Hace ya varios días atrás un
conocido me comentó que andaba buscando una persona con un cierto perfil para
incorporarse a la organización en la que él trabaja. Y me acordé de una conocida,
quien me había llamado un par de semanas atrás comentando que estaba buscando
trabajo y su perfil era coincidente con lo buscado por mi amigo. Y, entonces le
comenté de esta oportunidad y le sugerí enviar sus antecedentes, con el
resultado que hace ya una semana fue contratada y se encuentra de nuevo
trabajando.
Esto es algo que hago
habitualmente sobre todo cuando se trata de gente que trabaja en el ámbito de
recursos humanos o de psicólogos en particular. Sin ir más lejos el otro día el
Director de la Casa de la Esperanza de La Serena me comentó que buscaba un
psicólogo para Ovalle y otro para Andacollo, avisos que difundí a través de
linkedin y de otras redes a mis conocidos.
Mi amigo Roberto Rojas dice que
más allá de cualquier otra motivación esto es “puro buen karma” y que como todo
se devuelve, bueno, algún día se me devolverá en alguna forma positiva para mí.
Yo lo hago pues creo que la colaboración entre todos es fundamental.
Alguna vez leí en un manual de
recursos humanos que las redes son una de las principales fuentes de
reclutamiento, lo que no hago más que corroborar con la experiencia que estoy
contando. Esto significa que conocer gente y profundizar nuestras redes es de
mucho valor. Hace algunas semanas atrás leí el libro “El mejor negocio eres tú”,
del fundador de linkedin, donde entre otras cosas habla in extenso de construir
y cuidar las redes en las que participamos. Espero en un post más adelante
comentar este libro.
Creo que recomendar a otras
personas es enormemente riesgoso pues supone confiar que aquel a quien
recomendamos va a honrar nuestra recomendación y no nos va a dejar mal, comportándose
de un modo competente, responsable y honesto. Me ha pasado más de algún caso en
que así no ha sido y he concluido que mejor no recomendar a esa persona nunca
más.
Volviendo a la experiencia que
dio origen a este post, esta vez ocurrió algo que me ha dejado pensando. La
persona que recomendé me llamó para darme las gracias y, no sólo eso, sino que
también me invitó a almorzar para agradecerme. Esto no me había sucedido nunca
excepto una vez que un psicólogo amigo me invitó a tomar un pisco sour luego de
recomendarlo para una consultoría. Muchas otras veces ni agradecimientos he
recibido. Tengo varios ex alumnos a los que he dado información sobre posibles
trabajos y ni un llamado de vuelta he recibido.
Creo que cosas como estas son
propicias para resentirse, pero no es el caso, pues creo que conectar a quien
busca trabajo con quien busca un colaborador es correcto y si está en mis manos
hacerlo es puro buen karma como dice Roberto.
Y, lo que decía, esta vez me
dieron las gracias y me invitaron a almorzar, lo que me ha dejado reflexionando
sobre el poder del agradecimiento. En este caso yo como receptor del
agradecimiento. Creo que lo del almuerzo es accesorio, lo valioso son las
palabras que me dijeron.
Dice Echeverría que agradecer es
un acto declarativo y las declaraciones nos cambian el espacio de posibilidades
en que nos desenvolvemos los seres humanos. En este caso, le cambia el espacio
a la persona en cuestión y me cambia el espacio a mí. Creo que habla muy bien
de ella, como una persona que valora cuando le han tendido una mano, que
entiende que ha recibido algo positivo y que cultiva buenas relaciones. Y, en
el caso mío, me hace sentir una persona noble, que si puede hacer algo bueno
por los demás está dispuesta a hacerlo y me siento valorado en mi acción.
Soy una persona agradecida, he
tenido grandes amigos que me han ayudado y personas de buena voluntad que me
han tendido una mano ofreciéndome trabajo, enseñándome y confiando en mí. Espero
haberles dicho unas palabras de agradecimiento y haber honrado la confianza depositada.
Ya nos acercamos a la primera
semana de marzo y volvemos todos a retomar nuestras actividades laborales,
espero que este sea un buen año para todos y cultivemos un estado de ánimo
positivo y optimista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario