martes, 4 de marzo de 2025

5 claves para entregar un feedback que impulse a tu equipo y fortalezca tu liderazgo por Melisa Arriagada


Por Melisa Arriagada, melisa.arriagada@gmail.com 

En el mundo del liderazgo, la comunicación efectiva es un pilar fundamental para el desarrollo de equipos y la mejora del desempeño profesional. Desde mi experiencia trabajando con personas que están en posiciones de liderazgo, uno de los aspectos más críticos dentro de esta dinámica es la retroalimentación (feedback), la cual, si se implementa correctamente, puede transformar la cultura organizacional y potenciar el crecimiento individual y colectivo.

La Administración de Recursos Humanos (ARH) enfatiza que la retroalimentación no solo ayuda a evaluar el desempeño de los colaboradores, sino que también permite detectar fortalezas, oportunidades de mejora y necesidades de formación. Además, un sistema bien diseñado de feedback fomenta la motivación y el compromiso con los objetivos organizacionales.

Generalmente, las empresas fijan fechas formales de evaluación las que se realizan en fechas determinadas del año y se basan en dimensiones y medidas del desempeño acordadas de antemano, comparando el desempeño real con el planeado. Por otra parte, también son bien valoradas las evaluaciones informales, que no son programadas, si no que se hacen en el momento oportuno cuando lo situación amerita, sobre el progreso en curso y las áreas que deben mejorarse.

¿Qué debemos tener en cuenta para que nuestro feedback realmente se transforme en una instancia constructiva, que edifique a quién lo recibe aumentando así el compromiso con la organización y fortaleciendo tu autoridad como líder?

Al entregar feedback, es fundamental seguir ciertos lineamientos para que este sea constructivo y genere un impacto positivo. Aquí te entrego cinco recomendaciones que te pueden resultar útiles.

Basarse en hechos y no en opiniones subjetivas: La retroalimentación debe centrarse en acciones concretas y no en percepciones personales. No te sientas tentado a dar “tu opinión” si no que busca entregar un juicio fundado, basado en hechos, sobre el desempeño de tu colaborador. Ojo que aunque pueda existir una opinión compartida sobre el desempeño de alguien, eso no basta como prueba. Es preciso encontrar hechos que avalen dicha opinión, por muy consensuada que ésta sea. De lo contrario corres el riesgo de que tu colaborador pueda objetar la opinión que le estas entregando perdiendo la posibilidad de llegar a un acuerdo constructivo.

Ser específico y orientado a la mejora: En lugar de comentarios generales, se deben dar ejemplos concretos de lo que se está haciendo bien y lo que podría mejorarse, para que tu colaborador entienda con claridad a qué te estás refiriendo, si necesitas que cambie o adecúe alguna conducta o resultado. Evita usar expresiones como "Tú siempre ..." o "Tú nunca...".

Evitar la crítica directa: En vez de entregar tu opinión sobre el desempeño, puedes empezar por preguntar primero cómo ve el colaborador su propio desempeño en el área que tú consideras que debería mejorar. Así podrás saber si tienen perspectivas más o menos compartidas sobre la forma en que se está desarrollando el trabajo o si será necesaria más de una conversación para mostrar al colaborador cuáles son sus debilidades o áreas de mejora.

Enfocado en aspectos que pueden ser modificables: Cuando entregues feedback pon la atención en comportamientos que el colaborador pueda gestionar desde su propia voluntad o zona de influencia, pues de lo contrario tus solicitudes o recomendaciones pueden conducir a la frustración. Un buen feedback se enfoca en acciones específicas y controlables, en lugar de características personales difíciles de cambiar. Por ejemplo, uno de tus colaboradores tiene un estilo de comunicación pausado, sin embargo, tú quieres que hable más rápido. O tienes en tu equipo a alguien cuya personalidad es introvertida y tú quieres que sea “más extrovertido”. En estos casos, es posible que necesites revisar mejor el perfil de contratación del cargo, en vez de pedir “peras al olmo” como dice nuestro dicho popular.

Fomentar un diálogo bidireccional: Por último, el feedback no debe ser un monólogo, sino una conversación en la que el colaborador pueda expresar su punto de vista, pueda preguntar lo que no le queda claro y los fundamentos de la retroalimentación recibida, de forma que pueda sentir que ha sido escuchado y ha recibido un trato justo, a la vez que percibe que su líder confía en su potencial y capacidades.

Como podemos ver, la retroalimentación no es solo un mecanismo de evaluación, sino una herramienta estratégica para el desarrollo organizacional. Implementarla de manera efectiva permite fortalecer la cultura de aprendizaje, mejorar la comunicación interna y aumentar el compromiso de los equipos de trabajo. Como líderes, es nuestra responsabilidad convertir el feedback en una práctica habitual que impulse tanto el éxito individual como el colectivo.

Si quieres desarrollar y consolidar tu liderazgo, comienza por hacer del feedback una herramienta consciente y bien utilizada. Recuerda que no se trata solo de señalar mejoras, sino de generar conversaciones que impulsen el crecimiento y la confianza en tu equipo.

Por último, ten siempre presenta la cita de Maya Angelou: "La gente olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo los hiciste sentir"

¿Has aplicado alguna de estas estrategias en tu entorno de trabajo? Me encantaría leer tus experiencias en los comentarios. ¡Conversemos! 🚀

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario