Hace un buen rato que sigo el blog de Juan Carlos Cubeiro, quien publica todos los días entretenidas notas
sobre talento, además de recomendar lecturas varias. Algunos días atrás en un post comentaba este trabajo de Jurgen
Klaric, que me pareció interesante para quienes nos dedicamos a ofrecer
nuestras ideas al público como charlas o cursos.
Saber comunicar es una competencia crucial hoy en día. Por
supuesto que siempre nos comunicamos, como decía Watzlawic cuando proponía sus
axiomas de la comunicación, no existe “no comunicar”, todo comunica. La
pregunta es si comunicamos aquello que queremos comunicar o comunicamos algo
diferente.
Por otro lado, comunicar no tiene que ver con transmitir
información, sino que, con persuadir, ya que como propone Daniel Pink en “Vender es Humano”, todos estamos en el negocio de la
persuasión, en el sentido de impactar con nuestros conocimientos, ideas,
valores, en el comportamiento de los demás. Para Jurgen Klaric, no existen
malas ideas, sino que malos oradores, por lo que el objetivo del libro es que
quien lo lea “venda mejor su mensaje” e influya en los demás.
No me gusta tratar como sinónimos el concepto de persuasión
con el de venta, si bien entiendo que son conceptos cercanos. Yo no creo que
uno “venda” un mensaje ya que no necesariamente hay una transacción comercial
de por medio y la persuasión puede tener otros intereses distintos de los meros
intereses comerciales.
Hace un tiempo publicamos un post reflexionando sobre el modelo TED para exponer en púbico
¿Cuáles son los diez principios de un buen orador según
Klaric?
Principio 1: La voz. Poner atención a la forma en que se maneja la voz. La clave
de una buena voz es respirar diafragmáticamente. Todos tenemos una voz única y
ese toque es una mezcla de timbre, tono, intensidad y cadencia. Timbre y tono
dependen de la constitución, en cambio, intensidad y cadencia se pueden modular
para tener un mayor impacto. Dice, “un buen orador saber perfectamente cuando
subir o bajar la voz en momentos adecuados……..es como la música que acompaña
una película”.
Principio 2: El cuerpo. El cuerpo comunica por lo que es necesario saber usarlo. Es
importante que el cuerpo no hable de forma inconsciente, que no transmita miedo
ni inseguridad, sino que confianza. Es importante transmitir un buen estado de
ánimo y un buen manejo del espacio.
Por supuesto que muchas veces al estar en un escenario
expuesto ante los demás y tener algo que decir (o actuar, o cantar) ocurre el
pánico escénico, sensación de desprotección y vulnerabilidad que puede llevar a
bloquearse o quedarse en blanco. Es una sensación muy molesta y es necesario
aprender a manejarla. Una sugerencia del autor es que al cambiar el termino
ansiedad por emoción, un porcentaje alto de oradores (sintiendo más o menos lo
mismo) lo connotan de mejor manera.
Principio 3: La ropa. Es una herramienta muy poderosa al presentarse en un
escenario, se trata de elegir un atuendo que deje hablar al cuerpo. El autor
recomienda la ropa negra, como Steve Jobs.
Principio 4: El power point. No se trata de impresionar con hermosas imágenes y
sonido envolvente, se trata de comunicar ideas, de compartir con el público
algo nuevo, algo que pueda ayudarlo en su vida. La presentación solo es una
herramienta de la oratoria y no puede robarse el show, por lo que, si bien hay
que seguir recomendaciones respecto de fondos, tipos de letras y diseño no hay
que perderse con las ppts.
Principio 5: El tiempo. Los seres humanos disponemos de una atención voluntaria,
sostenida que dura poco rato, pierde intensidad y nos distraemos. ¿Cuánto
dura?, 20 – 45 minutos. Por eso hay que saber usar el tiempo para no matar de
aburrimiento al auditorio.
Principio 6: El estilo. Es importante desarrollar un estilo personal, que no está
dado ni por la ropa ni los modales (aunque ello forma parte del estilo). Se
trata fundamentalmente de que es lo que se identifica como propio y característico
y hace que las personas se sientan conectadas con el orador. El estilo debe ser
original, no puede ser copiado. Se trata de tener “marca personal”.
Principio 7: Los errores. Siempre cabe la posibilidad de equivocarse en una
presentación con público. El tema no es no equivocarse sino como administrar
los errores para poder asumirlos como oportunidad de crecimiento. Una clave de
manejo de los errores es aprender a reírse de ellos.
Principio 8: La interacción. Es importante interactuar con el público de un modo
que le resulte cómodo al orador. Algunos bajan a la sala y se meten entre la gente
y pasan el micrófono, otros no se sienten cómodos haciendo eso. Lo relevante es
la interacción, que comienza con la mirada, estableciendo contacto visual con
el público, incluyéndolo en nuestra conversación. El contacto con la mirada,
con el público que muestra interés es también una buena forma de ganar
seguridad.
Principio 9: El mensaje: Es necesario preparar lo que se va a decir y para
ello hay que tener claro cuál es el objetivo de lo qué se va a decir, de qué se
quiere convencer al público, cuál es la idea que se quiere transmitir. No
bastan las emociones, es necesario tener argumentos que exponer. Para ello, el orador,
debe pensar como si contara una historia, que tenga peaks de tensión que
mantengan atento al público.
Principio 10: La credibilidad. Se trata de algo fundamental en un
orador y, bueno, también en cualquier líder, profesor, profesional, consultor,
etc. He presentado las ideas de Kouzes y Posner sobre credibilidad
en este blog. En opinión de Klaric, basado en Covey
jr, la credibilidad se basa en la confianza, la que implica: integridad,
intención, capacidad y resultados. La credibilidad también tiene que ver con
estudiar y poder presentarnos como portavoces experimentados del tema que
exponemos
Desde mi ingenuidad, de quien nunca ha estudiado oratoria,
uno podría pensar que lo único o al menos lo mas importante es el mensaje, el
que no pierde nunca importancia, pero se ve contextualizado por todos estos
aspectos que cita Klaric y que pueden llevar al mensaje a ganar o a perder
fuerza, impacto, relevancia.
Por eso que sí, es necesario tener una buena historia, un
objetivo para el discurso, una estrategia respecto de cómo presentar las ideas,
pero es necesario siempre considerar sus otros consejos.
Estoy de acuerdo con el autor, “no hay nada más lindo que ser
orador”, nos da la oportunidad de motivar e inspirar a la gente y eso nos
permite contribuir a dejar un mundo mejor.
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