En su libro “la verdadera labor de un
líder” Kotter dedica un capítulo completo a distinguir liderazgo de gerencia.
Me parece bueno hacer la distinción ya que habitualmente en el ámbito
organizacional se suelen tratar como sinónimos, lo que lleva a más de alguna
confusión.
He hablado de este tema en un post anterior donde
he mostrado que la gerencia o jefatura es una posición en la estructura
organizacional, de arriba hacia abajo y el liderazgo, en cambio, ocurre de
manera espontánea en los grupos, de abajo hacia arriba y tiene que ver con el
fenómeno de “autoridad”, “influencia” o “visión”.
Me gusta la perspectiva de Kotter. A
juicio de este autor, liderar tiene que ver con manejar el cambio. Vivimos actualmente en entornos de negocios más
competitivos y volátiles, por lo que cuanto más cambio haya, más liderazgo hace
falta.
Sostiene el autor que gerenciar es manejar la complejidad, la gerencia
surge con las grandes organizaciones del siglo 20, las que sin una buena
gerencia tienden a anarquizarse, hasta el punto de poner en peligro su propia
existencia, por ello, una buena dirección brinda cierto grado de orden y
coherencia a dimensiones claves como la calidad y el rendimiento económico de
los productos.
Plantea Kotter que manejar el cambio y
manejar la complejidad, definen las actividades características de la gerencia
y del liderazgo. Cada sistema de acción implica (1) decidir qué es lo que hay
que hacer, (2) llevar a cabo el plan por medio de la creación de redes de gente
y relaciones que puedan realizar una agenda y (3) asegurarse de que esas
personas hacen realmente el trabajo. Cada quien (gerente o líder) lleva a cabo
esas tres tareas de diferente manera.
He creado una tabla, donde se propone la
actividad característica y como la enfrenta el liderazgo y la gerencia:
|
Liderazgo
|
Gerencia
|
Que es
lo que hay que hacer
|
Señalamiento
de un rumbo: desarrollando una visión del futuro.
|
Planeando
y presupuestando: fijando metas futuras, señalando pasos detallados para
lograr esas metas y reservando los recursos necesarios para llevar a cabo
esos planes.
|
Capacidad
para llevar a cabo el plan
|
Alinear
gente: comunicar el nuevo rumbo a aquellos que puedan armar coaliciones que
entiendan la visión y se comprometan a alcanzarla.
|
Mediante
la organización y el nombramiento del personal: creando una estructura corporativa
y unos empleos para alcanzar lo que el plan requiere, colocando en los cargos
a individuos idóneos, haciéndolos participes del plan, delegando
responsabilidades para llevarlo a cabo y diseñando sistemas para inspeccionar
y verificar la implementación del plan.
|
Asegurar
el cumplimiento del plan.
|
Motivar
e inspirar, a pesar de los obstáculos que surjan, mantener a la gente
moviéndose en la dirección correcta apelando a necesidades, valores y
emociones humanas, que son comunes a todos los seres humanos pero que
generalmente no se aprovechan.
|
Controlar
y resolver problemas: confrontando los resultados con detalles del plan,
mediante informes, reuniones y otros instrumentos, identificando desviaciones
y luego planeando y organizando para resolver problemas.
|
Visto cada uno por separado:
Señalar un
rumbo v/s Planear y presupuestar: No es lo mismo establecer el rumbo que planear. La
planeación es un proceso gerencial, deductivo, destinado a producir resultados
en un orden determinado, no cambios.
Señalar un rumbo es algo más inductivo, se reúnen datos y se busca en
ellos modelos, vínculos y eslabones que puedan explicar las cosas, el
señalamiento de rumbo no se traduce en planes sino que en visión y estrategias,
que describen lo que un negocio, una tecnología o una cultura deberían llegar a
ser a largo plazo. Planeación y señalamiento de rumbo son actividades
complementarias, no rivales y no tienen que confundirse.
Me gusta la distinción, ya que
señalar el rumbo tiene que ver fuertemente con pensamiento divergente, con
soñar, con imaginar e incluso puede que no tenga que ver con datos
cuantitativos. Encuentro que muchas organizaciones planifican o presupuestan
con mucha rigurosidad pero les cuesta soñar. Incluso, muchas veces, cuando se
cuenta con una visión, esta no ha sido soñada, no se encuentra compartida y es
más bien “para cumplir”. Creo que esto pasa especialmente en las Escuelas de
negocios, mucho pensamiento convergente, muchas habilidades técnicas y poco
sueño e imaginación por lo que no es raro que no formen emprendedores y sólo
formen “administradores”.
Alinear
gente v/s organizar y nombrar personal: Cuando los gerentes organizan a la
gente lo hacen para establecer sistemas capaces de poner en práctica un plan
tan precisa y eficazmente como sea posible. Esto requiere tomar decisiones
sobre diseño de la estructura organizacional, diseño de cargos, perfiles y
relaciones entre esos cargos. En cambio, alinear gente es otra cosa, es más
bien un desafío comunicativo que un problema de diseño. Implica hablar con la
gente, en muchos lugares de la organización o fuera de ella, requiere
credibilidad de parte de quienes comunican el mensaje y, además, de alguna u
otra forma, implica delegar poder, lo que no ocurre cuando sólo se organiza a
la gente.
Ya planteaba Mintzberg las partes de
la estructura organizacional y los mecanismos de coordinación dentro de una
empresa. Diseñar es una actividad crucial para que una empresa coordine la
acción y las personas sepan que es lo que tienen que hacer y con quien tienen
que ponerse de acuerdo para ello. Sin embargo, bien lo plantea Kotter, otra
cosa es “alinear”, que tiene mucho más que ver con el compromiso, con el
corazón. Ello no se consigue haciendo una lectura detallada de la descripción
del cargo, sino que entendiendo para que se hace lo que tiene que hacerse y
adquiriendo un vínculo o relación con la organización. Por ello no es trivial
que una de las razones fundamentales por los que la gente abandona
organizaciones es por la mala relación con el jefe directo, no le cree, se
siente maltratada, no percibe reconocimiento.
Motivar a la
gente v/s controlar y resolver problemas: Para la gerencia, el mecanismo
fundamental de control es comparar de manera sistemática el plan v/s lo
efectuado e introducir correcciones en las desviaciones, de modo que todo sea
normal, predecible, incluso “fome”. En cambio las acciones de motivación,
propias del liderazgo, implican energizar a la gente, no empujándola en la
dirección correcta como hacen los mecanismos de control, son que satisfaciendo
las necesidades básicas de alcanzar objetivos, sensación de pertenencia,
reconocimiento, autoestima, de control de la propia vida y de poder vivir
conforme a los propios ideales.
Me parece propicia la distinción. Ya
decía Nietzche que “quién tiene un para que soporta cualquier como” No se puede
sólo pedir a los miembros de la organización que se subordinen por control,
también se requiere que se comprometan porque ven valor a lo que hacen.
Kotter sostiene que las
organizaciones requieren ambas prácticas; liderazgo y gerencia y que
actualmente, al menos las empresas norteamericanas, están sobregerenciadas y
sublideradas, ya que tienen exceso de planificación, exceso de diseño y exceso
de control, faltándoles por lo tanto, visión, alineamiento y motivación.
Sostiene el autor que mientras más
caracterice el cambio al medio empresarial más liderazgo se requerirá y por
ello los líderes deben estimular a otros a que también funcionen como tales.
Esto lleva a que mucha gente actúe como líder a lo largo de la jerarquía, lo
que puede generar que dichos líderes entren en pugna, lo que implica la
necesidad de coordinar a dichos líderes.
¿Cómo se coordinan líderes que realizan
actividades tan diferentes?, por medio de una sólida estructura de relaciones
informales. Como ello suele ser poco habitual en las organizaciones, una de las
iniciativas más importantes de liderazgo significativo es crear buenas y
extensas redes informales al interior de las empresas.
He hablado varias veces en mi blog
acerca de la importancia de las conversaciones en las empresas. Cada vez estoy
más convencido de ello, como las conversaciones a todo nivel generan
alineamiento y generan que las personas se conecten. Por ello más que
castigarlas o desincentivarlas se requiere la creación continua de espacios de
conversación, intencionados, para que las personas opinen, den ideas, creen
nuevos procesos y, sobre todo, se vinculen. Ello permite en el futuro llamar a
alguien y saber quién es, acordarse de que se conversó en un café en la mitad
de un curso, proponer ayuda, pedir colaboración. Suele no ser lo habitual ya
que muchas veces las conversaciones se ven como pérdida de tiempo y no se
alcanza a comprender el enorme impacto que pueden tener, no inmediato, sino que
en el futuro.
Una de las tentaciones de artículos
como el de Kotter es valorar una actividad y menospreciar a la otra. Ambas son
cruciales para una organización, necesitamos mejores líderes y necesitamos
mejores gerentes. Por eso creo que una de las maneras de mirar el coaching con
ejecutivos y líderes es asumir que necesitan ambas y si alguna está
descompensada respecto de la otra, hay que mirar esa descompensación y generar
mayores equilibrios.
Excente profe, no esperaba menos de usted, gran post, saludos desde Chañaral.
ResponderEliminar