaching, con la
educación en general y con la educación emocional en particular. Creo también
que la facilitación u obstaculización del aprendizaje tiene muchas dimensiones
más, relacionadas con las características del maestro, con las estrategias
pedagógicas de quien enseña, con la motivación, etc, pero creo que el trabajo
expuesto resulta súper interesante a tener en cuenta.
Encontré el blog de Gabriel Bunster donde también comenta el libro. En http://gabsblogo.blogspot.com/2018/01/libro-aprender-aprender-y-la-navegacion.html
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