Definitivamente
hay temas que yo siento que me persiguen pues de manera permanente me ando
encontrando con ellos. Claro, otra manera de verlo es que tengo con percepción selectiva
y por eso precisamente los veo. Como dice mi amigo Marco Ortiz, no es ver para
creer, más bien debiera ser “creer para ver”.
Uno de
estos temas es el tema del aprendizaje. En mi formación como coach descubrí la
importancia de reinterpretar muchos fenómenos y experiencias humanas como temas
de aprendizaje, de modo de enfrentarlos más como desafíos que como
dificultades, o dicho de otro modo, como oportunidades más que como amenazas.
Y, quiero
traer dos situaciones para mostrar la importancia del aprendizaje y como la interpretación
de las experiencias en “clave aprendizaje” puede ser una manera útil de mirar
las cosas.
La primera
se refiere a mi padre. Hace un tiempo atrás con el auspicio de lanpass hice un
canje de millas por un i-pad, el que envié a Santiago a su casa. Quienes me
conocen saben que mi papá y yo tenemos el mismo nombre. Al recibir el equipo en
cuestión interpretó que se lo había enviado de regalo y me llamó agradeciéndome
la “pastilla” que le había obsequiado. Yo lo escuchaba al otro lado del
teléfono y no entendía nada de lo que me hablaba, que buena la pastilla!, que
la pastilla le había cambiado la vida!, que gracias por la pastilla!, hasta que
le pregunto si se refería a la tableta…..y claro, se refería al Tablet.
Anécdota aparte,
me ha sorprendido ver en mi padre, como sin ser usuario de computadores y con
suerte usar el control remoto del televisor se ha transformado en un fanático
de su Tablet, escribe correos, lee libros on –line, navega por youtube, hace
videoconferencias por skype, etc. Incluso, ha transferido lo que ha aprendido
al smartphone y ahora es un adicto al whatsapp.
Cito la anécdota
de mi padre para graficar como siempre el aprendizaje es posible. Es una
persona mayor, alejado de la tecnología y, con una actitud positiva y con la
ayuda de quienes le han facilitado el aprendizaje (como mi sobrino adolescente)
se ha inmerso en un mundo que le ha cambiado la vida.
Me acuerdo
de uno de los enemigos del aprendizaje que se cita en el coaching: “yo soy así….y
como soy así….no tengo nada que hacer”. Bueno, yo observo que en la historia
que cuenta, él ha superado ese enemigo, al menos en el dominio del aprendizaje
del i-pad y se le han abierto grandes posibilidades que con una actitud
distinta probablemente no habría tenido.
Traigo a
colación otra anécdota. Hace tiempo que me dedico a ofrecer orientación laboral
a personas que quieren que les ayuden a rehacer su curriculum y tener más éxito
en entrevistas de trabajo. Hace un tiempo llegó un joven, menos de treinta
años, ingeniero comercial, con dos postgrados, exitoso. Me planteó la necesidad
de recurrir a mis servicios porque había ido a varias entrevistas y no le había
ido bien. De entrada me descalificó diciendo algo así como “bueno, ustedes los
psicólogos tienen tantas teorías sobre esto…..que no sé con qué me vas a salir
tú”…..Frente a cada comentario que le pudiera hacer su opinión de vuelta era…..”no
me parece”, “no estoy de acuerdo”……Mi juicio era que su actitud era de arrogancia
y que probablemente por eso, no por la falta de méritos técnicos, le iba mal en
las entrevistas pues nadie quiere contratar a una persona con esas
características.
En este caso,
la actitud era muy poco proclive al aprendizaje, alguien que se las sabe todas,
que pide ayuda pero no deja que lo guíen, alguien que descalifica a su
interlocutor. La posibilidad de aprender estaba muy reducida y, creo que, precisamente
por eso, no le iba bien en la resolución de su desafío que era cambiarse de
trabajo.
Muchas
veces hablamos de aprendizaje como algo de orden técnico y, sin duda, muchos
aprendizajes son de ese tipo. Sin embargo, en otras ocasiones hablamos de
aprendizaje de otro nivel, un meta aprendizaje, donde lo importante es aprender
a aprender, tener una actitud positiva frente a los desafíos y mirar los
eventos que nos suceden de otra manera, como oportunidades y desafíos.
El coaching
como práctica profesional tiene una gran conexión con estos temas. ¿Qué tenemos
que aprender?, ¿en qué dominios tenemos que aprender?, ¿cómo estamos
aprendiendo?, ¿con qué emoción nos enfrentamos a situaciones de aprendizaje?,
etc. El coach es una persona especialmente hábil para hacer preguntas que generen
aprendizajes en sus coachees.
A propósito
de lo anterior. Hace algunos días atrás estuve en un curso de coaching
organizacional y una persona se quejaba de formar parte de un grupo que no lo
integraba, que lo excluía. La coach, Helena Espinal, una mujer con gran
experiencia en las lides del coaching, le hizo una pregunta que todavía me
resuena, le dijo ¿qué estás haciendo para no ser escuchado como te gustaría?.
El hombre se quedó perplejo y su sola pregunta gatillo entre todos una
conversación estupenda, precisamente de aprendizaje.
Bueno,
estamos a punto de iniciar un curso de coaching en La Serena y espero que
nuestros participantes tengan estas inquietudes y con mi co-relator seamos
capaces de desafiarlos como la “maestra” a la que cito.
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