miércoles, 19 de junio de 2013

Los primeros días de un nuevo jefe


Hace unos días atrás me invitó a tomar un café una amiga que la nombraron hace poco tiempo jefa en la organización donde trabaja. Ha sido jefa con anterioridad en otros lugares y si bien lleva algún tiempo trabajando en esta organización no había sido jefa todavía. Conversamos acerca de qué hacer en el primer tiempo en su cargo.
Las prácticas de inducción buscan hacerse cargo de este proceso, sin embargo, suelen ser muy genéricas y no diferencian entre personas recién llegadas a la organización de personas recién llegadas a un puesto de jefatura o dirección. Tampoco diferencian entre una inducción general de una inducción específica para el puesto de jefatura.

He visto como las empresas invierten muchos recursos en los procesos de reclutamiento y selección de nuevos jefes publicando avisos en los medios, contratando servicios de head hunters, realizando evaluaciones técnicas y psicológicas o consultando referencias para escoger a la mejor persona para el cargo.
Y, sin embargo, cuando el nuevo jefe llega a su puesto, queda a la deriva, haciendo lo que mejor le parece o lo que su intuición le dice que puede ser la mejor alternativa, la que en muchas ocasiones puede no ser la más adecuada.

Cuando llega un nuevo jefe las personas que trabajarán con él lo observan y se formulan varias preguntas: sabrá del negocio?, será justo en el trato con el equipo?, será capaz de conocer mis particularidades para darme buen feedback de mi trabajo? Y otras muchas más. Además al no existir rutinas y obviedades no siempre saben cómo tratarlo, como relacionarse, como conectarse para vincularse y realizar el trabajo con efectividad.
Me parece que el primer tiempo en el cargo, un mes a tres meses, es similar a lo que pasa con los nuevos gobiernos, hay un periodo de “pololeo”, en que las personas le dan una ventana de oportunidad de mostrarse, de presentarse, de hacer promesas razonables, de dar a conocer un programa y luego de eso, esperan que se cumplan con esas expectativas.

Por ello, quien es nombrado jefe debiera realizar varias acciones en el primer tiempo en su cargo.
Algunas de estas son:

-         Conocer a las personas con las que va a trabajar. Tener alguna entrevista o conversación con cada colaborador para conocerlo en el ámbito laboral y en el ámbito personal: quien es, en que trabaja, qué proyectos tiene, cómo ve el área, cuáles son sus fortalezas, donde necesita ayuda, etc. A partir de esta información identificar a los colaboradores talentosos, ya sea porque aportan fuertemente a los resultados del negocio o generan cohesión – unidad- apoyo al conjunto del equipo de trabajo.
-        Conocer la cultura organizacional. Cuáles son las prácticas más comunes, las creencias, los valores, las costumbres. Y, sobre este análisis, cuales son pro desempeño y cuales son contrarias al buen desempeño, además de evaluar cuales son fáciles y cuales son difíciles de cambiar.
-        Realizar algún análisis estratégico, tipo análisis FODA de su área, para determinar sus prioridades estratégicas. Este trabajo puede ser realizado con las mismas personas que componen su área – Depto., de modo que se ponga en común los objetivos del área, las principales estrategias a desarrollar, los aspectos a potenciar, etc.
-       Indicarle a los colaboradores de manera explícita como se realizara el control, que se va a controlar, de qué manera, con que periodicidad, de modo que nadie se sienta sorprendido por las prácticas de control las que son necesarias para mantener el rumbo y lograr los objetivos de trabajo.

En mi propia experiencia las personas evalúan simultáneamente dos aspectos de un nuevo jefe: (1) credibilidad – confianza – honestidad y (2) competencia, a fin de darle autoridad. Y todas las acciones anteriores contribuyen a incrementar la credibilidad y demostrar competencia en el trabajo, ganando autoridad.
La autoridad es distinta del poder, ya que este viene dado por el nombramiento formal, en cambio la primera la conceden las personas dirigidas en funcion del juicio que hacen de credibilidad y de competencia.
También, en mi propia experiencia, lo que más contribuye a la falta de credibilidad y juicio de incompetencia del nuevo jefe es cuando llega, sin conocer a nadie, sin preguntar nada y comienza a dar nuevas instrucciones, fijar nuevos objetivos, más aún si esto es abrupto e inmediato.

Las organizaciones pueden hacer mucho para apoyar a un nuevo jefe, disponer de consultores en recursos humanos que los ayuden en esta inducción específica, ayudándoles a mirar los aspectos que he señalado. A ser buen jefe se aprende y estas pueden ser algunas buenas prácticas a tener en cuenta.
Termino con algo adicional, que creo es de buena crianza, el jefe llegado no puede hablar mal de los jefes anteriores. Las personas que forman parte del equipo hicieron su mejor esfuerzo, fueron leales, cumplieron con las instrucciones que les dieron, hicieron su aporte y, por lo tanto, debe respetarse su colaboración e introducir nuevos direccionamientos si es necesario.

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